El Congreso de Tamaulipas ha dictaminado una iniciativa que favorece el trato en todos ámbitos para personas con discapacidad manifiesta.
Ramiro Ramos Salinas, diputado local y presidente del Congreso tiene en su mochila mucho trabajo, y ha propiciado el que se permita a quienes por alguna razón viven con esta condición, ser tratados como iguales a cualquier persona. No decimos “normal”, porque quien tiene una discapacidad es casi siempre más “normal” que muchos que no presentan este tipo de problemas motrices.
La discapacidad se lleva en el organismo y suele ser difícil enfrentarla, más en sitios donde se construyeron rampas para que puedan trasladarse, aunque éstas –las rampas- tienen inclinaciones realmente peligrosas, imposibles de utilizar por cualquier persona que tiene una discapacidad común.
Hay discriminación y también abuso: en los centros comerciales no faltan las camionetas y vehículos que estacionan sus gordas llantas en sitios destinados a este tipo de ciudadanos, sin respetar nada.
El pretexto del frío, la lluvia, el calor, el tráfico o lo que sea, inclusive el partido de fútbol, son suficientes para abusar de estas personas quitando sus lugares que por ley se han instalado.
Los que manejan estas empresas se barren una responsabilidad ciudadana diciendo que si piden a Tránsito local ajustar a estos abusivos, perderán clientela: prefieren en todos sentidos perder a una persona con discapacidad que a uno aparentemente “normal”, como muchos de ellos se dicen, y que han demostrado tener la más grave de las discapacidades: la del cerebro, los sentimientos y la formación moral personal.
Abusos en plazas y cualquier parte son comunes; grave se ver vehículos oficiales en estos sitios. Pareciera que a quienes se les ha beneficiado con el uso de vehículos pagados por todos nosotros no tienen la conciencia necesaria, y el hecho de circular con logotipos oficiales les permite ser abusivos y patanes, como suele suceder cuando alguien les llama la atención, sea autoridad legal o ciudadana.
Es por esa razón que el pleno del poder legislativo ha actuado para que se ajuste a cuentas a este grupo de pseudo ciudadanos abusivos e inconscientes, que hacen lo que quieren amparados en el grueso de su billetera o en sus contactos con quienes dirigen el estado.
Le llaman “Ley de integración Social de personas con discapacidad para el estado” y se ha aprobado su aplicación en la entidad, en los 43 municipios, y se espera que mejore la calidad ciudadana de este importante grupo de tamaulipecos.
Nuestros diputados son conscientes de la necesidad de ajustar este rubro y lo han hecho, amparados en una iniciativa que está blindada y enriquecida con el aval del sistema DIF Tamaulipas, la Secretaría de Salud, los ayuntamientos y las propias organizaciones de gente que vive en forma diferente, pero más plena por lo general.
La ley debe aplicarse en materia de ajustes y sanciones para esos abusivos que vemos que pululan a diario en nuestra geografía.
Es necesario hacer que entren en conciencia, aunque la verdad se antoja difícil dada la escasa forma de raciocinio que tiene quien abusa de los derechos de quienes necesitan atención especial.
Para eso son las leyes: para cumplirse, y los legisladores hacen su parte, para que luego, los que integran los cuerpos de tránsito puedan hacer valer un reglamento que debe tener como prioridad el respeto a los derechos humanos de quien vive con discapacidad, en un mundo distinto al nuestro, porque ellos se enfrentan a diario con una realidad que no es de nosotros y que cala, porque no es fácil saber que a nadie le interesa el respeto a los lineamientos generales de una convivencia armónica y equitativa.
Somos partícipes de que se debe infraccionar muy severamente a quien viola los derechos de nuestros paisanos. Las multas deben ser dolorosas para que aprendan, pues.