La corrupción en España acaba con los trenes

La que otrora fuese la joya de la corona en España, al menos de sus medios de comunicación, me refiero a la alta velocidad de los trenes está siendo sepultada por décadas de corrupción y, sobre todo, por el abandono a su suerte que han sufrido las vías y catenarias desde que gobierna el socialista, Pedro Sánchez.

Pura ineptitud y una pésima gestión de los recursos. No es casualidad que su exministro de Transportes, José Luis Ábalos, esté siendo investigado por corrupción y haberse montado un ingente entramado de cobro de comisiones por darles a las empresas privadas obras y contratos; y también están los enchufes a sus amantes en trabajos a los que solo asistían para cobrar.

Y aunque Ábalos fue cesado en julio de 2021, lo sustituyó Raquel Sánchez que duró 28 meses en el cargo y luego fue removida para que se quedase con esta cartera, Óscar Puente, quien fue alcalde de Valladolid.

Puente es el hombre bronco de Sánchez capaz de bajar al lodazal para defenderlo. En política es un dinamitero y en ciertos aspectos me recuerda a Gerardo Fernández Noroña.

Pues ni Ábalos, ni Sánchez, ni Puente han servido para mejorar las vías y los medios de comunicación. Ya viajar en tren sea de cercanías, de media distancia o de alta velocidad es un albur: no sabes si llegarás a tu destino y si lo harás a tiempo.

Es una pena porque si algo tenía el país ibérico era eficiencia en sus medios de comunicación. Todo era funcional: los trenes salían a su hora, llegaban con seguridad; y los aeropuertos con igual capacidad mostrando una buena gestión.

Hace una semana viajé en Iryo de, Madrid a Málaga, estamos hablando de una distancia de 539 kilómetros que en alta velocidad se recorren en 2 horas y 30 minutos. Ya nada es lo que era antes y parece un poema de Quevedo pero no lo es: no partimos a la hora señalada, lo hicimos media hora después; el tren que iba a una velocidad de casi 300 kilómetros por hora, daba bandazos de la inestabilidad en la vía… se movía como si fuese una licuadora.

En el vagón íbamos intranquilos por la inestabilidad que se sentía y lo confieso yo que he sido usuaria de los trenes de alta velocidad en España desde hace 25 años. Entonces, los trenes, no se movían así dando bandazos.

Recientemente un ingeniero me explicó que esto es producto de una notable falta de mantenimiento en las vías ferroviarias porque encima si antes solo circulaba el AVE y ahora, además, se añaden los trenes de Iryo, OUIGO y el Avlo; se tiene una sobreutilización de las vías y de las catenarias.

Y, sin mantenimiento suficiente; y sin una gestión eficaz; y sin una autoridad competente, pues se tiene lo que hay: caos. Los últimos dos años han sido especialmente complicados en materia ferroviaria, con cientos de pasajeros más de una vez parados en las estaciones aguardando a que salgan los trenes que no pueden circular por varias razones: o por un sabotaje o por un robo de cobre o por un problema con la catenaria o porque un tren se quedó descompuesto en la vía.

A COLACIÓN

Yo, en lo personal, temo que pase un grave accidente ferroviario con decenas de muertos. En lo que va de 2025, hemos tenido multitud de incidentes caóticos que han dejado hasta a los viajeros atrapados adentro de los convoyes con el tren parado en la nada y teniendo incluso que pernoctar sin agua, sin luz, sin aire acondicionado, con los aseos hechos un asco… abandonados a su suerte hasta que los ingenieros de mantenimiento dan con el problema.

Esta semana sucedieron nuevos incidentes esta vez con la catenaria y se quedó media España sin circulación hubo 15 mil pasajeros afectados. Casi 500 personas en el tren de Madrid a Málaga pasaron 14 horas adentro de su respectivo vagón con escenas de franca desesperación.

Inaugurada el 14 de abril de 1992, la primera línea de alta velocidad que conectaba a Madrid y a Sevilla en tiempo récord, se estrenó para la inauguración de la Expo92. En más de 30 años ha tenido una expansión fabulosa para vertebrar a buena parte de la geografía ibérica… el problema es que es demasiado joven para morir como está muriendo por ineptitud y corrupción.

España que este año recibirá cerca de 100 millones de turistas está incapacitada para atenderlos con el pésimo servicio ferroviario que se tiene actualmente.

La puntilla está siendo además, que en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas, los controles de aduanas han tenido un fallo y cientos de pasajeros han perdido sus vuelos y conexiones quedándose en tierra. Qué desastre, ya solo nos queda viajar en autobús, como si fuese Nairob

i.

 

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