Estragos, catástrofes, siniestros, desgracias y más palabras que signifiquen lo mismo pudieran ser utilizadas para representar el cúmulo de problemas en los que Tamaulipas y los tamaulipecos estamos inmersos en este inicio de semestre del año de los centenarios.
Para empezar, el lunes pasado se cumplieron ya dos semanas del asesinato vil y las autoridades procuradoras e impartidoras de justicia de fuera y dentro del estado, siguen con la boca cerrada, ni siquiera para acallar las pésimas hipótesis que surgen por doquier.
Sin embargo no para ahí, otro estrago son los datos que apenas se difunden en relación a que, nuevamente en Tamaulipas, el abstencionismo fue el ganador de las pasadas elecciones y algunos analistas ya lo habían pronosticado, solo que se habla de muy diversos enfoques que provocan este nuevo estrago.
A lo anterior se suma en este inicio de semestre, “Alex” que se presentó casi sin avisar y entendidos de que entraría entre la Laguna Madre y Matamoros las “travesuras” que dejó sobre todo en municipios cercanos a la capital, no fueron pequeñas.
Desde luego que en cuestiones climatológicas también entró “Bony” y aunque no fue Huracán, las fronterizas Matamoros, Río Bravo y Reynosa fueron las que recibieron el cúmulo de lluvia y vientos.
Precisamente “Alex” y “Mony” son las fuerzas naturales que obligaron a adelantar las vacaciones escolares, puesto que vidrios, techumbres, puertas y ventanas, además de las inundaciones no permitieron que los centros escolares volvieran a ser utilizados por alumnos y maestros.
Hasta aquí he hablado de los estragos de hoy en Tamaulipas y anotado solo algunos por menores.
En síntesis, lo que queda para resolver son los asuntos del candidato caído, la reparación de los daños de los huracanados vientos y lluvia.
En esto último, a nivel nacional el presidente Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) ha sido cauto al declarar que se auxiliará a Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila hasta que los recursos se agoten… ha dicho.
Cuidado… el significado entre líneas se entiende que el Ejecutivo Nacional no solo ha visto grandes desastres en las 3 entidades, sino que además vislumbra que no hay suficiente dinero para todos.
El problema quizá no solo para Tamaulipas, sino para Nuevo León y Coahuila, es que en lo que se refiera a escuelas es que se deben reparar y ojalá no suceda lo de siempre, que son las propias escuelas las que en un momento dado buscan solucionar sus propios problemas.
Mi punto de vista en este sentido es que la solución debe llegar por donde quiera, pero la realidad es que los directores no tienen dinero suficiente ni para pagar el recibo de teléfono, por lo que son los padres de familia quienes, como siempre deben afrontar el gasto.
No es malo de ninguna manera, lo malo es que “la cosa no es pareja” porque siempre pagan los padres de familia que son conscientes del problema y respetan los acuerdos a los que se llegan.
Lo malo es ese grupito de papás –siempre los menos- son los que aún sin haber asistido a juntas porque aseguran no tener tiempo, son los rebeldes, son los que llaman a la prensa para pedir cuentas, para exigir transparencia, los que llaman a las autoridades del “robo de que son objeto”
¿Donde están las Asociaciones de Padres de Familia o la Unión de Padres del centro del estado para hacer frente a este problema? Aquí es cuando se requiere espíritu de colaboración en la solución conjunta de los problemas… No solo cuando hay que ganar espacios mediáticos.
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Maremágnum/Mario Vargas Suárez *Los estragos de hoy…
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