– La obra no desahogó el tráfico y con el cambio de oficinas de Fuego Nuevo al parque bicentenario persiste el congestionamiento
Benito López Díaz/EnLíneaDIRECTA
Victoria, Tamaulipas.- Inaugurada en el presente sexenio de gobierno y la pasada administración municipal la única joroba de la ciudad con el paso del tiempo se ha vuelto un elefante blanco.
Se construyó al poniente de la ciudad, justificaron sus defensores, para dar fluidez al tráfico vehicular y modernizar las arterias de la capital del Estado, que siempre se encuentran repletas de vehículos.
La magna obra, orgullo de los ingenieros, y del presupuesto, se erigió para agilizar el desplazamiento automotriz de los miles de burócratas que laboran en el edificio Fuego Nuevo.
Ahora las oficinas de ese edificio, el registro civil y público se cambiaron al oriente de la ciudad, y el tráfico todavía se congestiona por los accesos a la colonia Libertad y Enrique Cárdenas.
A casi media década del inicio de la construcción de la joroba, hasta ahora los comercios establecidos del lugar empiezan a registrar ventas similares a las que tuvieron hasta antes de arrancar la obra.
Los primeros seis meses al comenzar el proyecto durante la anterior administración municipal, recordaron, al menos diez negocios ubicados por el eje vial, (encajonados), quebraron o se instalaron en otros corredores comerciales ante la caída en sus ingresos.
Apenas hasta ahora los comerciantes formales que decidieron enfrentar el enclaustramiento vial por la construcción de la joroba se encuentran en las mismas condiciones que hace años.
Andrés Hernández Rincón, empleado de una refaccionaria ubicada debajo de la joroba, precisó que luego de la peor crisis sufrida en la historia, hasta el segundo semestre del 2010 empiezan a recuperarse.
“Desde que inicio la sola construcción de la joroba las ventas cayeron totalmente, y apenas hasta ahora hemos retomado el nivel de ventas que teníamos hace más de cinco años”.
Precisó que en aquella ocasión, en que inició la obra, las ventas de los comercios se desplomaron hasta el suelo, el corredor comercial estuvo a punto de extinguirse.
“Solo a base de empeño, de esfuerzo y de entrega hemos podido sobrevivir, no ha sido sencillo, la recuperación la comenzamos a ver y de ahí vamos a impulsarnos”, expresó.
Puntualizó que a lo largo de los años al menos diez negocios de los establecidos en la parte inferior de la joroba quebraron por la falte de clientes.
“Nos asfixiaron prácticamente con la joroba, quedamos sepultados, ni las moscas se paraban, pero gracias a Dios y a la gente vamos por buen camino”, destacó.
“Aquí casi todo mundo cerró sus puertas, fuimos pocos los que aguantamos, se fueron vulcanizadoras, restaurantes, talleres, yonques, y muchos más”, evocó.
Por ahora a la construcción de la joroba subsisten al menos seis de los negocios originales que ganaron la batalla a la construcción de la obra y hoy todavía respiran.