Sin duda que el título de hoy ha servido de inspiración a los intelectuales de la música para escribir sus canciones y no pocas se han popularizado porque muchos, por lo menos en alguna ocasión nos sentimos afectados.
Sin embargo, no solo la pareja (hombre o mujer) ha padecido del engaño -que al fin y al cabo eso son las falsas promesas- también la población entera se ha descorazonado y no en pocas ocasiones hay dicho, o por lo menos pensado, aquello de “No quiero ya verte, ni hablarte, ya nunca mi amor. El tiempo que fuimos felices ya se terminó.”
Ese desencanto también llega en el comercio, cuando la propaganda nos llena la cabeza de la certeza del producto que estamos comprando y más cuando las letras grandes se comen a las ‘chiquititas’ que nos impiden ver las probabilidades del engaño.
En el ramo automotriz una empresa japonesa de automóviles, que desde 2016, es controlada por el grupo Nissan formando la alianza Renault-Nissan que conformaron uno de los grupos automotrices más grandes del mundo.
La empresa automotriz como propaganda de introducción en sus ventas divulgó la idea de que sus unidades tendrían una “garantía por siete años de defensa a defensa” y no son porcos los clientes que ya se han quejado a la Procuraduría Federal del Consumidor por no respetar ese punto.
Al finalizar el 2023 un profesor jubilado compró una Pickup con la promesa de garantía y él mismo opina que su camioneta en realidad es un muy buen medio de transporte tanto en la ciudad, en carretera y en caminos difíciles de la zona rural de Tamaulipas. Solo que la última semana de septiembre el acumulador empezó a presentar fallas al grado de quedarse varado en un camino vecinal de la capital del estado.
Sin problema recibió el auxilio de un campesino y al día siguiente reportó la anomalía a la concesionaria donde compró la unidad, donde amablemente el Asesor de Servicio le prometió que en unas horas cambiarían el acumulador, pues el escáner reportó la falla.
La falsa promesa de la Agencia Mitsubishi sobre los “7 años de garantía de defensa a defensa” resultó tan engañosa como un finiquito a “…El tiempo que fuimos felices ya se terminó”
El argumento de la empresa automotriz es porque asegura que el tiempo del ‘Servicio’ entre el segundo y el tercero, transcurrieron más de dos meses y por esa causa, se niegan al cambio de la batería.
La reflexión que se hace es que si bien hubo ese desfase, también es cierto que en nada afectó la batería. Además de que el Servicio recomendado cada 10 mil kilómetros de recorrido, tampoco se dieron ya que jamás se han cumplido ese kilometraje, cuando mucho han sido siete mil entre cada servicio y otro.
La enseñanza que recibe este jubilado es ya no comprar esa marca de vehículo. En lo subsecuente recomendar a los interesados en comprar vehículos nuevos, asesorarse bien de estas trampas publicitarias.
¿Se imagina el lector si en lugar del acumulador hubiera sido el motor, la transmisión o suspensión de la L-200 de gasolina? ¿Realmente la garantía que cacaraquean los distribuidores de automóviles son operativas para el consumidor que ilusamente piensa que su vehículo está garantizado por todos sus componentes?
El engaño no es del Agente de Ventas, el Asesor de Servicio u otro empleado, aunque forman parte de la empresa y son el contacto directo con el cliente. Sin embargo, en la idea del comprador de vehículo la imagen de la Distribuidora de vehículos es el rostro de quien engañó, de quien lo involucró en las Falsas Promesas.
Son pocos los Agentes de Ventas que llevan años en las agencias, pero también es cierto que intentan hablar con la verdad con los clientes y ello genera la confianza para volver a comprar, porque tienen la atención.
Mitsubishi Reynosa del Boulevard Miguel Hidalgo 285 en la colonia Fuentes del Valle y su filial en Victoria, en la esquina de Juan B. Tijerina (calle 8) esquina con Alberto Carrera Torres, en la capital tamaulipeca, ¿Manchan su imagen por una batería?