2009-09-30
PORESTO.NET:
Los cálculos más conservadores de sondeos y toda clase de encuestas (las oficiales son una mentira) arrojan no menos de un promedio, de los 109 millones de mexicanos, de 60 millones sobreviviendo en la pobreza y 20 millones más en la miseria. El resto, descontando a los que la gozan de lo lindo (clase media alta, ricos, millonarios y multimillonarios, en estas dos últimas categorías los narcotraficantes y sus secuaces) otros 20 millones, están a brazo partido nadando en las economías públicas y privadas, para más o menos mantenerse como una clase media degradada.
Estos pertenecen a la población formalmente activa y se dedican a toda clase de piratería en el comercio informal en tianguis y aceras engrosando las filas del ambulantaje, que ejercen su trabajo como “toreros” porque tienen que estar toreando o sea sacándole la vuelta a los llamados “piquetes” de policías e inspectores de la vía pública.
El foxismo desgració, con su corrupción, ineficacia y abusos, a la Nación, al dejar que se profundizaran los efectos del neoliberalismo económico y al permitir darle a PEMEX la puntilla, saqueando sus ganancias. Ahora Calderón, continuador de esa política económica foxista (Dios hizo a los panistas y éstos se juntan) busca privatizar a la paraestatal nombrando a un nuevo director que está probado contribuyó, con Fox, al desmantelamiento de la industria petrolera.
Fox y Calderón utilizaron el dinero de los impuestos, venta de bienes, servicios y el resto de la recaudación fiscal, en pago de nóminas de sus altos y medios colaboradores, que es el gasto corriente.
Quebradas las finanzas públicas, ahora el señor Calderón inventa nuevos y más impuestos: a la gasolina, el diesel, las medicinas, los alimentos y casi todos los productos. Y nos dice con cinismo que un 2 por ciento se destinará a “beneficiar” a casi 7 millones de pobres… ¿y los demás 43 millones?
Al presentarse ante la nueva Cámara de Diputados Federales, el señor Carstens Carstens (es el doble apellido del todavía titular de la Secretaría de Hacienda) que se puso a chacotear jurando tres veces decir la “verdad”, cuando soltó mentiras completas (ni siquiera a medias) sostuvo que “la inmensa mayoría de los mexicanos está dispuesta a pagar el nuevo impuesto de combate a la pobreza” (periódico Milenio: 16/IX/09).
Quiere el calderonismo y sus portavoces sacar dinero de los pobres, exprimirlos, para encareciéndoles las medicinas, los frijoles y las tortillas, entregarles lo recaudado, pero solamente a una décima parte de los 60 millones de pobres. ¿Y el resto?
Las finazas del gobierno federal fueron quebradas por la incapacidad para su manejo, por Fox y Calderón. Y éste quiere sanearlas aumentando los impuestos y echando a la calle a más de 10 mil burócratas, para también aumentar el desempleo, quien basó su principal oferta como “presidente del empleo” y la honradez en el manejo del dinero público. Y ninguna de dos cumplió.