ANECDOTARIO/JAVIER ROSALES ORTIZ *PROSPECTOS EN LA MIRA

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Su semblante es el de una mujer que ve pasar rápido la vida y que se antoja que estimula los tiempos actuales con los recuerdos del pasado.
Hace poco platique con ella y se le nota desanimada y furibunda, como una mujer con talento que se siente desperdiciada.
En esa ocasión concerté con ella una entrevista para rescatar de su boca el ramillete de anécdotas que seguramente tiene en el morral, pero de entrada me aclaro que no le interesaba hacer remembranza de lo que fue su rica vida política ni hablar de los secretillos que guardaron las paredes de Palacio de Gobierno y de sus anteriores actores.
Por lo menos no de manera pública, porque a su juicio son pasajes de su vida política que ha ido acomodando en su archivo y que solo permanecen en su mente como gratos recuerdos.
Lo que ella no puede negar es que es una excelente amiga del gobernador electo de Tamaulipas, Egidio Torre Cantú, de quien es contemporánea y quien siempre valoro su destreza, su firmeza y su buen tino para caminar con paso firme por la Senaduría, por la Secretaria General de Gobierno y por otros puestos públicos que se ha ganado a pulso.
Es por ello que en los cafetines locales su nombre empieza a sonar con fuerza y en torno a el se tejen versiones que la ubican ya como una integrante del próximo gabinete estatal para aprovechar su experiencia.
Frontal, desinhibida y de mano dura, el nombre de Laura Alicia Garza Galindo se va acomodando entre los otros que los medios van desgranando para el gabinete que viene y la ubican por lo menos en la Secretaria General de Gobierno.
A ella, a Laura, le toco vivir tiempos difíciles cuando fue la titular de esa dependencia y nunca se intimidó, porque cuando el carácter se impone esa es como una simple palabra que solo existe en el diccionario.
El nombre de ella, el de otros y el de otras no figura en la listilla que manosean los medios, pero no hay que perderla de vista porque la amistad es primero.
Igual que el de ella, el de Guadalupe González Galván, es ignorado por la prensa, pero muchos apuestan doble contra sencillo que el diputado priísta podría consumar su sueño de convertirse en Procurador de Tamaulipas, porque también es amigo.
Y es que no solo la amistad da pie a que se elucubren ideas de ese tamaño en la mente, porque también existen pactos que el malogrado doctor Rodolfo Torre Cantú, hizo y que seguramente respetara su hermano Egidio.
Tampoco, figuran en esa lista, el del diputado federal, Javier Gil Ortiz, a quien se le menciona para la Secretaria de Obras Publicas de Tamaulipas y que forma parte de un pacto que supuestamente hizo el Gobernador, Eugenio Hernández Flores.
Y en esta maraña de nombres, los de los hermanos Mario y Humberto Zolezzi García, no podían faltar, puesto que también son bien visto por el gobernador electo y estuvieron muy cerca de las actividades que el doctor Rodolfo desarrolló en el marco de su campaña.
Y si de amistad con el bueno se trata, de igual forma no se puede dejar pasar el nombre del diputado Felipe Garza Narváez, quien no sería extraño que repita como Secretario Particular del Gobernador.
El otro que no se debe de quedar en el tintero es el de Ramón Garza Barrios, alcalde de Nuevo Laredo, quien también figura entre los pactos que se hicieron en el camino.
Pero además hay que echarle un ojito a Edmundo Lozano García, quien, se comenta, va a Comunicación Social, y quien es apadrinado por el ex gobernador, Enrique Cárdenas González.
Ni a Oscar Luebbert Gutiérrez, de Reynosa, quien tiene en la mira a la Sedesol.
La amistad y los compromisos, valen.
Por eso se debe mencionar.
A los poco hacen ruido.

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