La gastronomía peruana ha ido ganando notoriedad en los últimos tiempos, dándose a conocer en todas partes por su variedad e ingredientes únicos; tanto, que acaba de ganar el premio al Mejor Destino Gastronómico del Mundo en los World Travel Awards realizados en Nueva Delhi, India.
Parte de su éxito se debe a la fusión iniciada con la llegada de los españoles al Imperio Incaico en 1532. Pero ¿qué se comía antes de la colonia, o más bien, qué se comía antes de que los Incas conquistaran a las diversas culturas preincaicas repartidas en el territorio de Perú?
En la ciudad de Arequipa, en el sur del país y considerada la segunda después de la capital, Lima, se encuentra un restaurante único en el mundo, Sonccollay (“con el corazón” en quechua), donde se come de la misma manera que lo hacían los habitantes preincaicos hace más de 800 años.
Su dueño, Walter Bustamante, explicó a BBC Mundo que desde niño se interesó por la comida que preparaba su madre “y cocinar es parte de comer bien”.
Búsqueda de lo ancestral
Fue cuando trabajaba en mercadeo, que unos amigos dedicados a la hotelería le preguntaron en qué invertir su dinero. “Hice un estudio de mercado en los años 90 y cada vez venían más turistas al país, interesados por descubrir lo ancestral en Perú”, cuenta.
“Una parte de esta llegada de los turistas era el interés por la comida y nadie les había ofrecido nunca comida antigua. Lo máximo a lo que se llegó fue hacer comida criolla, que es la comida de las picanterías en Arequipa y algunos restaurantes de comida criolla en Lima”.
Bustamante se dio cuenta que ese criollismo tenía demasiados elementos modernos y decidió investigar por sí mismo.
“El resultado fue hacer comida nativa, propia y mejor aún, ancestral, para que el turista sea recibido con una experiencia respecto a lo que comían los antiguos peruanos. El proyecto estuvo guardado y esperando 15 años”, dice.
Él no quería competir con sus clientes abriendo un restaurante, hasta que le dio “vergüenza llegar a Puno y en el medio del lago Titicaca, tanto en el lado boliviano como en el peruano, te ofrecen trucha frita con papas fritas; pero la trucha no es nativa, fue importada de Canadá, y las papas son industriales, ni siquiera de Puno, que es la cuna mundial de la papa”.
Culinaria y filosofía
Es importante recalcar que en Sonccollay se cocina “sin ajo, sin cebolla, sin pimienta… más bien sí hay sal, hierbas aromáticas y amor a la humanidad”, dice Bustamante.
Los estudios de filosofía de este chef marcaron su pensamiento y siguen influenciando su actividad en la cocina. “Cómo me gustaría que todos los seres humanos vivan hoy como vivían los antiguos peruanos, 150 años en promedio en pleno uso de todas sus facultades, incluida la amatoria”, algo que atribuye a lo saludable de la comida preincaica.
Al preguntarle sobre las distintas culturas preincaicas que existían en Perú, afirma que no eran muy distintas entre sí.
“El elemento de cambio, una especie de moneda que había en los tiempos de hace 8.000 a 12.000 años, es la hoja de achira en la costa y sierra y la hoja de bijao en la selva. La achira sirve para envolver el pescado y asarlo. El cuy, la llama, la alpaca fueron domesticados” en todas esas culturas, como Chavín, Nazca, Mochica o Paracas.
Algo más: “La carne de llama y alpaca es riquísima y es la más fina del mundo; todas las carnes tienen entre 4% y 15% de colesterol, mientras que la llama y la alpaca tienen 0,5%. Y en proteína, si res y cordero además de hormonas alcanzan 17% de proteína, la llama y la alpaca llegan a 25%, que salta a 57% cuando se convierte en charqui (carne seca y salada)”.
Si Perú es el primer destino gastronómico del mundo, Bustamante agrega que “Arequipa es la capital gastronómica de Perú”.
Fuente:
bbc.co.uk