Carlos Santamarina / Entre Nos

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*El quinto informe

Este domingo el gobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández Flores dio por cumplido el precepto legal que obliga al titular del Ejecutivo a informar a la población del estado que guarda la entidad y la forma en que se ha gobernado durante los últimos doce meses.

El conducto: el Congreso del Estado, en una sesión extraordinaria, donde se dieron cita un sinnúmero de protagonistas de la política local, y unos no tan protagonistas, pero que finalmente no dejan de aparecer en toda ocasión posible: los típicos arribistas y gente que quiere darse a notar frente al gobernador.

También se contó con la presencia de tres ex gobernadores: Enrique Cárdenas González, Manuel Cavazos Lerma y Tomás Yarrington Ruvalcaba; los tres coincidieron en el hecho de que Tamaulipas seguirá siendo priísta por dos razones principales: el hecho de que la mayoría de la gente comulga con las ideas del tricolor, pero principalmente la otra razón que obedece a la labor que ha realizado Geño en la entidad y que por cualquier parte nos muestra obras y muchas novedades que han permitido a los tamaulipecos tener una mejor calidad de vida.

Sin lugar a dudas, si hiciéramos un balance de la administración Hernández Flores, a fuerza de ser justos tendríamos que decir que ha sido sobresaliente, notable, con una buena calificación ciudadana, y no podemos dejar de reconocer los avances que ha habido, pese a que algunos agoreros del mal insisten en que todo está caminando como los cangrejos: para atrás.

Eugenio es un buen hombre, bien intencionado, y su forma de ser la ha llevado a la administración, aunque con una variante muy importante: hay una sola voz que manda en la entidad, y el principio de autoridad ha quedado más que manifiesto en todos los sectores, mismos que se han alineado en torno a quien toma las decisiones que, para fortuna de todos nosotros, han sido positivas.

Este domingo se entregó el documento que habrán de analizar las comisiones de diputados de cada área y citarán, seguramente, a los encargados de cada una de éstas, siendo los secretarios de cada actividad y ramo.

No hay fechas aún para la comparecencia de los secretarios, sin embargo, seguros estamos que habrá algunos cuestionamientos sobre lo que se hizo o lo que no se hizo; algunas, mal intencionadas y otras con un sentimiento de solidaria aceptación, pero ellos habrán de aclarar algunas cosas que en el documento correspondiente están más que explicadas.

El balance de Eugenio Hernández, en el quinto año, definitivamente que es positivo, y ahora, dentro de unas semanas, habrá de darse una serie de movimientos que son típicos del quinto año de gobierno, y que Eugenio sabe que tendrá que pasar tarde o temprano: la desbandada de algunos oportunistas o futuristas, y la consecuente pérdida de control sobre grupos o personas.

Esto es muy normal cada seis años: cuando el gobernador entra en su último año de administración muchos se empeñan en seguir a quien le sucederá, que por lo general es una persona identificada con la política que se ha llevado a cabo en el último lustro.

Claro, de repente alguien se puede equivocar y resultar una decisión inadecuada, que pueda perjudicar a muchos, a grupos o personas, a instituciones y demás, pero la verdad es que la llamada “clase política” entra en una etapa bastante interesante.

Cabe destacar que aunque se le conoce como “clase” política, a veces tienen estos individuos un poco de todo, menos clase, es decir, no hay las formas de convivencia y de conducción adecuadas para una personalidad de ese tenor.

Viene el tiempo de hacer una evaluación acerca del trabajo realizado, y entonces, hacer los ajustes correspondientes para “cerrar” la chamba a tambor batiente, con toda la fuerza de que se pueda tener recuerdo.

Y el gobernador casi saliente, tendrá que ir preparando su salida y sobre todo, propiciar que la sucesión se enmarque en un ambiente de democracia y equidad, en el que se pueda elegir a quien tenga una mayor vocación por trabajar a favor de los tamaulipecos.

No tenemos duda de que lo que se ha realizado en Tamaulipas ha sido significativo, y para muestra un botón: hay que ver lo que pasó, por ejemplo, con el desarrollo urbano en Victoria, Tampico o Nuevo Laredo, por poner un ejemplo: se ha avanzado mucho y tenemos ahora un complejo muy interesante donde se ubican los terrenos de la feria, oficinas del Congreso Local, la dirección de Registro Civil y otras más que ya no cabían dentro de la ciudad.

No somos de la idea de que con un número se puede calificar a una administración, sin embargo, si tuviéramos necesidad de evaluar el trabajo de los últimos cinco años y adjudicarle un numerito para que la gente sepa si nos fue bien o mal, sin lugar a dudas, sin pensarlo mucho otorgaríamos un diez de calificación, por los resultados que nos consta hemos visto.

Falta un año de gobierno, y seguramente aún veremos un gran número de obras y oportunidades de desarrollo, porque sabemos que nuestro gobernador hará un excelente cierre de administración, por su calidad humana y por su equipo de trabajo.

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