A primera vista podría pensarse que los humanos y las moscas de la fruta no tenemos nada en común, pero las apariencias engañan.
Las dos especies no solo comparten el 70% de los mismos genes que causan enfermedades sino que también tienen muchos de los mismos órganos.
Este parecido, junto con su breve período de vida y su capacidad de reproducirse rápidamente, las convierte en unos seres muy valiosos para los científicos que estudian los genes y las enfermedades.
Pero si tenemos en cuenta que pequeños mamíferos como los ratones comparten muchos más genes con los humanos, surge la cuestión de por qué las moscas de la fruta son tan usadas en los laboratorios.
Modificadas genéticamente
Las moscas de la fruta pueden ser modificadas genéticamente para que desarrollen algunas enfermedades humanas. A algunas les han causado piedras en el riñón, a otras diabetes e incluso otras han sido enviadas al espacio.
Estas moscas alteradas también pueden reproducirse durante varias generaciones.
Recientemente, la comunidad de estudiosos de la mosca de la fruta se reunió en la conferencia anual de investigación de drosofilia en la Sociedad Estadounidense de Genética para compartir sus conocimientos sobre cómo las moscas de la fruta pueden ayudar a los seres humanos.
clic Lea: Moscas que ayudan a resolver crímenes
Un grupo de investigadores presentó un video sobre cómo habían causado piedras en el riñón a estos insectos.
La mayoría de piedras en el riñón están formadas de un compuesto llamado oxalato de calcio. Aunque el riñón de una mosca de la fruta es más simple que el de un humano, cumple una función similar.
Cuando las moscas se alimentan de comida con un alto contenido en oxalato, enferman con piedras en el riñón al igual que los humanos.
“Esa fue la primera vez en la historia en que hemos podido ver cómo se forma un cálculo renal. Sabemos cómo sufrimos los seres humanos, así que no es ético causarle ese dolor a los animales, pero parece que las piedras no afectan a las moscas”, dice Julian Dow, profesor de la Universidad de Glasgow, en el Reino Unido, y autor del estudio.
“Ahora podemos usar esas moscas para probar nuevos medicamentos contra las piedras que luego serían usados en humanos”.
Una de las primeras moscas mutantes que fue descubierta -llamada Rosada por su color de ojos- desarrolló una variante muy parecida al cálculo renal humano.
El doctor Michael F. Romero, de la Clínica Mayo, colaboró con la investigación y encontró una manera de ralentizar la formación del cálculo renal al bloquear el gen responsable de transportar el oxalato. Romero cree que tras un período de pruebas, ese descubrimiento podría ser aplicado en humanos.
“Yo le llamaría a esto ciencia translacional. Esto es fisiología. Podemos avanzar en el tiempo usando un organismo que realiza las mismas funciones que un humano, pero lo hace más rápido”, dice.
Otro estudio identificó genes clave que pueden revelar si una mosca está próxima a morir.
El profesor John Tower, de la Universidad del Sur de Carolina, dirigió la investigación, que intenta descubrir los genes que explican la longevidad.
Dice que los genes y las secuencias que regulan el período de vida de las moscas son muy parecidos a los de los humanos.
“Esperamos que la causa genética subyacente que explica por qué existe el envejecimiento sea la misma en las moscas de la fruta y los humanos ya que el daño y el deterioro de los tejidos es similar”.
Pero agrega que desde el descubrimiento de una sustancia química que funcione en las moscas hasta la comercialización de un fármaco para los humanos habrá que dar muchos pasos.
La relativa facilidad de manejo de las herramientas genéticas que permiten a los científicos manipular las moscas es muy importante, indica Timothy Well, de la Universidad de Oxford.
“Somos capaces de controlar y manipular sus genes de una manera fácil y creativa. Al hacerlo, podemos descubrir qué pasa si hacemos una mutación en un gen que es relevante para la enfermedad que estamos investigando”.
Fuente:
bbc.co.uk