¿Qué pasa en Comapa?

La Comisión Municipal de Agua Potable y Alcantarillado –COMAPA-de Victoria tiene problemas que no ha podido o sabido resolver, y afectan muchos rubros en la localidad. De no poner un remedio a estos males, seguramente en el verano usted y nosotros tendremos que pagar las consecuencias de tal ineptitud.
Hace unas semanas vimos con sorpresa que, en lunes, la avenida Francisco y Madero, que conocemos como el 17 se encontraba prácticamente mojada de lado a lado.
La charla matutina antes de llegar a la escuela a dejar a la más pequeña de la familia fue en torno a ello, porque no sabíamos si había llovido u otra cosa, pero el asunto es que estaba de lado a lado mojada.
Los vecinos y algunos amigos nos confirmaron que había una enorme fuga, que al parecer se había roto una válvula y no se podría reparar pronto, por lo que el agua circulaba desde las calles 19, 18, 17 y 16, iniciando por la avenida General Alberto Carrera Torres y hasta la calle Méndez.
Pensamos en la gravedad del asunto, porque Victoria no se caracteriza por tener abasto del vital líquido adecuado durante todo el año: en épocas de intenso calor hay que racionar el agua en varios sectores. Esto, al parecer, no preocupa a los que manejan la COMAPA, porque el tiradero de agua se presentó por horas, muchas, para nuestro gusto.
Hace unos días tuvimos un evento similar en otro sector de la ciudad, y al parecer, también la falta de aplicación de las cuadrillas de la referida Comisión estaban en otra cosa… menos en su trabajo.
El incidente se presentó el domingo pasado, lo que nos pone de manifiesto que no hay cuadrillas de emergencia, que los trabajadores –y no tanto- de COMAPA guardan celosamente su domingo de asueto, y no hay poder humano que los haga cumplir con la población que, finalmente, paga sus salarios.
También estuvo el agua corriendo cual ancho arroyo durante todo el día y parte del lunes; pareciera que quienes hoy dirigen esta dependencia no tienen la mínima idea de lo que es escasez de agua en sus hogares, ni siquiera saben lo que es tener que buscar la manera de no ensuciar trastos o de guardar agua para el sanitario. Es casi natural que no tengan problemas para regar sus jardines o para lavar su carro con manguera, porque así es como se las gastan.
Somos tan irresponsables que no comprendemos la necesidad de cuidar el líquido para épocas difíciles. Pensamos que como tuvimos un buen recaudo de agua tenemos derecho a desperdiciarla de manera por demás estúpida, y decimos así porque no puede uno pensar que haya lucidez o algo de inteligencia en quien administra un organismo tan importante y no considera que hay emergencias, que éstas no avisan y que hay que atenderlas en la medida que se hagan presentes en la zona urbana o rural, donde deben dar un servicio de eficiencia.
No entendemos, sinceramente, qué pasa con estos trabajadores: en los días de cobros, tenemos que padecer la flojera y apatía de los cajeros, o de los inspectores que debieran ir a supervisar alguna toma domiciliaria, y luego, cuando hay fugas, en primera instancia, tardan un tiempo insultante para ir a reparar, y cuando llegan a hacerlo, por naturaleza dejan tremendos agujeros en las calles o banquetas que luego son parchados de manera que ni un pequeño lo haría tan mal: sobresalen bordos que nada tienen que ver con un trabajo competente.
¿Quién puede atender este servicio con eficiencia?
Desgraciadamente, muchos de los que llegan a COMAPA son, según ellos, políticos que reciben una oportunidad y no tienen nada de criterio técnico, sin embargo, somos de la idea de que, cuando se hacen las cosas, se deben hacer, como dijeran algunos: bien y a la primera.
Pero pareciera que bordamos en el desierto, que gritamos a un muro, porque las críticas y quejas contra la dependencia administradora del agua y presumiblemente responsable del alcantarillado no tiene idea de lo que hay que hacer para ayudar a la ciudadanía, para cumplir con un trabajo que les pagan, y a algunos, demasiado bien para los resultados tan funestos que tenemos.
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