-Con Alberto Estrella, Cecilia Toussaint, Daniel Berlanga y el Grupo Tequio
Lupita Álvarez7EnLíneaDIRECTA
Victoria, Tamaulipas.-Dentro de su gira nacional, hoy se presenta en Reynosa la obra de teatro del tamaulipeco Medardo Treviño, con las actuaciones magistrales de Alberto Estrella, Cecilia Toussaint, Daniel Berlanga, así como integrantes del Grupo Tequio. la función es en el Teatro Experimental a las 19 horas, dentro de las actividades del Festival Internacional Tamaulipas.
Después de una exitosa temporada en el Distrito Federal en donde se acaba de develar la placa de las 100 representaciones, el montaje de Medardo Treviño regresa a Tamaulipas para después presentarse en otras partes de la república.
La obra de acuerdo a la critica nacional “En el centro del vientre” da muestra de que la creatividad nace de la angustia, como el día nace de la noche oscura. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia.
Inicia la obra con la escenografía de Arturo Nava, un solo árbol, fuerte, correoso, que se niega a morir como su dueño, testigo fiel de la familia de Alberto Guzmán; una metáfora del protagonista, dueño de un rancho agrícola, de grandes extensiones, fuerte, bravucón, semental, con diez hijos procreados con la esposa, del resto, perdió la cuenta.
Alberto Estrella, cumple veinte y cinco años de actor, y que mejor manera para festejarlos, que con esta excelente puesta en escena, dirigida por el propio autor de la obra, Medardo Treviño, que sin engolosinarse con su texto, supo dar el tono y ritmo a cada escena, sobre todo, manejó el tiempo, con precisión de relojero.
Para el protagonista, fue un verdadero reto actoral, porque en segundos, tiene que cambiar de viejo a joven, de hombre maduro, al decrépito. Hombre vencido por el tiempo, pero que conserva la esperanza de resarcir el imperio del que antes era dueño y señor; el todo poderoso, la máxima autoridad, ¡el centro de ese universo!
Cecilia Toussaint, después de veinte años de haber dejado la actuación, y dedicarse sólo a la música, se posesiona del escenario, como una primera actriz que es, “lo bien aprendido, nunca se olvida”; representa a Delia, la hermana mayor de Alberto, que nunca lo abandona, no se casa, vive para atenderlo. Cuando murió, lo hizo en silencio, como vivió siempre. Además se justificó con su hermano, dijo: “porque ya me pesaba mucho el cuerpo, ya no aguantaba la vida”.
El amor filial que siente ese hombre por sus hijos, lo hacen fincar falsas esperanzas en ellos, porque cree que algún día, se harán cargo del rancho, que lo harán progresar y que nadie se los podrá quitar.
Una historia, donde se ponen en juego las más profundas pasiones, amor, desamor, prepotencia, soberbia, machismo, miedo, fornicación, falso orgullo, insatisfacción, abandono, tradición familiar y ¡muerte!
Daniel Berlanga, hace su debut en teatro, con esta puesta en escena, saca la casta y hace acopio de su capacidad histriónica, al enfrentarse a su padre Alberto. Sabe que por ser el hijo mayor, es el hijo pródigo; que tiene que tolerar vejaciones, insultos, porque su progenitor, a veces se muestra afable, a veces violento, pero… ¡es su padre!
Alberto tiene otras dos hermanas, Ninfa que le da vida Larissa López e Irene, representada por Mónica Gómez; las hermanas, se niegan a vivir como las mujeres del rancho, sumisas, vejadas, llenas de hijos; mujeres intrépidas, prefieren cruzar el río, que divide las dos tierras, dos países, emigrar y buscar nuevos horizontes, abandonan a Alberto, no sin antes, demostrar estas actrices, su experiencia en las tablas.
La esposa de Alberto, alias la Güera, es representada por Rosy Balderas, que asume su rol de mujer mexicana, fiel, abnegada y resignada a tener los hijos que vengan, hasta que en su lecho de muerte, le dice a su cuñada Delia: – “Dile a Alberto, que suelte a la muerte, que ya soy puro dolor, que no quiero morir a puro alaridos”.
Martín Reynaldo es el gringo, demuestra que no hay papel pequeño en el teatro, su presencia, carga emotiva y mirada, lo dice todo, no necesita hablar. Edgar Adrián, hace el papel de Humberto cuando era niño, su aparición la hace en la primera escena, demuestra gran talante, seguridad y profesionalismo, se mueve “como pez en el agua”.