En golpe de calor, el cuerpo no puede detener aumento en su temperatura; afecta a niños, ancianos y enfermos.
Por: Agencias
Madrid, España
Cada año, por estas fechas, la Agencia Estatal de Meteorología de España alerta a la población del incremento de las temperaturas. La subida de los termómetros obliga a ser precavidos, sobre todo con los grupos de riesgo. El golpe de calor amenaza principalmente a las personas mayores, los niños y los enfermos crónicos, reporta el diario El Mundo de España.
Cuando se sufre un golpe de calor, el cuerpo no puede regular la temperatura y ésta va incrementándose, con los consecuentes síntomas de aviso: piel enrojecida, caliente, seca, pulso rápido, dolor de cabeza, confusión, debilidad, insomnio, calambres musculares, náuseas, vómitos, convulsiones, pérdida de conocimiento…
Las personas con mayor probabilidad de sufrir esta alteración son los niños menores de cuatro años; los ancianos; las personas con enfermedades crónicas o que tomen medicación; y quienes hagan esfuerzos físicos al aire libre, ya sea por trabajo o por deporte.
Además de conocer los niveles de calor, en verano resulta esencial poner en marcha una serie de medidas preventivas que impidan sufrir los efectos perjudiciales del sol.
Decálogo de recomendaciones para combatir el calor
* Beber frecuentemente agua sin esperar a tener sed y asegurarse de que niños y ancianos también lo hagan. No abusar de los líquidos que contengan cafeína o grandes cantidades de azúcar.
* Evitar el alcohol. Hacer comidas ligeras que ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor (ensaladas, frutas, verduras, zumos…). Si su médico le limita habitualmente la ingesta de líquidos o le ha indicado un tratamiento diurético, consulte con el mismo la cantidad que debería beber los días de calor.
* Protegerse de la exposición directa al sol, sobre todo en las horas centrales del día. Cubrirse la cabeza, cuidar la piel con protectores solares adecuados y utilizar gafas con filtros ultravioletas. Usar ropa clara, ligera, holgada y que deje transpirar.
* Refrescarse con una ducha o simplemente mojándose cada vez que se necesite. Permanecer el mayor tiempo en lugares frescos, a la sombra o climatizados.
* Evitar los esfuerzos físicos en las horas de más calor. Si se pretende realizar algún deporte es aconsejable limitarlo a las primeras horas de la mañana o al atardecer. Tras la actividad, reponer los líquidos de forma adecuada.
* Bajar las persianas cuando el sol incida directamente sobre las ventanas. Refrescar el ambiente con ventiladores y sistemas de refrigeración, con un uso racional.
* Mantener las medicinas en lugar fresco, ya que el calor puede alterar su composición y su efecto.
* Proteger y prestar especial atención a bebés y niños pequeños, ancianos y personas con enfermedades mentales o físicas que puedan agravarse con el calor y la deshidratación como, por ejemplo, los trastornos cardíacos. Visitar al menos dos veces al día a las personas de su entorno que se encuentren en una situación frágil, para asegurarse de que están bien y de que se hidratan correctamente.
* No dejar a nadie en un vehículo estacionado, cerrado y sin ventilación (especialmente niños, ancianos o enfermos crónicos).
* Consultar al médico o al personal de enfermería ante cualquier síntoma relacionado con las altas temperaturas.
* Ante un golpe de calor lo primero que se debe hacer es pedir ayuda y permanecer en un sitio fresco. Enfriar el cuerpo poniendo paños de agua fría, mediante una ducha o envolviendo a la persona afectada con una sábana mojada.