Este martes, tras recorrer más de cuatro mil 828 millones de kilómetros en nueve años y medio, la sonda espacial New Horizons finalmente podrá acercarse lo suficiente a Plutón como para desvelar algunos de los misterios que mantienen intrigados a los astrónomos.
La sonda fue lanzada el 19 de enero de 2006 desde Cabo Cañaveral, Florida, y su misión es calificada por la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos como “una prioridad científica espacial”, debido a que se piensa que el planeta enano es una especie de refrigerador, en el que pudieron haberse mantenido congelados durante miles de millones de años los componentes básicos de nuestro sistema solar.
Pese a su importancia, Plutón no ha podido estudiarse a profundidad desde la Tierra debido a que es muy pequeño y lejano. Cuando se observa desde nuestro planeta, es 50 mil veces más débil que Marte y tiene menos de 1% de diámetro aparente del planeta rojo.
A eso hay que sumarle que orbita alrededor del Sol una vez cada 248 años terrestres, y que su distancia media del astro rey es unas 40 veces más lejano que la Tierra. Además, tiene una caprichosa órbita en elíptica.
Aun así, desde nuestro planeta se ha podido descubrir, por ejemplo, que Plutón tiene una atmósfera formada por nitrógeno, metano y monóxido de carbono, que se congela y se desploma conforme se aleja del Sol, pues la temperatura desciende a los 233 grados bajo cero, que su interior está conformado por hielo y roca, y que podría albergar un océano.
Los científicos esperan saber gracias a New Horizons, por ejemplo, qué son las manchas claras que se observan en la superficie de Plutón a través del Telescopio Espacial Hubble.
Algunos piensan que podrían ser depósitos de materia orgánica primordial. “Los espectrómetros de la sonda New Horizons nos ayudarán a identificar los distintos tipos de moléculas orgánicas que hay en Plutón. Esperamos encontrar algo muy interesante”, dijo Alan Stern, el principal investigador de la misión, citado por el sitio web de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés).
También se espera confirmar la teoría de que en la superficie del planeta pudieran existir géiseres que en lugar de lava lanzan hielo. “¡Podría haber toda clase de sorpresas! Es la primera exploración de una nueva clase de planetas”, agrega Stern.
Un nuevo tipo de planeta
Plutón fue descubierto por accidente el 18 de febrero de 1930 por el estadunidense Clyde William Tombaugh, que en realidad buscaba el hipotético Planeta X.
Desde entonces se ha podido establecer que es orbitado por al menos cinco satélites: Caronte, descubierto en 1978; Nix e Hidra, en 2005; Estigia, en 2011, y Cerbero, en 2012.
También se ha logrado observar que Plutón y Caronte en realidad constituyen un “doble planeta”, pues orbitan alrededor de un centro de gravedad común, un fenómeno único en nuestro sistema solar.
Plutón se encuentra en el llamado Cinturón de Kuiper, una región ubicada más allá de la órbita de Neptuno, donde Stern cree que existen “mil planetas enanos o más”. De hecho, considera que ese tipo de planetas “son los más numerosos del sistema solar y, probablemente, de todo el Universo”.
Y gracias a la sonda espacial New Horizons, éste será el primer cuerpo celeste de ese tipo que será explorado. “Éste es una clase de mundos completamente nueva”, dice Stern. “Para entender al sistema solar necesitamos entender a los mundos como Plutón”.
Va de paso
Para analizar a Plutón, la sonda lleva siete instrumentos científicos que trazarán un mapa de la geología del planeta y buscará una atmósfera alrededor de Caronte. Además, estudiará los otros satélites conocidos e intentará determinar si existen otros a su alrededor. En total, la sonda tiene programado realizar 380 observaciones al encontrarse con el planeta enano.
En su máximo acercamiento, la sonda estará a 12 mil 500 kilómetros de Plutón y a unos 29 mil kilómetros de Caronte.
New Horizons intentará recopilar tantos datos como pueda en el menor tiempo posible. De hecho, se le diseñó para que recabe una gran cantidad de información, la almacene en su memoria interna y la envíe a la Tierra en los siguientes meses.
Se le dio esa programación debido a que no entrará en la órbita del planeta. Es decir, tendrá sólo una oportunidad para observar al planeta enano, y lo hará mientras se desplaza a 21 kilómetros por segundo.
La NASA destaca que New Horizons es el artefacto más veloz jamás lanzado. Cuando se separó del cohete Atlas V que lo llevó al espacio, la sonda alcanzó una velocidad de 16 kilómetros por segundo, con la que consiguió atravesar la órbita de la Luna en apenas nueve horas. En comparación, las misiones Apolo llegaban a nuestro satélite natural en tres días.
Luego, para llegar a los 21 kilómetros por segundo, la sonda se apoyó de la gravedad de Júpiter en febrero de 2007. Gracias a ello, la sonda se ahorró poco menos de cuatro años para llegar al planeta enano.
El paso de la sonda por Júpiter le permitió probar la capacidad de sus instrumentos y pudo observar a detalle fenómenos que no fueron totalmente analizados por otras siete sondas espaciales que han pasado por ese planeta, como un rayo cerca de sus polos, el ciclo de vida de las nubes de amoniaco, las rocas que cruzan a gran velocidad sus anillos y la estructura interior de las erupciones volcánicas en su luna, entre otras.
Tras observar Júpiter, la sonda fue puesta en un estado de hibernación para minimizar el uso de energía y la fatiga de sus componentes electrónicos y reducir el costo de las operaciones de la misión. Durante los mil 873 días que New Horizons estuvo en ese estado, repartidos en 18 periodos, su computadora de vuelo sólo transmitió a la Tierra un paquete de datos sobre el estado general de sus sistemas y era despertada tres veces al año para revisar sus sistemas.
Finalmente, el pasado 6 de diciembre, la sonda fue despertada con el envío de la canción Where my heart will take me, del tenor inglés Russel Watson, quien grabó una versión especial para ese acontecimiento.
Con su despertar, también comenzaron los preparativos para la aproximación a Plutón, como correcciones de rumbo y calibración de sus instrumentos. Además, entre mayo y junio de este año, un equipo realizó una intensa búsqueda de desechos expulsados por los satélites del planeta enano que pudieran desviar la trayectoria de la sonda.
Al espacio interestelar
Una vez que concluya su observación de Plutón y sus satélites, New Horizons continuará su camino hacia el Cinturón de Kuiper, y espera la aprobación de la NASA para poder encontrarse con objetos de entre 20 y 50 kilómetros de diámetro descubiertos apenas en 2014.
De ser autorizada la nueva misión, comenzaría en 2017.
Después de eso, la nave continuará más allá del Cinturón de Kuiper, hacia el espacio interestelar. Y al igual que las sondas Pioneer y Voyager, New Horizons dejará atrás la gravedad del Sol y escapará de nuestro sistema solar.
Para entonces, New Horizons se habrá convertido en una pionera en varios campos, como ser la primera misión en explorar Plutón y el Cinturón de Kuiper, la primera en observar de cerca un doble planeta, y la primera desde 1970 en viajar a un planeta no explorado.
Recuerdos de la tierra
Además de los instrumentos científicos, la sonda New Horizons lleva consigo otros objetos:
Una parte de las cenizas del astrónomo que descubrió a Plutón, Clyde William Tombaugh.
Un CD con los nombres de 434 mil personas que se inscribieron en el sitio web del proyecto.
Un CD con fotografías y mensajes de personas.
Una pieza de la SpaceShipOne, el primer vehículo espacial tripulado de capital privado.
Una moneda de 25 centavos de Florida, el estado desde donde se lanzó la sonda.
Una moneda de 25 centavos de Maryland, donde New Horizons fue construida.
Dos banderas de Estados Unidos.
– Un sello de 1991 con la leyenda “Plutón, todavía no explorado”.
Fuente:
excelsior.com.mx