En tiempos de navidad, todos cambiamos nuestra actitud: unos, en forma consciente y otros sin querer, pero no podemos negar que algo cambia, y por lo general tiene que ver con los sentimientos de la Navidad, así como también el hecho de querer despedir el año nuevo con buenas nuevas.
Dependencias, oficinas públicas y privadas, empresas y hasta grupos de amigos y profesionistas nos hemos reunido con motivo de llevar a cabo una “posada”, entendiendo como tal el buen pretexto para convivir todos, para tratar de mejorar las relaciones humanas y, de vez en cuando, participar en una rifa de obsequios que por lo general dejan a algunas personas contentas… y otras no tanto.
El tiempo de reflexión que para muchos es nostálgico nos invade y pensamos en los que ya se han ido; por todos los momentos vividos en el año hacemos oraciones y pensamos en que debemos mejorar nuestras actitudes y tratar de entregar lo mejor de nosotros mismos a cada quien.
Los tiempos también se prestan, con el frío y los recuerdos navideños, a emular algunas cosas que vivimos en la infancia y que nos han marcado huella. Es el tiempo de Navidad y año nuevo.
Y con ello, los típicos propósitos y deseos de la gente, en este caso, para poder sacar una mayor ventaja durante el año 2010 que se avecina.
En la política todo se presenta de igual manera: los partidos, a través de sus miembros, dirigentes y cuadros quieren ganar la elección de 2010 que llegará con ventajas para algunos y enormes desventajas para la mayoría.
¿Las preferencias? Todos tenemos una idea de quienes deben gobernarnos y éstos se encuentran en alguno de los institutos políticos, llámese PRI, PAN, PRD, PANAL o cualquiera otro: el caso es que todos quieren llegar, solo uno llegará, pero seguimos pensando que todos son malos menos el nuestro. Es una condición natural.
En el caso del PRI, se han manejado diversos nombres de aspirantes que ahora ocupan cargos de secretario, director o alcalde. Todo es válido y a fuerza de ser honestos, todos tienen su corazoncito, es decir, para la gente todos tienen alguna –o algunas- posibilidad, aunque unos tienen más ventaja que otros.
El caso es que muchos llegarán a la meta previa, y muy pocos a la última parte del proceso. Sucede, por ejemplo, también, que algunos se dedican a “golpetear” a los demás, aunque muchas veces estas actividades tienen mucho que ver con la realidad.
Por ejemplo, el señor Cabeza de Vaca asegura que nunca se ha dedicado a actividades ilícitas, y que la ficha que obra en poder de la justicia de los Estados Unidos y que lo ubica como delincuente juvenil no es real, que porque este tipo de acciones no van con él.
Sucede lo mismo que con las controvertidas acciones de cuando fue alcalde de Reynosa, y que dejaron a algunas personas muy ricas y a la mayoría de los reynosenses con un palmo de narices, porque nunca vieron claro.
Y hay nombres de mucha gente. En tiempos en que irán seguramente a casa –sobre todo, los que trabajan en el D.F.- algunos buenos amigos les candidatean y otros, poco amistosos los desdeñan, les ubican como una ridícula opción y consideran que los otros tienen más posibilidades de ganar, sean quienes sean.
Es la política pre electoral, y vemos que todo mundo sigue jugando en ésta, procurando la inobservancia de las leyes, aunque por el mismo lado, la manera de que se justifiquen las acciones emprendidas.
Usted conoce gente de cualquier partido y con cualquier cantidad de aspiraciones.
Si le caen bien, seguramente pensara que son los mejores, aunque, por el contrario, si no le son agradables, considerará que no sirven para mucho dentro de la administración pública.
Es el caso de todos los años, en todos lugares: siempre hay gente que apoya y quien no lo hace, y no por eso uno u otro son inferiores.
Dentro de los propósitos navideños, así como de año nuevo, todo mundo que aspire a un cargo de elección popular deberá considerar actividades congruentes, actitudes ciudadanas llenas de lógica y de sentido común, pero sobre todo, la posibilidad de trabajar en equipo con la gente de su partido político.
Son los tiempos en que se debe pensar quienes podrán ser los mejores e impulsarlos, son tiempos de reflexión, y quien quiere llegar debe considerar gtodo lo que pudo hacer o dejó de realizar, para, en un ejercicio de justicia, cargue con la penitencia de una mala actitud, una mala decisión o de plano, del alejamiento propio en muchas personas hacia los demás.
El caso es que se acercan las fiestas importantes y hay que estar a tono con ellas.
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Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!