El doble rasero ha enterrado a la ONU

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España  lleva una campaña internacional  para que a Israel se le sancione al igual que a Rusia. Tanto el presidente Pedro Sánchez, como su ministro de Exteriores, José Manuel Albares, hablan de una doble vara de medir y exigen que haya coherencia.

Y es que además, la ONU y otros organismos internacionales, creados al final de la Segunda Guerra Mundial para guardar los equilibrios en aras de conservar la paz y el entendimiento entre las naciones, hacen aguas por doquier y en buena medida, siempre respondiendo a los intereses de Estados Unidos.

Durante el gobierno del presidente demócrata, Joe Biden, en la ONU se acordó sancionar a Rusia y se le condenó por iniciar su invasión contra Ucrania, el 24 de febrero de 2022.

Luego, la Corte Penal Internacional ordenó la captura del dictador ruso, Vladimir Putin, acusado por crímenes de guerra, tras la sustracción de centenares de menores de edad ucranios que durante la invasión han sido trasladados a territorio ruso.

Con Trump, apenas retornó a la Casa Blanca,  su país que no forma parte de la Corte Penal Internacional decidió ignorar tales medidas anunciadas e invitó a territorio de EU a Putin para llevar a cabo la cumbre de Anchorage en la base militar de Elmendorf-Richardson.

El propio presidente además dio a conocer que su país sancionaba  a la CPI  con sede en  La Haya, luego de que un panel de jueces de la Corte Penal Internacional emitiera órdenes de arresto contra el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu y su exministro de Defensa, Yoav Gallant.

La orden ejecutiva de Trump que puede leerse en la página web de la Casa Blanca llega a calificar de “malignas” las intenciones de la CPI contra Israel  y el gobierno de Netanyahu.

¿Por qué sí Putin y no Netanyahu? Esa misma disyuntiva moral que tiene detrás motivaciones políticas (y económicas) ha  sido condenada por los relatores especiales del Consejo de Derechos Humanos de la ONU que instaron a la comunidad internacional a responsabilizar a Israel por las violaciones del derecho internacional

No hace nada bien que haya impunidad y ni la ONU, ni otros organismos internacionales, están frenándola mientras  el portugués António Guterres, cabeza de Naciones Unidas, desde el  1 de enero de 2017 es un mero fantasma ignorado constantemente por los países en sus ambiciosas disputas. Está en juego además la credibilidad de la comunidad internacional, el respeto mutuo al reconocimiento del derecho internacional, los tratados, los acuerdos y las diversas convenciones en aras de defender los derechos humanos universales.

Los BRICS exigen una reforma de la ONU

A COLACIÓN

Durante la Asamblea  General de Naciones Unidas serán abordados los pasos dados a nivel mundial para la consecución de los Objetivos del Desarrollo Sostenible; la reunión de alto nivel sobre el 30 aniversario de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer; un balance acerca de la Cumbre sobre el Clima y la reunión de alto nivel para lanzar el Diálogo Global sobre la Gobernanza de la Inteligencia Artificial.

También soplan ligeros vientos de cambio porque Guterres se vaya: su período al frente de la ONU concluirá en 2026. Este año,  la alemana Annalena Baerbock asumió la presidencia de la Asamblea General de la ONU es la quinta mujer en ocupar este cargo.

Baerbock fungió como ministra de Exteriores en Alemania con el anterior primer ministro  y en su nuevo encargo ya ha recogido  las peticiones de países como India, Brasil, Sudáfrica, China y Rusia,  miembros de los  BRICS, sobre la necesidad de realizar una serie de reformas en el organismo a fin de reequilibrar el juego de fuerzas en el sistema multilateral.

India, con su primer ministro, Narendra Modi, es uno de los que más presiona a este respecto, con la intención de expandir el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a un total de 25 o 26 miembros

En la actualidad, el Consejo de Seguridad de la ONU está formado por 5 miembros permanentes: China, Francia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos que tienen poder de veto lo que permite que cualquiera de ellos detenga las aprobaciones de cualquier proyecto resolutivo de este Consejo como establecer sanciones contra países belicistas.

Los BRICS además defienden la necesidad de garantizar una representación geográfica equitativa:  los seis nuevos miembros permanentes propuestos serían dos de África; dos de Asia y Pacífico; uno de América Latina y el Caribe; y, uno de Europa Occidental. Esos seis nuevos miembros permanentes ampliarían el número de miembros del Consejo de Seguridad de  Naciones Unidas de 15 a 21 miembros.

Finalmente, para los miembros no permanentes, los BRICS estarían proponiendo: uno de Asia Pacífico; uno de América Latina y el Caribe; uno de Europa del este; y, uno o dos de África, lo que elevaría el número total de miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a 25 o 26. ¿Cuándo va  suceder? Ya suman años las discusiones al respecto y no se  lleva a cabo por temor a que siendo tan polarizadas las diferencias actuales entre los países miembros de la ONU, en lugar de avanzar en positivo, pueda  retrocederse en negativo. Son los signos de los tiempos.

 

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