-Día Internacional del Migrante
-Algunos regresan a sus países
-Los paisanos a tratarlos bien
Hoy es el Día Internacional del Migrante, el movimiento humano más importante de que se tenga referencia está registrándose desde las últimas décadas del siglo XX y continúa hasta nuestros días.
La propia Organización Internacional para las Migraciones (OIM) revela que existen 214 millones de inmigrantes en el mundo, con una fuerza económica de 444 mil millones de dólares traducidos en remesas globales constantes y sonantes.
Por supuesto que dentro del grupo de migrantes figuran aproximadamente 700 millones de desplazados internos, gente que parte de una frontera a otra para huir de la violencia local, la poca disponibilidad de agua, la guerra, represión social y las luchas étnicas y religiosas.
Mucha gente sale de su territorio en busca de mejores oportunidades de vida, aunque es verdad, el golpe de la crisis económica ha provocado que aminore el ritmo de expansión de la corriente migratoria y de hecho, grupos humanos inmigrantes están dejando por su propia voluntad los países de acogida en los últimos años para retornar a su lugar de origen.
En algunos países como España, el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero estableció un pequeño criterio de “ayudas” para favorecer la salida de los inmigrantes desempleados que están saturando el ya de por sí vapuleado mercado laboral ibérico con cifras cercanas a los 4 millones de parados.
Desde el Ministerio del Interior “prometen” que cuando España recupere su bonanza económica éstos podrán regresar dado que su estatus migratorio y sus papeles, más el tiempo acumulado les será respetado, aunque todo mundo sabe lo cambiante que es la legislación española en materia migratoria, cada año hacen nuevas añadiduras, enmiendas y las leyes en este tenor se recrudecen precisamente para evitar que más gente extranjera se quede en España.
A COLACIÓN
México a diferencia de España no es país del todo receptor sino más bien catalogado como expulsor de su mano de obra, técnicos y profesionistas de alto nivel y también puente de tránsito para el flujo humano que desde Centroamérica desea llegar a Estados Unidos.
No obstante, cabe señalar que en los últimos años, de forma notable ha crecido la comunidad cubana, argentina y colombiana que habita en México, además de que el país tiene desde siempre una fuerte presencia de españoles.
Pero hablemos de México como país expulsor: uno de los grandes pendientes en materia migratoria tiene que ver con la claridad y el manejo fidedigno de las cifras de personas que cada año se van cruzando la frontera de forma ilegal y por demás con métodos peligrosos.
Faltan datos serios las personas que no logran cumplir el sueño americano porque mueren en el intento, además del número de mexicanos que llegan, dónde están inmersos, cuántos pasan de manera definitiva a cualquier canal de la economía formal, cuántos viven dentro del sistema pero a merced de los coyotes que los insertan en esquemas de esclavitud dentro de fábricas clandestinas y que no dan la cara por temor a ser deportados; cuántos son prostituidos o pasan al negocio de tratante de blancas igual que a la venta de droga y a la prostitución infantil.
Porque desafortunadamente en este enorme éxodo no solamente hablamos de hombres y mujeres que dejan el terruño, sino de niños y niñas que van solos a buscar a sus progenitores o huérfanos aventureros. De allí la necesidad de contar con datos precisos.
Creo que es loable tener las agallas de salir de la rutina, atreverse a buscar la vida en otro lado, en otro país, ver cómo vive otra gente, sus costumbres, es bueno tener un punto de comparación.
No son pocas las historias de personas que regresan a ver a su familia luciendo mejores ropas o con una camioneta, presumiendo de que han podido comprar un terreno o que están pagando una casita. Que lograron encontrar allá afuera las oportunidades que, aquí adentro les negaron.
Eso es digamos lo positivo de la migración, que coadyuva además al enriquecimiento de las culturas, ayuda a la mezcla humana, modifica el entorno.
Lo que hay además detrás de todo ello es una lucha muy grande y digna del inmigrante, nunca será fácil dejar la tierra amada, los recuerdos, los olores, la gente, su forma de ser. Adaptarse a un país extraño tiene mucho mérito, ganarse un sitio dentro es muy difícil, se sufre pero mucha gente se aguanta.
Yo que he sido inmigrante en España por varios periodos en la última década he visto incrementar mi admiración por el mexicano que deja su tierra, su familia, que no sabe hablar una sola palabra de inglés y ni siquiera terminó la secundaria pero que después de pagarle al coyote está decidido a hacerla en Estados Unidos.
No puedo entender su adaptación, sobrevive en un país tan marcadamente xenofóbico como la Unión Americana, donde desde el color de la piel se establece una diferencia, maximizada sino sabes hablar el idioma de Shakespeare.
Quizá por ello hay tantos abusos contra los inmigrantes y no importa su nivel de estudios, ni su círculo social, eres inmigrante y punto, eso significa “ser un quita oportunidades”, un estorbo o problema. No se valora su impacto económico al trabajar con sueldos mucho más baratos y hacer más horas que el resto.
GALIMATÍAS
Es el Día Internacional del Migrante, las ONG´s aprovechan para recordar el maltrato, reivindicar sus derechos humanos, la necesidad de integración y aceptación en el entorno.
El peligro del inmigrante es que puede volverse un desadaptado aquí y allá, ya que no se haya en su país de origen y tampoco es del todo aceptado e integrado en el país de acogida.
También se vuelve presa de abusos por todos lados, entre más mala sea su situación migratoria será más sujeto de abusos tanto en Estados Unidos como en España o en cualquier país receptor. Asimismo cuando regresa a su país de origen sea de vacaciones o de forma permanente es sujeto de arbitrariedades, por estas fechas muchos de ellos vienen a México a ver a sus familias, lo hacen en sus camionetas que lucen llenas de aparatos eléctricos, muebles y regalos para su familia en México. Además traen dólares en efectivo.
Lo peor es que, apenas cruzan la frontera de Estados Unidos a México no dejan de ser perseguidos por patrullas para una y otra revisión, les piden papeles y así les van sacando el dinero para no ponerles una multa aunque todo lo traigan en orden. Eso es algo muy lamentable e indignante.
*Economista y columnista especializada. Con estudios de doctorado por la Universidad de Alcalá, tiene dos libros publicados y participa en distintos foros de radio y televisión con opiniones sobre educación financiera, economía y finanzas personales. Puede contactarla en: [email protected]