Europa busca reservistas

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El presidente Trump sigue presionando a Europa para que eleve su gasto militar y compre más armamento a Estados Unidos, a España que ya gasta el 2.1% de su PIB en defensa, quiere obligarla a subirlo al 5% o atenerse a las consecuencias de las sanciones.

          Mientras la retórica del mandatario norteamericano pasa por la adquisición de nuevo armamento, al interior de Europa sus respectivos ejércitos viven una catarsis existencial. Ante el miedo a los planes expansionistas del presidente ruso, Vladimir Putin, los ejércitos europeos se enfrentan al dilema de reinstaurar el servicio militar obligatorio mientras las tropas exigen mejores condiciones salariales.

          En los últimos días, Polonia presentó un innovador programa piloto para formar militarmente a 400 mil civiles en 2026; por su parte, Bélgica anunció que comenzará a reclutar voluntariamente a jóvenes de 17 años a los que pagará   2 mil 200 euros mensuales como incentivo. Y, en Alemania, los partidos políticos discuten la reimposición obligatoria del servicio militar mientras en Francia, el presidente Emmanuel Macron, ha tomado una decisión histórica: la creación de un servicio militar voluntario de 10 meses a partir del próximo verano para jóvenes de entre 18 y 19 años.

          Mientras, en España, su ejército vive una situación peculiar: sigue perdiendo reclutas y cada vez a menos personas les interesa formar parte del Ejército debido a las bajas condiciones salariales y los problemas que existen para reconocer los años de formación.

          Precisamente, hablé al respecto con el militar Marco Antonio Gómez, presidente de la Asociación de Tropas y Marinería Española (ATME) del Ejército de España, quien me reiteró que es alarmante que España no está invirtiendo en su personal militar en un momento en el tiempo en que cada año miles de militares salen de las filas y no entran otros en la misma proporción.

          Gómez me explicó que entrar en las fuerzas militares no es atractivo: “Es

 una auténtica vergüenza que un soldado marinero cobre 1 mil 300 euros mensuales netos que es lo que lleva para dar de comer a su familia. Entonces, partimos de la base que no puede subsistir con ese ingreso”.

          También hay otros factores que destaca Gómez: “Si a eso le unimos la tasa de temporalidad, tenemos que en nuestro ejército, los soldados deben abandonar las fuerzas armadas a los 45 años y se van a la calle sin ninguna titulación, ni homologación por sus años de servicio. Entonces, tenemos que España se ha convertido  en una fábrica de militares desempleados de larga duración sin cualificación profesional”.

          Aunque en Europa no se discute abiertamente sobre el término desafección hacia las fuerzas armadas, Gómez cree que prima más el tema económico.

          “Yo así lo veo: qué joven español va a invertir los mejores años de su vida hablando laboralmente para irse a la calle a los 45 años con lesiones que se producen durante los entrenamientos como, por ejemplo, sucede con los paracaidistas que entrenan durante 20 años y luego se quedan con lesiones de rodilla toda su vida”.

A COLACIÓN

El Centro para el Análisis de Políticas Europeas (CEPA, por sus siglas en inglés) publicó un análisis de Tomi Huhtanen que destaca que a  pesar del aumento de los presupuestos de defensa y la tecnología avanzada, las naciones europeas clave como Alemania y Reino Unido están luchando por reclutar y retener suficiente personal para satisfacer sus necesidades de defensa.

Huhtanen refiere que el declive de las fuerzas armadas de Europa presenta un desafío significativo. Alemania y Reino Unido no son los únicos que luchan por encontrar personal: países como Dinamarca, Irlanda y otros enfrentan tendencias similares, con una salida constante de personal militar que crea brechas de capacidad peligrosas.

De acuerdo con este autor, las preocupaciones económicas, las expectativas cambiantes de equilibrio entre el trabajo y la vida; la vivienda militar inadecuada y las percepciones negativas sobre el servicio militar se encuentran entre las razones de peso.

Hay algunos estudios como el del Pew Research Center que destacan una barrera psicológica significativa en la preparación para la defensa de Europa: “Por ejemplo, en Reino Unido y España, solo el 32% y 33% de la población afirman que estarían dispuestos a tomar las armas”.

          Prácticamente un soldado está en el escalafón más bajo de pagos: una persona que trabaje en un supermercado en España de media puede ganar entre 1 mil 400 a 1 mil 600 euros al mes.  Esto es: ganará más que un soldado en el ejército español.

          En la opinión de Gómez, la  situación es muy compleja para las Fuerzas Armadas en España que están conformadas por 120 mil militares de todos los rangos. Gómez señala que hay falta de cabos, de suboficiales y de sargentos.

El gobierno que preside Pedro Sánchez pretende ensanchar el Ejército hasta los 200 mil efectivos e incrementar también el número de reservistas pero hay poco interés de los jóvenes.

          “Es natural que esto suceda. No hay forma de acreditar que un soldado ha sido cocinero, electricista, mecánico o ha realizado cualquier especialidad técnica. Así es que a los 45 años dejas  las Fuerzas Armadas, te vas a la calle y en el Servicio Nacional de Empleo no figura ninguna experiencia laboral, no se tiene ninguna convalidación”, apunta.

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