Cd. Victoria, Tamaulipas.-El uso de las redes sociales hipnotiza a la población en general y a los menores en particular que caen del uso al abuso, enfrentando todo tipo de peligros que existen en la red, siendo un hecho que la proliferación de material de alto contenido sexual en las redes sociales es una realidad que pone en evidencia el peligro que estas representan para la estabilidad emocional de niños y jóvenes que hoy en día viven atrapados en la computadora; opina la sicóloga y académica, Gabriela Solís Segovia, quien hace un llamado a los padres de familia a estar vigilantes de la relación de sus hijos con las redes sociales.
Hace referencia que en el día a día niños y jóvenes pasan gran parte de su tiempo frente a la computadora interactuando con conocidos y desconocidos a través de las redes sociales, por lo que se hace necesaria la vigilancia de los padres de familia quienes deben estar atentos sobre la comunicación que los menores entablan así como lo que ven, ya que es de conocimiento público que en redes como el facebook es de fácil circulación material altamente sexual.
Es de conocimiento público que la creciente ola de pornografía que inunda Internet está suscitando un grave problema de educación sexual ya que los menores asumen el contenido pornográfico como algo que puede darse con normalidad en la vida real.
Observar películas pornográficas afecta seriamente el desarrollo psicosexual del niño y adolescente. Dentro de los trastornos que pueden padecer los menores están: la predisposición a la promiscuidad, la negligencia ante métodos de anticoncepción, la vulnerabilidad a enfermedades de transmisión sexual, entre otras:
“Es un hecho que desde los niños, los jóvenes e incluso los adultos tienen la capacidad de interactuar a través de su computadora con ciber-amigos, con desconocidos que pueden llegar a ser ciber-delincuentes”.
Marca que si nos vamos a los extremos se han dado casos de tratantes de blancas, pedófilos, o comerciantes de pornografía infantil que de esta manera los ganchan.
“Porque estos chicos, son vulnerables emocionalmente, se apasionan a través del ciberespacio, lo que impide ver con claridad de que quién está del otro lado nos puede estar diciendo una serie de mentiras, por eso los padres deben estar siempre alertas”.