Aquí en Europa, los mercados bursátiles, así como las divisas, suben y bajan como si estuvieran en una montaña rusa. Trump lo está contaminando todo inyectándole miedo e incertidumbre a los inversores globales y abonando en el campo fértil de los especuladores.
Al fin y al cabo él es un mercader, sabe el maná que se encuentra en la especulación sobre todo si sabes moverla a tu favor; como ha sucedido con las criptomonedas, esos esquemas piramidales, que atraen como moscas a miles de incautos cuya ambición por ganar dinero lo más rápidamente posiblesolo sirve para alimentar a tres o cuatro personas; justo las que se encuentran en la punta de la pirámide… la punta, siempre gana y la base, siempre pierde.
Con tanto vaivén en los mercados bursátiles no es de extrañar que Trump también esté detrás, seguramente hay órdenes de venta y órdenes de compra, de millonarios que son amigos del presidente de Estados Unidos a los que quizá el magnate les dé el pitazo de que mañana “caerá el mercado” porque saldrá a anunciar aranceles o bien amenazará como ya viene siendo costumbre.
Mientras el republicano juega a hacer más ricos a sus amigos e incluso a él mismo, moviendo a los mercados, los agentes económicos enloquecen con tantos anuncios.
La incertidumbre es veneno puro para la economía: los inversores no quieren tomar decisiones de mediano, ni de largo plazo, se ajustan al corto plazo y eso tiene consecuencias.
La volatilidad tampoco es buena consejera. La situación es bastante compleja en la aldea global, porque esto apunta a convertirse en una constante durante el gobierno trumpista y, el problema, es que solo lleva dos meses y nos faltan casi cuatro años para que termine la pesadilla.
Dentro de unos días más, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial en su reunión de primavera, deberán ajustar a la baja el PIB mundial.
Ya es real la afectación al crecimiento de 2025, Trump habla de “pequeñas turbulencias” que resentirá la economía norteamericana y cuando salga el reporte del primer trimestre del PIB norteamericano y sea negativo como ya se anticipa los mercados volverán a caer y las divisas emergentes se depreciarán al ritmo del dólar y del euro.
A COLACIÓN
Aquí en Europa ven con desasosiego la intensificación y amplificación de la guerra arancelaria y la Unión Europea ya espera en cualquier momento su turno para pagar más tarifas por los productos norteamericanos; pero, también están preparados para responderle a Trump.
Ayer, el parqué bursátil de varios países europeos volvió a teñirse de rojo; las ventas fueron la constante en respuesta a la decisión de Trump de duplicarlos aranceles aduaneros de Canadá del 25% al 50% tras escribirlo en su red Truth Social.
La moneda mexicana pasó de 21.38 pesos por euro a brincar a los 22.40 pesos por euro. No es una buena noticia este baile ni bursátil, ni cambiario. Hay operaciones en las empresas cuyos presupuestos dependen del tipo de cambio o incluso de la situación bursátil.
Los exportadores e importadores se están volviendo locos pendientes de los nuevos aranceles… de si habrá una nueva subida en las tarifas; del tipo de cambio, de las bolsas en rojo y de la estupidez de Trump.
Trump está jugando con las cosas del comer de todo el mundo y eso es inmoral. Cuando las bolsas ya están desplomadas y entra más miedo al cuerpo por ver cómo el republicano ataca a los canadienses hasta la yugular volviendo, incluso, a amagar con apropiarse del territorio y hacerlo el estado 51… cuando el daño ya está hecho, Trump anuncia que da marcha atrás y no duplicará los aranceles al acero, ni al aluminio canadiense. Esto es una locura. ¿Cuánto dinero está ganando el magnate especulando con sus empresas en Wall Street?