Interiores/CARLOS LÓPEZ ARRIAGA *Escuadrones privados…

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Cd. Victoria, Tam.- Por un elemental -aunque primitivo- sentido de autodefensa, no son pocos quienes piensan como el alcalde nuevoleonés MAURICIO FERNANDEZ GARZA, que la única manera de enfrentar la violencia impune es dando vida a escuadrones de ajusticiamiento cuya misión sería liquidar de golpe a la delincuencia, sin pasar por juzgados ni ministerios públicos.
Podría cuestionarse ampliamente esta medida, argumentando en favor del Estado de Derecho, como lo hace el Presidente FELIPE CALDERON, quien este lunes visitó el municipio de San Pedro Garza García, para asistir a una cumbre de negocios, resguardado por un aparatoso dispositivo de seguridad.
Pero la mejor maestra es la experiencia y para ello sirve el caso de Colombia. Salvando diferencias (allá se trataba de enfrentar a la guerrilla) las fuerzas irregulares fueron creadas para defender a la gente más acaudalada y terminaron convirtiéndose en sus propios verdugos.
De luego es necesario preguntar quien vigila al vigilante. No teniendo a quien rendir cuentas, los comandos de ajusticiamiento diseñados en los años noventas para combatir el secuestro, la extorsión y el asesinato, muy pronto asumieron estas rentables actividades como negocio propio.
No pasó mucho tiempo para que la misma sociedad colombiana tuviera que afrontar a quienes originariamente fueron contratados como sus defensores.
Por eso el actual presidente ÁLVARO URIBE tuvo que abrir dos frentes de guerra simultáneos, contra la guerrilla de izquierda y los escuadrones de derecha.
Violencia que genera violencia, sobre la descomposición social causada por estas bandas, hay crónicas memorables publicadas en el diario “El Espectador” de Bogotá (el mismo donde se inició como reportero GARCIA MARQUEZ) que narran los excesos innombrables de las bandas paramilitares.
Acaso ignore esto MAURICIO FERNANDEZ o tal vez aduzca que la situación de emergencia que se vive en su municipio no deja otro camino.
Sin embargo, durante su estancia por San Pedro, FELIPE CALDERON hizo un deslinde claro. Habló de la ley se debe cumplir sólo con el cumplimiento de la ley, porque es fuente de legitimidad.
Subrayó que “sólo en el Estado de Derecho puede volver la tranquilidad a las familias” y sólo en el Estado de Derecho “pueden florecer horizontes de inversión a largo plazo”.
Razones sólidas, ciertas y necesarias, aunque se quedan a la mitad. Al discurso gubernamental le falta todavía asumir cabalmente la profunda crisis que hoy viven las corporaciones de seguridad que darían sustento al derecho, policías de los tres niveles y fuerzas armadas.
El asunto fue abordado en reiteradas ocasiones cuando CALDERON era candidato a la Presidencia, durante la tórrida contienda del 2006.
Hablaba entonces FELIPE de una policía nacional fuerte y eficaz, bien pagada y mejor capacitada. Ello, aunque llegando al poder sacó el ejército a las calles y lo responsabilizó directamente del combate a la delincuencia.
Solía decir MARIO CUOMO en sus tiempos como gobernador de Nueva York, a propósito de los compromisos políticos: “se hace campaña en poesía, se gobierna en prosa”.
En el caso de CALDERON, la poesía de los ideales democráticos fue rápidamente avasallada por la prosa implacable de los operativos castrenses.
Ciertamente, ya tenemos una policía nacional, aunque el uniforme verde olivo sigue marcándole el paso a la estrategia gubernamental, no sabemos por cuanto tiempo.
Narran las crónicas que muy apenas saludó CALDERON al edil sampetrino MAURICIO FERNANDEZ durante la visita a su comarca. Ni charlaron ni compartieron presidium en la cumbre empresarial.
Se diría que FELIPE tiene sobradas razones para estar disgustado con el alcalde, aunque no está de más preguntarse por qué las medidas de facto formuladas por MAURICIO despiertan simpatías no sólo entre la clase empresarial, sino en importantes sectores de clase media nacional.
Desde luego, se trata de sentimientos derivados de la impotencia, la rabia ante un clima de impunidad delictiva que poca o nula respuesta encuentra en el aparato de seguridad del estado.
En un elegante barrio de negocios colombiano habría ocurrido un episodio revelador, hoy tomado como ejemplo de lo que puede suceder cuando se entrega carta blanca a esta clase escuadrones parapoliciacos.
Desesperados por la ola de extorsiones, secuestros y asesinatos que asolaban dicha zona, cierto grupo de notables decidió organizar un cuerpo de vigilancia especial encargado de liquidar a las organizaciones delictivas que vendían protección y cobraban “piso” a muchos negocios.
La campaña cobró relativo éxito en los primeros meses, pues la furia de los ajusticiamientos hizo retroceder a las pandillas originales.
Sin embargo, en el mediano plazo ocurrió un fenómeno inesperado. Una vez que asumieron el control, los mismos cuerpos especiales de vigilancia decidieron cobrar sus servicios de protección a otros hombres de negocios de la zona, naciendo así una nueva generación de extorsionadores, sólo que mejor capacitados y pertrechados.
En efecto, quien vigila al vigilante…

BUZON: [email protected]
WEB: http://vivatamaulipas.blogspot.com

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