Maremágnum/Mario Vargasuárez *El impacto de la investigación

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He sostenido que el trabajo del investigador científico es como el del Chef, vulgo cocinero. Ambos personajes se esmeran en lo que hacen y al final, cuando uno entrega sus conclusiones y el otro su platillo, obligatoriamente tienen que esperar a que los “tomadores de decisiones” hagan lo propio.
En este tenor se espera que el político haga caso de las soluciones propuestas por el hombre de ciencia. En el caso del chef, espera que su platillo sea consumido “hasta el final” por el comensal.
En otras palabras, investigar es una tarea académica que requiere de consulta y análisis con diversos enfoques para brindar oportunidades de solución a los conflictos que se plantean.
La investigación, dicen los especialistas, empieza planteando preguntas de la realidad y cada pregunta es un conflicto que se resuelve por medio del estudio formal, del hacer científico y que concluye con opciones para su resolución.
Una realidad es que la investigación formal necesita de mucho dinero y generalmente es la iniciativa privada quien financia esos proyectos. Quizá el mejor ejemplo sea la industria farmacéutica que anualmente invierte cientos de millones de dólares para poder obtener los medicamentos.
En el caso de México el gobierno autoriza 20 años la explotación comercial con el compromiso de los laboratorios médicos de entregar la fórmula para que después del período citado, los medicamentos se hagan genéricos, intercambiables, similares o como quiera que se llamen, en primera instancia para la medicina pública.
En el renglón de educación, la investigación en México llega hacia 1982 y es en los planes de Estudio de la Educación Normal de 1984 que se incluyen como materia, además se plantea que los estudiantes hagan una investigación de su propia práctica docente.
“Con esta Reforma a los Planes de Estudio de la Escuela Normal en México –dice el Maestro Pedro Javier Vargas García, aspirante a suceder a Arnulfo Rodríguez Treviño en el liderazgo de la Sección 30 del SNTE- el gobierno federal intenta hacer que los normalistas se hagan analíticos, críticos y reflexivo de su propio quehacer docente…”
Agrega Vargas García “…la modificación curricular de 1997 hace énfasis en la práctica docente y los estudiantes de las Normales pasan más tiempo en la escuela para que el análisis sea mucho más profundo, al grado que se abre la opción de titulación con un Informe de esas prácticas.”
La formación de maestros en México ha chocado con la realidad educativa que se vive, sobre todo, porque los “tomadores de decisiones” han nombrado a funcionarios ajenos a la misma educación y desde luego que no puede haber un seguimiento a las políticas que se puedan implementar con el mejor de los ánimos.
En Tamaulipas existen Normales Oficiales en Cd. Victoria, la Benemérita Escuela Normal Federalizada, la Escuela Normal de Preescolar “Estefanía Castañeda”; En Jaumave la Escuela General “Alberto Carrera Torres”; En Güemez la Escuela Normal “Lauro Aguirre”; en Matamoros la Escuela Normal “Rosaura Zapata” y en Nuevo Laredo la Normal “Cuauhtémoc”.
Tampico, Madero, Victoria, Reynosa, Matamoros, Valle Hermoso y Laredo son los municipios que cuentan con Normales privadas.
Las licenciaturas que se imparten en la formación de maestros es Educación preescolar, primaria, media, educación física, telesecundaria y especial. En todas las escuelas públicas y privadas la investigación educativa se impartió. No hubo seguimiento y a nivel nacional se cambiaron los planes de estudio.
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