Entre Nos/Carlos Santamaría Ochoa *Cursos de verano para todos

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Por lo general, tienen dos objetivos manifiestos: los cursos de verano se llenan porque los padres desean que sus hijos desarrollen actividades distintas a las cotidianas y socialicen con otros iguales en edad y condiciones, o de plano, porque algunos no tienen con quién dejarlos y que se los cuiden.
La realidad de los cursos de verano se circunscribe a esos dos motivos, sin embargo, hemos constatado que en nuestra ciudad ya hay opciones prácticamente para todos: las instituciones oficiales ofrecen los famosos “veranos” donde se lleva a cabo la práctica de disciplinas deportivas o artísticas, culturales o un poco más tranquilas; de esta forma, el museo Tamux ofrece sus instalaciones y personal para los chicos que, desde los 6 hasta los 12 o 15 años llegan a sus cursos. También la Casa del Arte, la Universidad Autónoma de Tamaulipas a través de Extensión Universitaria y del Gimnasio Multidisciplinario, son algunas de las opciones que la ciudadanía tiene para que sus hijos hagan algo “útil” en vacaciones.
Y algunos particulares ven en el verano un buen negocio y abren cursos para todos niveles y grupos. Los costes no son bajos: por lo general se cobra una buena cantidad, y los padres la pagamos, porque queremos que aprendan, o porque nos los van a cuidar bien, y además, van a aprovechar para jugar con otros niños y jóvenes.
El caso del “Multi” es especial: tiene ya trece años organizando cursos, aunque la realidad es que comenzaron antes, pero el año pasado, por cuestiones de la Influenza AH1N1 no se pudo ofrecer, sin embargo, es tradicional el curso al que asisten cientos de pequeños que inundan las instalaciones y tienen actividades como gimnasia, karate, tae kwon do, actividades recreativas, tenis, voleibol y otras más. La verdad, el curso bien vale la pena y además, es una oportunidad para muchos jóvenes que colaboran como monitores y demás en el equipo de logística.
Cada vez son más chicos en edad, pero el entusiasmo que ofrecen a los del curso es especial, y finalmente, se logra el cometido de entretener, enseñar, educar y formar, porque todo eso ofrece el curso en mención.
El ingeniero Miguel Ramos prepara con tiempo anticipado las actividades y al personal; se hace la convocatoria correspondiente para que acudan a capacitarse, y son dirigidos por ese equipo que tiene Miguel y que saca el trabajo de las actividades deportivas del Gimnasio Multidisciplinario. Es ya una tradición en la localidad.
Y como el Multi, hay otros que también están construyendo su historia, pero el interés es que haya a donde puedan acudir los hijos en tanto se declaran oficiales las vacaciones de sus padres. Todos tenemos la oportunidad de hacer un campo a nuestros hijos en estas actividades. Falta aún más, pero hemos avanzado a pasos agigantados porque, como dijimos antes, hay opciones para todos los gustos y actividades.
En algunos casos, los chicos quieren bailar, tocar algún instrumento o ambos; el teatro también se incorporar a las actividades de los “veranos” en Victoria. Todo esto nos hace pensar que alguien se está preocupando por el desarrollo de la juventud y los pequeños que tienen acceso a estas actividades.
Entendemos que otras opciones fueron postergadas debido a los acontecimientos que nos tienen ocupados aún y que significan el esfuerzo de una reconstrucción ante lo que nos abrumó. El caso es que hay opciones para los hijos.
Quienes no tuvieron la oportunidad de participar con sus herederos tienen otras opciones también, que pueden ser el convivir en las áreas públicas que tenemos en la ciudad y sus alrededores, viajar a las playas tamaulipecas ahora que se puede, o disfrutar de esos sitios que tenemos mucho muy cerca, como Los Troncones o el Salto del Tigre, por citar solamente algunos.
Todo debe ser con mucha precaución en todos sentidos, y hay que hacer acopio de prudencia para disfrutar al máximo los paseos, preferentemente, con la familia, dado que es una de las mejores cosas que pudiéramos tener: la convivencia con los nuestros, para fortalecer esos lazos que durante el ciclo escolar y las muchas jornadas laborales a veces se pierden, se enfrían, se congelan.
El exhorto es para que haya más oportunidades como las que mencionamos, y que se puedan aprovechar en toda su dimensión. No se vale, tampoco, que haya opciones y no podamos o queramos emplearlas, aprovecharlas para beneficio de los nuestros.
Los cursos de verano debieran ser un poco más extensos en cuanto a su duración –pensamos- porque de esa forma, podríamos también tener la certeza de que nuestros hijos estarán recibiendo una formación previa dirigida a las actividades que considera son de su preferencia: cuando prueban una y otra, entienden y conocen más de éstas, seguramente la decisión que tomen será acertada, y no irán de un lugar a otro, como trompos, buscando qué hacer por la vida.
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Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!

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