La madera puede convertirse en una alternativa más sostenible para la producción de biocombustibles de aquí al 2020, de acuerdo con un nuevo estudio desarrollado por especialistas de la University of British Columbia de Canadá.
Aunque se sabe que los biocombustibles a partir de madera cuentan con distintas ventajas en términos de eficiencia y carácter sostenible, aún no se ha realizado su producción en grandes cantidades comerciales debido a sus elevados costes.
En mercados como los Estados Unidos y Canadá, por ejemplo, el etanol obtenido a partir de maíz se mezcla cada vez en mayor medida con la gasolina y otros combustibles. Pero en realidad se conoce que el uso de esta materia prima resulta perjudicial desde el punto de vista ecológico y social, ya que supone el uso de superficies destinadas a cultivos con fines alimenticios y, en consecuencia, puede provocar incrementos en el valor de los alimentos y efectos sobre la seguridad alimentaria.
Por el contrario, el denominado etanol celulósico y los biocombustibles obtenidos a partir de la madera generan menos emisiones de gases de efecto invernadero y requieren menos agua durante su producción. Además, el principal componente de la madera, la celulosa, es el polímero más abundante en el planeta, y no registra aplicaciones alimenticias.
Los especialistas de la University of British Columbia creen que la producción de biocombustibles a base de madera se podría optimizar mediante la reducción de los costos de instalaciones y equipos, a través de la disminución del valor de las enzimas, y mediante la generación de ingresos extras por productos complementarios como la electricidad.
Paso a paso
En Canadá, los residuos de madera, los tallos de maíz y la paja de trigo están siendo considerados para la producción de etanol a base de madera. Sin embargo, aunque se han invertido fuertes sumas en investigación, se requiere un apoyo mayor del Gobierno para que esta producción sea económicamente viable.
Un caso paradigmático es el de Brasil: hace 35 años este país sudamericano tomó la decisión de invertir fuertemente en la caña de azúcar como materia prima para generar etanol. En la actualidad, gran parte del mercado automotor brasilero funciona con combustibles desarrollados con hasta un 100% de etanol, mientras que los subsidios gubernamentales a la industria casi han desaparecido, debido a la alta competitividad de la misma.
Fuente:
NeoMundo.com.ar