Los saltamontes que viven en centros urbanos están cambiando sus cantos, según un nuevo estudio.
Investigadores en Alemania señalan que los insectos han debido aumentar el volumen de los trechos de baja frecuencia para competir con el ruido del tráfico.
Los sonidos son vitales para los saltamontes ya que forman parte de su ritual de cortejo y el ruido podría afectar su comportamiento reproductivo.
El estudio es el primero de su tipo, según Ulrike Lampe, profesora del Departamento de Biología Evolutiva de la Univerisidad de Bielefeld en Alemania.
“Los efectos del ruido generado por la acción humana solo habían sido estudiados hasta ahora en invertebrados”, señaló la investigadora
Cortejo
Los científicos se centraron en el comportamiento de la especie Chorthippus biguttulus, recolectando 188 machos tanto de lugares cercanos a carreteras como de sitios rurales.
“Esta especie es un caso de estudio porque cuando el cortejo es exitoso, las hembras responden a los cantos del macho con sus propios sonidos de baja frecuencia”, explicó Lampe.
Los saltamontes producen sus cantos frotando una sección serrada en su patas traseras contra una vena en sus alas.
El canto del macho consiste en frases cortas de dos o tres segundos que aumentan en amplitud hacia el final. La primera parte está compuesta por sonidos que adquieren progresivamente mayor rapidez y amplitud, culminado en un zumbido al final de la frase.
Más volumen
Para estimular a los machos a emitir cantos típicos del cortejo, los científicos colocaron los insectos en contacto con hembras y grabaron los resultados en el laboratorio.
A diferencia de los saltamontes de sitios rurales, sus pares urbanos “suben el volumen en los segmentos de frecuencias bajas”.
El cambio hace que sea más fácil distinguir los cantos de los sonidos de baja frecuencia característicos del tráfico.
Los investigadores advierten que los ruidos del tráfico podrían estar afectando la reproducción de los grillos.
“El aumento en los niveles de ruido podría afectar el cortejo en múltiples formas”, afirmó Lampe.
“Podría impedir que las hembras escuchen adecuadamente el canto de los machos o que reconozcan a los machos de su propia especie”.
Fuente:
bbc.co.uk