Autoridades municipales y federales
Tiene 103 años y vive en la Colonia El Maestro
A través del Programa 70 y Más, de la Secretaría de Desarrollo Social, el Gobierno Federal entregó en Nuevo Laredo la medalla conmemorativa del Centenario de la Revolución Mexicana a la señora Feliciana Morales Torres, de 103 años, vecina de la Colonia El Maestro.
El sencillo pero significativo acto se realizó en el domicilio de la señora Morales Torres, ubicado en calle Eugenio Villarreal # 7631, en donde el promotor del programa antes mencionado, Eliud Azael Marroquín Ruiz, se trasladó para llevar a cabo la entrega de la medalla acuñada en plata de 10 onzas.
“Vengo a entregarle, de parte del Presidente de la República, la medalla, porque es un honor contar con 100 años, y usted los cumple, le voy a hacer entrega, y ojalá todos lleguemos a su edad, esta moneda es para usted, guárdela, cuídela, es a razón del Centenario de la Revolución”, señaló el funcionario federal.
Mencionó que en Tamaulipas son alrededor de 140 medallas las que se estarán entregando a personas con más de un siglo de existencia y que pertenezcan a dicho programa.
“Que Dios los llene de bendiciones, yo pido mucho por ustedes, por la gente buena que se acuerda de uno”, dijo doña Feliciana, al recibir la distinción.
Pedro Robles García, director municipal de Desarrollo de la Sociedad, resaltó la importancia de esta medalla, porque dijo que no cualquiera tiene el privilegio de vivir el centenario.
“La verdad que estamos muy complacidos ser parte de este programa de entrega de esta medalla conmemorativa que es muy elegante y bien merecida, es muy importante resaltar a Doña Feliciana que ha vivido los 100 años y es parte de la historia de este país, ha vivido el centenario, es una forma de reconocerle”, mencionó
Doña Feliciana vive con su hija Sixta Esquivel, de 80 años, y su nieta Adela González, de 55.
Ella, nació en un rancho llamado La Laguna, en San Luis Potosí, el 9 de junio de 1907, y desde hace tres años radica en Nuevo Laredo.
Evoca Doña Feliciana momentos difíciles de su niñez
Con palabras entrecortadas por su avanzada edad, Doña Feliciana remembró dos escenas trágicas de la Revolución, cuando ella apenas era una niña. La primera se refiere al momento en que su hermano Tomás la envolvió en una sábana, se la puso a la espalda y huyó entre los arbustos y mezquites para salvar la vida.
Con sus ojos cerrados ya por los años, pero con una mente lúcida, Doña Feliciana dejó asomar lágrimas para recordar escenas trágicas de la Revolución.
La otra remembranza que hizo fue cuando debido a la Revolución su hermano Manuel murió.
