–Pierden la vida en el año 16 migrantes, dice cónsul de México
Gastón Monge/EnLíneaDIRECTA
Nuevo Laredo, Tamaulipas.- Con la muerte de una joven mujer en el candente desierto de Laredo, Texas, suman ya en este año 16 víctimas, 7 ocurridas en el lado estadounidense del río Bravo por insolación, y 9 en el lado mexicano por haberse ahogado en su caudal.
Ante las extremas temperaturas que en el desierto rebasan los 40 grados centígrados, el cónsul de México en esa ciudad norteamericana, Miguel Ángel Isidro, emitió una alerta general a los migrantes que logran cruzar el Bravo y evadir la vigilancia de la Patrulla Fronteriza para que extremen precauciones.
“Lamentamos la muerte de esas personas, pero los tiempos que se avecinan serán extremadamente calientes, por lo que deseamos que nuestros connacionales hagan consciencia de este grave riesgo”, expresó el diplomático.
Aunque aún no se llega a la mitad del año, la cantidad de muertes pudiera igualar e incluso rebasar las ocurridas el año pasado, cuando los reportes indicaron que hubo 39 fallecimientos, de las que 30 fue por insolación en parajes desérticos y alejados del área urbana de Laredo, Texas, dijo Isidro.
El Servicio nacional Meteorológico ubicado en Corpus Crhisti, indicó que en las siguientes semanas las temperaturas en la región rebasarán los 100 grados Farenheit, es decir, que estarán por encima de los 40 grados centígrados, lo que pudiera ser fatal para algunos de los migrantes que se aventuran a cruzar en esta temporada en que el caudal del río Bravo está en sus niveles más bajos del año.
El golpe de calor y los calambres, son los síntomas más comunes que afectan a los migrantes, lo que puede llevarlos a la muerte sin una atención adecuada, dijo Eloy Vega, vocero del Departamento de Bomberos en Laredo, Texas.
La casa del Migrante ‘Nazareth’, instalada en esta ciudad, ha brindado apoyo a unos dos mil 500 migrantes, la mayoría centroamericanos de Honduras, Guatemala y El Salvador, aunque una buena parte de ellos son mexicanos deportados.
El director del albergue, Gianantonio Baggio, se mostró preocupado por la muerte de esas personas, y confió en que puedan ser identificados y entregados sus cuerpos a los familiares, pero muchos de ellos van a la fosa común en calidad de desconocidos.
Los que vienen de Estados Unidos llegan derrotados y sin dinero, además de algunos problemas de salud y lesiones en los pies, de tanto caminar, a decir del sacerdote católico, quien se limita a cuidarlos, alimentaros y darles alojamiento, mientras se recuperan y deciden regresar a sus comunidades de origen.
“El 10% de los deportados llega sin dinero y con algunos problemas de salud. Les otorgamos albergue, alimentación y cuidados. El resto aborda el autobús que los traslade al centro de México y algunos otros buscarán otra oportunidad para cruzar”, expresó Baggio.


