Maremágnum/Mario Vargas Suárez *La ley 1070… ¿Conviene?

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La palabra “bracero” utilizada como un adjetivo para los hombres que se iban a trabajar a la Unión Americana, mejor identificada como gringolandia, se escucha en nuestro territorio nacional desde los años cuarenta-cincuenta.
Lo que poca gente sabe es que se les dio ese nombre porque los mexicanos, principalmente, iban con los vecinos del norte a realizar trabajos con los “brazos”, de ahí que los “braceros” era la gente que se iba con papeles, contratada como marcaba la ley.
Sabemos que los gringos siempre han despreciado las tareas más arduas de la producción –inclusive la agrícola-, además por andar metidos en cuestiones belicosas en otros países, la mano de obra en los EU es urgida.
Más que por otra cosa, los gringos desde siempre han buscado la contratación de gente, particularmente del sur, para que hagan las tareas que a ellos mismos les urge realizar, muchas veces porque dicen son tareas indignas.
Dicen los que presumen de saber que la paga en gringolandia es por hora y se asegura –analice los programas y series de TV donde se habla de salarios- que ahí se gana desde 14 hasta 24 dólares la hora y con jornadas máximas de 7 horas diarias… Claro que también existe la explotación laboral, pero sobre todo a los indocumentados.
Se puedo decir que la explotación laboral de gringolandia vive una especie de esclavitud porque el trabajador extranjero que no tiene documentos, el que no tenga su estancia legal en EU, es un delincuente y como tal, acepta el precio por hora o por jornada que el empleador le quiera pagar.
Así por ejemplo, si a un nacional le deben pagar 20 dólares la hora, a un mexicano indocumentado le pagan entre 6 y 8 dólares la hora y todos contentos puesto que si el indocumentado trabaja 10 hrs. diarias cobrará entre 60 y 80 dólares diarios, lo que equivaldría a 600 u 800 pesos diarios, si cierra a 10 pesos por el billete verde.
Es claro que a los gringos les conviene hacer un escándalo de la famosa “Ley 1070” pero no crea usted que es por ser una norma completamente injusta en el trato discriminatorio no solo para los hombres y mujeres indocumentados que residen en Arizona y donde me diga de la Unión Americana. Sino porque entonces la mano de obra ilegal que haya por los EU resulta mucho más barata.
En los Estados Unidos los indocumentados viven una especie de esclavismo moderno, no solo porque les pagan lo que quieren, sino porque las condiciones de seguridad e higiene en las que trabajan y viven son deplorables.
Existen también las amenazas y hasta chantajes de toda naturaleza, puesto que incluso la famosa “migra” pareciera estar al servicio del estadounidense, cuando ordenan las redadas, que desde luego favorecen a los empleadores. Se intentó castigar a quienes contrataran ilegales pero los caminos de las leyes dejan muchos vericuetos por los que es muy fácil evadir responsabilidades.
¿Se ha puesto usted a pensar que los ilegales actualmente radicados en los EU están sufriendo, con esto de la crisis económica, la merma de las fuentes de empleo y que incluso a ellos mismos les interesa que no llegue más competencia?
Por otro lado, si a los empleadores de ilegales la campaña antimigrante del estado de Arizona les favorece , también se identifica un desequilibrio para los mexicanos y los centro y sudamericanos, porque también resulta un muy fuerte golpe para la economía no solo de la familia del radicado en los EU, sino para la nación de origen.
Solo por señalar a Oaxaca y a Chiapas como dos de los estados con mayor número de aportación de ilegales o “mojados” con los gringos, ¿se imagina usted sin los dólares que ellos envían a su familia en México?
Algunos especialistas nacionales en asuntos económicos aseguran que la economía de estas dos entidades –Oaxaca y Chiapas- tienen como primera fuente generadora de ingresos, los envíos que desde los Estados Unidos hacen los indocumentados. Ewl segundo ingreso es el turismo.
En este sentido los gobiernos locales y federal saben de esta problemática y lamentablemente poco o nada hacen para abatir ése fenómeno laboral, por lo que es necesaria una política del empleo que enfrente este problema ya internacional.
De nada sirve que la mano de obra indocumentada se abarate más con la sombra de la Ley 1070 o de las divisas que mermarán en México o en otras naciones, el problema laboral de todos los indocumentados se debe solucionar ya, ahí está el verdadero problema.
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