Interiores/Carlos López Arriaga *¿Cobertura o propaganda?

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Ciudad Victoria, Tam.- La prensa nacional se hace eco hoy de un dolor que los tamaulipecos bien conocemos, al menos en el último cuarto de siglo: la violencia impune contra periodistas.
Sabrá usted que por estos días se realizan marchas en el Distrito Federal, jornadas de protesta y despliegue de nombres famosos en calidad de abajo-firmantes. Todo eso me parece muy bien, justo y necesario, con algunos detallitos que acaso valga la pena señalar.
Mientras las víctimas (muertos, apaleados o simplemente desaparecidos) fueron trabajadores de la información al servicio de empresas pequeñas o medianas de provincia, nuestros colegas capitalinos no parecían preocuparse mucho.
Tan fácil como decir que acá lloramos puntualmente a BUENDÍA, pero allá raramente lloran a uno de los nuestros.
Tuvo que llegar el agua a los aparejos de las grandes cadenas de medios impresos y televisivos para que (ajá) descubrieran que en los medios regionales describir el paisaje diario es empresa de alto riesgo.
Aún tengo presente cuando un dolido figurín de alla mismo señalaba con dedo flamígero a la prensa tamaulipeca diciendo que aca, pór tierras nuestras, “no se hace periodismo”.
Ándele pues, tan cómodo que es lanzar desde alguna oficina altiplanezca infundios sin duda injustos contra nosotros (we, the people, los de huarache y taparrabo) que no conocemos sus valentías de alta escuela.
Aca lo esperamos cualquier día. Viera usted que bonitas se ponen las carreteras en estas noches de llanto y metralla. Parajes de tragedia que, por supuesto, allá desconocen.
Entonces ocurrió que los trabajadores de las grandes empresas fueron tocados por ese mal que en esta tierra norestense dejó de ser novedad desde hace bastante tiempo.
Acaso ahora se entiendan mejor las cosas. Desde luego, la solidaridad del periodista tamaulipeco con los compañeros caídos en todos los rincones del país es tan natural como lo ha sido el vivirla en carne propia, día con día.
Sabemos a lo que se refieren, no desconocemos lo que señalan esas mantas que ahora desfilan frente a Bucareli. Nos hacemos uno con ustedes.
Espero que en lo sucesivo, sepan hacerse uno con los medios regionales, aunque no sean corresponsales de algun emporio mediático ni luzcan en sus camisolas logotipos de megaempresas televisivas. Así sea el más humilde revistero de pueblo.

CALDERON, SUS MALENTENDIDOS
Y, bueno, en su encuentro con dirigentes partidistas el Presidente FELIPE CALDERON lanzó este martes un reclamo (otro) contra los comunicadores, con palabras que, lejos de aliviar, agravan, su (de por si) mala relación con los medios.
Mire nadamás lo que dijo este señor:
-“En el ejercicio de su labor informativa, ustedes están expuestos a convertirse en conductos para que las organizaciones criminales hagan llegar sus mensajes.”
A ver si entendí:
¿Sacar fotografías de narcomantas es hacerle el juego a la delincuencia o simpemente dejar registro de un hecho (sin duda, noticioso) que desafía (para bien o mal) el orden establecido?
¿Entrevistar a los jefes de las bandas delictivas nos convierte en simples portadores de un mensaje o cabe pensar que las declaraciones de estos señores (por reprochables que fueran) tienen un valor intrinsecamente periodístico?
Tal desplante de FELIPE entraña, desde luego, cierto peligro para el reportero anónimo que sin la menor protección cubre rutinariamente este campo.
Ya podrá entonces cualquier uniformado arrebatarle la cámara o someterlo al más injuriante de los interrogatorios utilizando como argumento central las palabras del Presidente.
Tras el desliz, el propio CALDERÓN estaría obligado a matizar sus palabras. Quizás no como FOX, para decirnos que “no dijo lo que dijo” aunque si con un ánimo de precisión, para quitarle argumentos a las fuerzas del orden que suelen emplear ese tipo de coartadas al justificar su agresividad contra los trabajadores de la noticia.
Y mire usted lo que son las cosas. Este martes, el portal electrónico del diario EL UNIVERSAL subió una nota fechada en la capital, señalando como hora de entrega las 13:50 (diez minutos antes de las dos de la tarde).
La cabeza es atractiva: “Vamos ganando la guerra contra el narco: Calderón”
Y luego viene el sumario: “El presidente Felipe Calderón afirmó que, contra la percepción generalizada, sí va ganando la guerra contra la delincuencia organizada.”
Pero luego resulta que alrededor de las 19:30 horas, dentro del espacio que CALDERON tiene en la red social de Twitter (“presidente_FCH”) aparece una aclaración enviada desde su smartphone, donde el Presidente de México habría anotado lo siguiente:
-“Jamás dije que vamos ganado guerra contra narco. Es lamentable que en algun medio me atribuyan palabras que nunca he pronunciado.”
Minutos después, en el mismo espacio, CALDERÓN añadió: “Les enviaremos la versión estenográfica de lo q dije..” (sic)
Al momento de cerrar esta columna no tengo a la mano dicha versión estenográfica, aunque lo más importante ya sucedió.
Novedad habemus, estrenamos modalidad en las relaciones prensa-poder, de manera directa y sin concurso de un boletinero oficial.
¡El propio mandatario desmintiendo a un medio, con su dedo y letra, desde su Blackberry!
Esta sí que es noticia…

-BUZON: [email protected]
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