Entre Nos/Carlos Santamaría Ochoa *Cabildeo: asignatura pendiente

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Sin lugar a dudas, quien aprende bien la política sabe que una de las grandes virtudes que se deben cultivar es lo que se conoce como “cabildeo”, es decir, la acción y efecto de cabildear, que se define “gestionar con actividad y maña para ganar voluntades en un cuerpo colegiado o corporación”.
En este sentido, quien tiene aptitudes para negociar, cabildear o convencer, debe tener ciertas características básicas, aunado a sus dones naturales y los que pueda cultivar con la experiencia, el tiempo… y la educación.
Hay políticos que no tienen esa ventaja: no tuvieron quizá la educación necesaria para ser congruentes, o tienen la sangre demasiado pesada como para que los demás acepten sus bromas, por lo general, de mal gusto.
En este sentido, no cualquiera puede contar un chiste o, como se dice en las calles, hacerse el gracioso. No a todos les queda, y algunos dirigentes se ufanan de ser “chistositos”, como decía el inolvidable profesor Vidal Efrén Covián Martínez cuando se refería a esos que, aprovechando el poder emitían palabras sin congruencia, asegurándose de que todos reirían porque ellos estaban en situación privilegiada.
Hoy sucede algo similar: hay un excelente operador político que a decir de muchos de sus amigos y colaboradores, es eficiente, pero tiene sangre muy pesada, difícil de digerir en sus comentarios y declaraciones.
Por ejemplo, la gente está cansada de escuchar la frase trillada del “carro completo”. En Tamaulipas es casi un hecho que el Partido Revolucionario Institucional –PRI- gane la gubernatura y prácticamente todas las alcaldías y diputaciones; es un hecho, y eso lo sabemos quienes vivimos aquí, que la ciudadanía simpatiza con el PRI y no ha podido aceptar las propuestas de PAN o PRD, de PVEM o alguno de los otros “emergentes”, como le dice uno de los presidentes de éstos institutos políticos “chiquitos”.
Y si el dirigente es difícil de aceptar por sus malos chistes y bromas sin gusto, de sus comentarios fuera de lugar, es más difícil aún que la gente lo acepte. Pero no conformes con ello, se comenta en los pasillos políticos que le han puesto una zancadilla a quien se distinguió durante un lustro como un excelente operador político, y prueba de lo anterior es que en la administración estatal se logró contener prácticamente cualquier conflicto de tipo político, gracias al oficio de quien estuvo al frente de tan delicada área, aplicando toda su experiencia, talento e inteligencia.
Criticado por muchos por su afición al canto, es justo reconocer que Antonio Martínez Torres es un operador político de calidad sobradamente reconocida, y su capacidad seguramente será aprovechada por el equipo de campaña del doctor Rodolfo Torre Cantú, quien tendrá en el político victorense a un excelente miembro de su gabinete a partir del año 2011.
Pero volviendo con los que cabildean, no es lo mismo tener el poder y ordenar, como lo han hecho algunos que suponen que su sanguinaria actitud debe ser aplaudida y festejada, como sucedió con aquel otrora poderoso cacique petrolero, quien hizo y deshizo en la entidad y el país hasta que hubo un valiente que le cortó las alas de la impunidad.
El caso que ocupa a Tamaulipas tiene varios aspectos que se deben analizar: por los resultados de las últimas elecciones, se supone que el PRI no tendría problemas para ganar en julio próximo, sin embargo, comienzan a surgir algunos contratiempos que, de no atajarse a tiempo, no se podrá garantizar un triunfo contundente.
El caso de la diputada tampiqueña Magdalena Peraza es para llamar la atención, dada la seriedad con que se había conducido la dama hasta este día en que solicitó licencia, aparentemente, por aspectos personales.
Si la concertación y el cabildeo no funcionan, podría haber otras voces que decidan cambiar de aires, y eso fracturaría una estructura que ha sido solidificada durante cinco largos años, en aras de que exista una sana continuidad y no se permita siquiera que voces sin respaldo popular den vuelo a sus ilusiones de gobernar en una tierra donde no tienen simpatizantes.
Es un buen tiempo para que la dirigencia estatal se plantee la necesidad de una reflexión a modo, sincera, honesta y franca, en la que se vea cual es la realidad, pero que se haga en forma sincera, y no se escuche lo que todos quieren escuchar, sino lo que hay que atender a la voz de “ya”.
El PRI es un partido con una gran estructura y eso lo saben los de la oposición, a grado tal que comenzaron muy temprano su campaña de difamación y rumores a través de los Mass Media –medios masivos, pues- tratando de descalificar a los gobiernos priístas.
Si el PRI no se pone la pila, y se quitan de “chistecitos” en las declaraciones, si de dedican a trabajar y no lanzar bravatas, podrán avanzar mucho. Tienen un excelente candidato en la persona de Rodolfo Torre Cantú, hay buenos prospectos a alcalde y diputado.
Es cuestión de aprender el arte de cabildear, y rodearse de buenos colaboradores que, lejos de perjudicar, solucionen los conflictos.
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Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!

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