La confianza mutua de los ciudadanos, las reglas efectivas y un tejido de redes sociales basadas en la solidaridad, el altruismo y la responsabilidad social, conforman el capital social que toda comunidad desea construir, para salir adelante en cualquier situación.
Cuando existe capital social, cualquier reto es posible, cualquier acción se vuelve sencilla, porque la unión hace la fuerza, porque el esfuerzo compartido es indestructible.
Muchas gracias por compartir con nosotros este anhelo, gracias por formar parte de este ejercicio que pretendemos sea el que modifique nuestra vida en sociedad y lo enriquezca día con día.
Sean bienvenidos a Nuevo Laredo señoras y señores conferencistas. A Tamaulipas, tierra de gente tenaz y hospitalaria. Gracias por venir a ser testigos de nuestro esfuerzo y nuestro afán, gracias por venir a compartir sus experiencias positivas y darnos el aliento que todos necesitamos en nuestro país.
Gracias a quienes hoy nos acompañan de otras partes del estado y de México y que al igual que nosotros, tienen confianza en que la transformación viene desde adentro y desde abajo, desde la estructura, desde uno mismo.
Para quienes impulsamos la fórmula de un gobierno ciudadano, en donde la sociedad organizada participa diseñando políticas públicas y ejecutando el presupuesto, como es en Nuevo Laredo, contar con organizaciones empresariales que además de velar por la productividad de sus empresas también las consoliden sustentablemente con su entorno, representa un ingrediente que multiplicará los resultados.
Es cierto que en nuestra ciudad existen muchas organizaciones empresariales nacionales y trasnacionales que actúan con responsabilidad social; también es cierto que existen algunas empresas que han generado políticas que dignifican el trabajo de sus colaboradores y de sus familias, que se han ocupado en el medio ambiente y las causas sociales y eso los ha distinguido de las demás
Es también un hecho que existen ya algunas fundaciones empresariales locales, que han logrado visualizar con detalle que trabajar en los valores fundamentales hacia dentro y hacia fuera de sus empresas, con responsabilidad social, les permite ser más eficientes y algo muy importante, más cercanos a su gente, con mayor compromiso, con mejores dividendos en lo colectivo.
Y esa es precisamente la filosofía en la que descansa este gobierno que yo tengo el honor de presidir. Por eso hemos invertido gran parte de nuestro esfuerzo en transformar la acción pública, incorporando las mejores causas, con los mejores actores: los ciudadanos.
Porque la experiencia de aquellos que durante años han trabajado en beneficio de los demás no puede ser pasada por alto, tenemos que aprovecharla, tenemos que confiar en ella y trabajar unidos.
De ahí que nuestra primer premisa como gobierno, como orgullosa ciudad de calidad tamaulipeca, haya sido incidir de manera directa en la construcción del capital social, inyectando recursos públicos a las organizaciones de la sociedad civil, mediante programas de coinversión exitosos, que han tenido oportunidad de observar en los stands que están en afuera, en el lobby, y que han transformado el entorno de miles de familias de nuestra ciudad.
También, hemos incorporado a ciudadanos expertos en diversas materias, para que den rumbo, a las políticas de género, a la competitividad del municipio, a la planeación urbana y al desarrollo de la vivienda, así como a la evaluación constante de nuestros procesos de gobierno, del manejo de las finanzas y del cumplimiento de nuestras metas; nos han evaluado y hemos trabajado en conjunto y eso, genera confianza.
Gracias a la conformación legal de cuatro institutos ciudadanizados y a la evaluación ciudadana, hemos logrado institucionalizar la acción ciudadana en el ejercicio público, como segunda premisa de nuestra estrategia democrática.
Finalmente, planeamos con la sociedad en el corto y en el mediano plazo, lo hicimos para conformar un plan de desarrollo de tres años, pero también construimos una visión de largo aliento: de treinta años, hasta el 2040. No hubiera sido posible sin la participación decidida de muchas y muchos que hoy se encuentran aquí y que fueron parte de ese ejercicio de responsabilidad social.
Por eso además, yo quiero agradecer a un grupo de empresarios, de personas de bien, que se han asociado para que esa planeación, para que ese esfuerzo de investigación y de análisis de nuestra realidad, se convierta en una ruta trazada, en un objetivo cierto y claro, en metas medibles, me refiero a los integrantes de la Asociación Civil, Plan Región Laredo 2040, quienes hoy son corresponsables de este evento de tanta trascendencia, que marcará a muchos de mis conciudadanos, que transformará las mentes y con ello, aportará al beneficio de la colectividad.
Gracias a ellos, el día de hoy tendremos oportunidad de dar un paso más hacia adelante en la construcción de esta democracia participativa que nos hemos propuesto como forma de vida.
Hoy, escucharemos con interés, las prácticas exitosas de los empresarios con visión ética y clara. Escucharemos a quienes han tenido la oportunidad de hacer de la responsabilidad social, un valor que va más allá de la filantropía y convertirlo en una forma de vida.
Seremos testigos de las experiencias y prácticas que han inyectado vitalidad en sus empresas y organizaciones empresariales y han generado un desarrollo comunitario que mueve y transforma su entorno.
Sé que lograremos entusiasmarnos con esta información, sé que tendremos herramientas para dar el siguiente paso en esta cadena de transformaciones, estoy seguro que lo que escucharemos nos hará valorar más a quienes nos rodean, lo que somos y lo que tenemos.
La motivación es genuina: lograr que nuestra ciudad siga creciendo de manera sostenible y eficiente; que los negocios ofrezcan riqueza para todos y respeto por el medio ambiente; que la ética sea una constante en la vida comunitaria y que el valor agregado que demos cada uno en nuestras acciones, hagan la diferencia día con día.
Señoras y señores, amigas y amigos, el futuro de nuestras familias siempre está en juego. Puede ser un futuro digno, como el que heredamos de nuestros padres o podemos retroceder, todo depende de nuestras acciones.
La práctica de una vida ética y armónica, con sentido de responsabilidad, es compromiso sólo nuestro.
Los gobernantes de hoy, fuimos y seremos ciudadanos, nada más, llegamos y nos vamos. La ciudad continúa y en la medida en la que sean los ciudadanos los rectores de su destino, verdaderamente se logrará una continuidad y se verán los resultados.
Hoy, la práctica de ese compromiso puede convertirse en una realidad y en un modelo, sigamos trabajando y aportando ideas a diario, para hacer de Nuevo Laredo, una ciudad con valor.