Las lluvias tienen sus cosas buenas y malas; sin lugar a dudas, la humedad que deja en el agro tamaulipeco será muy importante para próximas cosechas, y las presas y ríos estarán con un nivel de agua peligrosamente aceptable.
Si bien es cierto que van a un nivel muy elevado, suponemos que habrá líquido suficiente para encarar las necesidades de la sociedad en los próximos meses, sin embargo, tiene sus peligros.
En la frontera, hemos sido testigos del alto nivel del río Bravo, de forma tal que el puente internacional de Reynosa se encuentra cerrado en su zona de ingreso a los Estados Unidos de América: hay que desviarse para poder ingresar al vecino país del norte por el lado donde los vehículos generalmente tienen su carril para retornar a México. Se puede ver la forma en que peligrosamente se han incrementado los niveles a lo largo del cauce del fronterizo río.
Muchos terrenos están inundados y los canales no aguantan un aguacero más, o así parece al menos. Por tal motivo, es menester tomar las precauciones necesarias para que no haya conflictos con la integridad de cada uno de los habitantes de estas zonas.
La parte que no es muy propicia o buena que digamos es precisamente la que se refiere a la cantidad de agua que ha inundado calles y avenidas; en Reynosa, las residencias aledañas a la zona de la aduana tienen ya sus muchos costales preparados para detener un poco las avenidas de agua provocada por la pertinaz lluvia que se dejó sentir este martes y miércoles. Se debe considerar el desalojo en algunas zonas.
La situación que consideramos es que en ciertas zonas no debió autorizarse nunca la construcción de viviendas de ninguna índole. Hay muchas casas de todo tipo que están en peligro de ser inundadas.
Lo más fácil es culpar a la autoridad por los desperfectos ocasionados por las inundaciones sin embargo, hemos de ser honestos y considerar que la culpa de estos conflictos es, por una parte, de quienes osaron construir cerca de los bordos de los ríos y canales, y por otra, de la autoridad que, en su tiempo, permitió que hubiera estas construcciones. Nada bueno de ambas partes.
No es posible arriesgar el patrimonio familiar construyendo casas a bordo de río, porque cualquier avenida extraordinaria de agua nos pone en peligro y también en situación de perder lo poco o mucho que tenemos.
En ese sentido, las autoridades municipales y estatales de Protección civil han desarrollado un intenso e interesante trabajo parar conjurar los peligros que la temporada de lluvias atípica significa. En plena canícula hemos padecido quizá las lluvias más fuertes, independientemente de las causadas por “Alex”, el huracán que dejó innumerables destrozos a su paso, tanto en Tamaulipas como en Nuevo León y Coahuila.
Hemos constatado la manera en que están trabajando para ayudar a la población, y la verdad es que no alcanza el tiempo, el personal ni el presupuesto para aliviar la tensión ocasionada por una irresponsable forma de crecimiento urbano, consecuencia de todos los que están junto a la problemática que se vive hoy en día.
Insistimos, la culpa es compartida: por quien permitió y por quien se asentó en estos lugares en forma por demás ilegal e irresponsable. Hemos de recordar que la legislación correspondiente prohíbe el asentamiento de viviendas y construcciones en las márgenes de los ríos y canales.
Hay partes de la carretera que tienen peligro de ser inundadas; de hecho, el pasado miércoles, en la salida de Reynosa hacia San Fernando existen dos o tres sitios afectados considerablemente, y el tráfico se torna peligroso, más en las noches, porque no existe la señalización adecuada, y algún irresponsable conductor puede tener un serio accidente.
La recomendación de la autoridad es respetar los límites de velocidad, extremar precauciones, manejar con los cinco sentidos y abrir muy bien los ojos, no manejar cansados y preferentemente no hacerlo solos por muchos motivos, principalmente porque siempre cuatro ojos ven mejor que dos.
El servicio meteorológico anuncia que el tiempo mejorará sustancialmente y así lo deseamos todos. En los sitios de recreo como playas y otros, se espera que haya mejor tiempo y que se pueda aprovechar y que haya un importante flujo de turistas, porque finalmente, eso significa dinero para los habitantes de todos esos lugares, y por consiguiente, la revitalización de la industria turística que ha sido vapuleada en los últimos años.
La sugerencia, pues, es tomar todo tipo de precauciones: ninguna es mínima ni sobra. Todo cuanto se lleve a cabo en bien de nuestra integridad será bien recibido por nuestros familiares, sin lugar a dudas.
La frontera tiene sus riesgos por las lluvias, procure tomar las precauciones, y atienda las señales de carretera, porque eso y mucha prudencia pueden ser la diferencia entre llegar con bien y lamentar el viaje.
Tamaulipas nos ofrece muchas cosas positivas, hagámoslas nuestras, pero mantengamos la precaución propia de temporadas difíciles en cuanto al clima, que buena falta nos hacen.
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Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!