Se come México 97% de las sopas instantáneas en Latinoamérica

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Agencia Reforma

Distrito Federal— En 2008, México “se comió” el 97 por ciento de la venta total de sopas instantáneas en Latinoamérica, 17 por ciento más que en 2006, un hábito alimenticio que puede contribuir a provocar hipertensión, sobrepeso u obesidad.
Un análisis de la Consultora Euromonitor Internacional revela que México gastó 1.9 millones de dólares en sopas instantáneas en 2006; 2.4, en 2007 y 2.8 millones de dólares el año pasado, datos que muestran un incremento en las ventas de 46.4 por ciento en el periodo de 2006 a 2008.
La fórmula es práctica: un vaso de sopa instantánea, agua caliente y listo. Lo malo es que su alto contenido de grasa, sal y la escasa aportación de nutrientes resultan, combinados con la falta de una dieta balanceada, la pueden convertir en una amenaza para la salud, el mismo caso de otras botanas a base de frituras.
El problema es que se ingieran como un tentempié y no como una comida formal, ya que se consumen calorías extras entre alimentos.
María Elena Téllez, especialista de la Escuela de Dietética y Nutrición del ISSSTE, ejemplifica: una comida del día para un niño con sopa de pasta, pechuga de pollo con puré de papa y zanahoria rallada, un vaso de agua de melón y 2 cucharaditas de aceite para cocinar equivale a 390 calorías. Un solo vaso de sopa instantánea contiene casi 300.
¿Sopas al minuto? Riesgo al instante
Cada que se come un vaso de sopa instantánea aporta a su dieta del día casi todas las calorías de la comida, lo que lo pone en riesgo de padecer hipertensión, sobrepeso y obesidad, además de que atenta con las recomendaciones de una alimentación balanceada.
“Estas sopas dan sensación de saciedad o quitan el hambre porque aportan mucha energía (kilocalorías) y grasa”, explica Aurora Serralde, especialista en Nutriología Clínica del Hospital General de México.
Además de su contenido, el hecho de que se consuman como un tentempié en lugar de una comida formal, aporta calorías extras que aumentan la ingesta diaria recomendada en más del 10 por ciento en niños y más del 12 por ciento en adultos.
María Elena Téllez, especialista de la Escuela de Dietética y Nutrición del ISSSTE ejemplifica: Una comida para un niño con sopa de pasta (30g de pasta), una pechuga de pollo en bistec (30g), 60g de puré de papa, zanahoria rallada 50g, agua de melón con una cucharada de azúcar y 2 cucharadas de aceite para cocinar equivale a 390 calorías.
El mismo menú, sustituyendo la sopa de pasta por un vaso de sopa instantánea, agregaría 290 calorías a las 390 del resto de la comida, un total de 680 calorías; con esto el niño cubriría más del 40 de lo que debería comer en todo el día, considerando una dieta promedio de 1600 calorías.
Guardar el equilibrio
Para hablar de una dieta balanceada debe considerar los siguientes criterios: Que sea completa, esto es que incluya frutas, verduras, cereales, tubérculos, alimentos de origen animal y leguminosas. Suficiente: Que cubra sus necesidades, ni más ni menos. Equilibrada: En la proporción de nutrimentos. Variada: Que aporte todas las vitaminas, minerales y nutrimentos necesarios (no hay alimentos que las contengan todos). Adecuada: Según las condiciones fisiológicas, como edad, estado de salud, género, entre otras. Inocua: Sin microorganismos que provoquen enfermedades.
La fórmula de las sopas instantáneas es práctica: un vaso con ingredientes deshidratados, agua caliente y listo. Lo malo es que su alto contenido de grasa, sal y la escasa aportación de nutrientes resultan, combinados con la falta de una dieta equilibrada, una real amenaza para la salud.
Una sopa instantánea aporta aproximadamente el equivalente a tres porciones de cereales; lo mismo que la suma de una tortilla, medio bolillo y media taza de arroz. De grasa aporta dos equivalentes, lo mismo que una cucharada de mantequilla más una de aceite.
“En una dieta convencional podemos incluir sin problema estos equivalentes de cereales; sin embargo, el aporte de grasa es alto para un solo platillo y más aún si lo usamos de colación o tentempié”, señala Serralde.
Quien ha consumido una sopa al medio día para “calmar el hambre”, el resto del día debe incrementar su ingesta de frutas y verduras, de preferencia crudas, con cáscara y aderezadas con limón, chile o vinagre balsámico, en lugar de aderezos cremosos para no consumir más grasa.
“Lo razonable sería compensar el consumo y sustituir las comidas siguientes con más fibra, verduras, cereales y leguminosas, procurar una dieta balanceada”, sugiere Salvador Villalpando, director de Investigación y Programas de Nutrición en el Instituto Nacional de Salud Pública.
Si la sopa instantánea es parte de la comida, advierte Téllez, es ideal que no la acompañe con refresco, pues al hacerlo aumenta el consumo de calorías hasta 600.
Los nutriólogos sugieren eliminar por completo de la dieta las sopas instantáneas para evitar riesgos a la salud y en su lugar preferir como tentempié alguna fruta picada, una barra de cereal o un yogur para beber.

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