El término prostitución tiene como sinónimos “trata” o “meretricio”, nose pueden obviar las derivaciones que de estas palabras puedan surgir.
Popularmente la palabrita se relaciona directamente con el acto del comercio cuando hablamos de la compra-venta, aún discriminada se favores sexuales y no solo entre hombre-mujer, sino que, a como vamos, pueden ser del mismo sexo.
El tema se la prostitución sexual lo dejamos para otra ocasión y nos adentramos al mundo académico cuando me sorprendo que en un curso sobre Investigación, dos de los conductores, René Meury y Flavio Guijarro, ambos de la UNAM, dijeron que “Los postgrados en las universidades se han prostituido porque ya cualquiera los compra…”
Los de la UNAM quisieron decir que se han popularizado tanto los cursos de postgrado –después de la licenciatura- que cualquiera que tenga el grado de licenciado, accede a una maestría, mientras tenga con que pagarla.
En otros tiempos las maestrías y los doctorados eran para aprender a hacer investigación formal.
Lamentablemente los comerciantes de la educación buscan mantener los estándares de ganancias y si finalmente las maestrías y doctorados son lo que vende, entonces ése será el mercado que explotarán.
Hace algunos años fui contratado por una Universidad –creí en su formalidad porque la vi crecer, aunque reconozco candidez – para dar clases de maestría y mucho me sorprendió que me enviaban a dar clases a ciudades del vecino –nada cerca- estado de Guanajuato.
Nadie me lo cuenta, yo lo viví
La Secundaria Técnica No. 33 de la Cd. de León, Gto., la Secundaria 4 de Acámbaro, Una Primaria en San Felipe Torres Mochas, en Silao, Irapuato, Celaya y otras ciudades fueron o son sedes de esta “universidad”
La mecánica era simple: un sábado de las 8 a las 14 y de las 16 a las 20hrs. Lógico que la salida no era hasta esa hora, lo mas tarde era a las 18:00 por los tiempos del autobús de regreso a la capital de Tamaulipas.
Con dos maratónicas sesiones de ésas, el “estudiante” cursó una materia, los exámenes estaban prohibidos y se calificaban con “ensayos” desde 3 cuartillas. Nadie reprobaba.
Una de las cosas extraordinarias fue el alto número de egresados de maestría y a los del doctorado como práctica profesional los obligaban a dar clase de maestría, sin remuneración alguna o por lo menos viáticos. Así fue el negocio.
Comerciantes, de la educación hay y muchos, -son más los malos por el servicio que prestan- pero son “tratantes” cuando comercializan la necesidad laboral del empleado.
Esto de las exigencias de maestrías y doctorados, fue una muy mala estrategia del gobierno federal cuando no tiene respuesta adecuada para detener las peticiones para las alzas de salarios y entonces recurre al “mejoralito” que sirvió para un par de años.
Otro “mejoralito” se dio en la época tamaulipeca de Tomás Yarrignton cuando la Ley de Educación cueruda adicionó la exigencia de hablar y escribir el idioma vecino y aquí los nuevos maestros dan cuenta, cuando no les han permitido -por esta carencia- el acceso al examen de selección.
Una de las formas de creer en los cursos de postgrado es certificar por el alumno -“cliente”- el aval del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología CONACyT, que no solo aprueba cada curso, sino que verifica el profesionalismo de los docentes y su contribución al Sistema Nacional de Investigación, además de hacerlos congruentes con las exigencias reales de los empleadores se servicios.
Investigación en Ciencias Sociales, en Ciencias Exactas, obligatoriamente deben desembocar en una Tecnología aplicada en beneficio de la comunidad en la que servimos, no solo para exhibiciones, ferias o museos.
Las maestrías y doctorados de calidad deben estar avaladas, pero no por los mismo, casi siempre se echan porras mutuas, deben ser certificadas por organismos externos y eso hace parte de la calidad.
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