A algunos aun sorprende, pero a otros no.
Y es que se dice que en Tampico el PAN tuvo buen tino y que la victoria de su candidata a la alcaldía, Magdalena Peraza Guerra, no es obra de la casualidad, ni un hecho fortuito.
Porque en el puerto jaibo se comenta recio y quedito que la diputada local que toda su vida milito en el PRI siempre mantuvo relaciones de amistad con la más rancia sociedad panista de Tampico, con la que hablaba de política, de proyectos personales y de los aciertos y de los errores que el tricolor fue dejando en el camino toda su existencia.
Esos acercamientos se valen aquí y en China, porque siendo nativos del mismo puerto, qué mejor que discutir con los amigos los acontecimientos que rodean la vida política y pública de Tamaulipas, sin que importe el partido en el que militen.
Y es que en Tampico las reuniones entre las féminas de abolengo y las que no lo son, fueron frecuentes durante muchos años y Magdalena era una de las protagonistas, aunque allá se comenta que en un inicio logro penetrar en el cerrado circulo en calidad de colada.
Fue tanto el contacto que mantuvo Magdalena con las féminas del moño azul que inclusive hace algunos años conformaron una especie de grupo que denominaron “Mujeres y Punto”, con la mira de que el blanquiazul fuera tomando en cuenta a las de su género y que las deslizara hacia los puestos de elección popular o bien hacia los cargos públicos de importancia en Tamaulipas.
Y fue así que mujeres como Carmen Bolado del Real y, otras, fueron escalando posiciones muy destacadas en la vida política, por ejemplo ella, la senaduría.
Esa mujer, la del gran peinado, la del porte impecable y la del fuerte carácter, fue una de las más participativas en esa agrupación, de la cual el PAN estatal siempre estuvo enterado de su existencia y de la peligrosidad que revestía que las féminas se aglutinaran y que le dieran vuelo a la lengua.
Pero no era Carmen la mujer de más importancia en es clan, porque había otra con más experiencia y que, se dice, fue quien le dio vida a esa agrupación.
Se trata de Lucia Irene Alzaga Madaria, Delegada Federal de la SEDESOL federal en Tamaulipas, quien, sin embargo, lo más que logro escalar fue a una diputación local en los años anteriores.
Fue tanto el éxito de esa agrupación de féminas, que haciendo a un lado el recato, la dignidad y el estilo, algunos caballeros panistas se empezaron a fijar en la grandeza de Mujeres y Punto y pidieron chance para acercarse y participar en las discusiones de altura que se gestaban en reuniones muy privadas.
Se dice, por ejemplo, que a esa cerrada agrupación lograron entrar personajes como Arturo Elizondo Naranjo, Diego Alonso Hinojosa y otros que hoy gozan de puestos públicos federales que valen y desde los que sirven a Tamaulipas.
Pero para que el nombre de Magdalena no se pierda, se debe comentar que ella obtuvo provecho de ese acercamiento con las panistas.
Porque Lucia Irene, conociendo perfectamente las posturas de Magdalena y su intención de brillar en el firmamento, es una mujer que hoy por hoy marco la vida de la modesta maestra.
Y cómo no, si fue ella quien desde Tamaulipas la propuso para que se convirtiera en la candidata del PAN a la alcaldía de Tampico, por eso Magdalena le va a estar agradecida toda la vida.
Y esto viene a colación por aquello que se dijo de que Magdalena deberá gobernar a Tampico con panistas puros.
Lo que ella se sacude con singular habilidad.
Pero por deducción ahora se sabe quién estará detrás del trono en la administración de Tampico a partir de enero del año próximo.
¿Cabe aun alguna duda?
Sobre quién será la verdadera alcaldesa.
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