Interiores/CARLOS LÓPEZ ARRIAGA *Franquicia opositora

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* Gustavo Cárdenas: ¡Tres al hilo!
* AMT le apuesta a la desmemoria.

Cd. Victoria, Tam.- La duda ensombrece al virtual candidato panista a la gubernatura de Tamaulipas, el ingeniero JOSE JULIAN SACRAMENTO.
A ojos de la prensa regional, el agrónomo de Matamoros se asoma a la palestra como un tibio adversario del priísta RODOLFO TORRE.
-“Será su sparring”, diagnostican los colegas y no les falta razón.
Su mismo talante circunspecto, educado, discreto, siempre contenido, parece no ayudarle demasiado para una contienda absolutamente “cuesta arriba” que exigiría un competidor de garra, fajador, proactivo y con una buena dosis de emoción social.
Nada hay memorable en el trabajo de SACRAMENTO durante los tres años que fungió como senador. Se le tuvo siempre como alguien que cumple pero no luce.
Igual, no deja de ser significativa la incrustación de su cuñado GUSTAVO CÁRDENAS como mariscal de campaña.
El ex-directivo de Procampo vela sus armas para lo que será su tercera contienda gubernamental al hilo. Las primeras dos (1998 y 2004) como abanderado, ahora como eminencia gris.
Al igual que LYDIA MADERO, el ex-alcalde panista de Victoria ha consagrado su vida a coleccionar fracasos amables y cargos plurinominales muy jugosos, amén de viajes, becas y viáticos sin fin.
Parecería, incluso, que GUSTAVO es propietario de una franquicia opositora otorgada a perpetuidad y con el compromiso firme de administrar bien la derrota.

EL DILEMA DE TOÑO
Cualquier redactor de prensa que quiera asomarse a los archivos periodísticos correspondientes al año de 1998, encontrará declaraciones abundantes donde el hoy Secretario General de Gobierno ANTONIO MARTÍNEZ TORRES despotricaba contra el partido tricolor.
Es decir, cuando impugnaba los métodos de selección interna, argumentaba su derecho a participar en la contienda por la candidatura a gobernador, se quejaba ante la falta de democracia y sustentaba, con ello, su salida del PRI y la presurosa mudanza al PRD.
Desde luego, cuando ahora le preguntan por ello, el hombre responde en tono tajante, malencarado, no exento de rabia contenida.
-“El asunto está cerrado”, repite ad líbitum…
Valga preguntar: ¿Cerrado para quien?… Acertó usted, sólo para él, pero nunca para el ciudadano medio que lo vio tantas veces promover el voto tricolor, como funcionario de partido, delegado, candidato y dirigente priísta.
No le corresponde al señor MARTINEZ declarar extinto un caso mientras su contraparte (la sociedad civil, el elector llano) no olvide aquella ruptura rabiosa que estelarizó en los medios regionales contra el partido que fundó su tío SIMON TORRES, cuando TOÑO se puso la camiseta amarilla (abajo, desde luego, de la camisola roja que por años caracterizó).
El caso es que AMT hoy quiere reverdecer laureles y buscar una de las dos curules de mayoría relativa en Victoria, nada menos que por la odiada institución partidista con la cuál rompió lanzas, ese odiado PRI que no lo dejó participar en la contienda interna de 1998.
Ver para creer. El paladín de la democracia interna ahora desea fervientemente una candidatura por el más supino y convenenciero de los dedazos.
Acaso él pueda decretar cerrado el caso. El elector, no obstante, tiene memoria y también posee el legítimo derecho de ejercer dicha facultad tan valiosa de la razón cuantas veces lo crea necesario.

EL DEBATE POR LAS PLURIS
La campaña de exterminio contra las diputaciones y senadurías de representación proporcional emprendida por PEDRITO FERRIZ desde su tribuna radial parece confundir dos conceptos algo distantes.
Ciertamente, la ciudadanía está harta de los mini-partidos que consumen cantidades insultantes de dinero público para sostener un tren de vida que nada aporta al mejoramiento de la democracia mexicana.
Sin embargo, el asunto de los cargos plurinominales pertenece a otro orden de ideas, pese a que la mayoría de esos partidos pequeños logre sobrevivir de manera parasitaria gracias a las “pluris”.
En esencia son dos cosas distintas, mire usted. Las listas de representación proporcional no solamente dan lugar a las agrupaciones hormiga.
También hacen justicia a los partidos grandes (PRI, PAN y PRD) cuando habiendo logrado cuotas importantes del voto, no obtienen cosechas suficientes para alzarse con el triunfo.
Le pongo dos ejemplos muy ilustrativos.
(1) De no haber curules plurinominales y en caso de repartirse los cargos legislativos de manera única y exclusiva entre los ganadores de mayoría relativa, pues hombre, la actual quinta legislatura del Distrito Federal no tendría asambleistas del PRI.
Así de fácil. Las ocho posiciones que el tricolor tiene ahora en dicho órgano son de representación proporcional, ya que de las 40 curules de mayoría, 31 fueron para el PRD y 9 del PAN.
Ninguna para el PRI y esto quiere decir que sin sus candidatos “de lista” tampoco el PT y el PVEM hubieran encontrado sitio.
(2) Más drástico resulta el panorama en Tamaulipas, donde los 19 distritos de mayoría fueron para el PRI en la elección local más reciente, la intermedia del año 2007.
Es decir, de no existir la representación proporcional, ni el PAN tendría sus ocho diputados de “pluri” que hoy ostenta, ni tampoco el PRD y el PT las suyas.
Sería, pues, una legislatura monocolor.
O mejor dicho: ¡Tricolor!…

BUZON: [email protected]
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