Para mucha gente el llamado “playazo” no se justifica y se piensa que es un pretexto para que el libertinaje haga de las suyas: se afirman muchas cosas. Alcohol, drogas, sexo, libertinaje en general y otras cosas acompañan a esta ya prácticamente tradición de nuestras playas, que tiene su mayor exponente en dos puntos estratégicos: La Pesca y Miramar, en el municipio de Soto la Marina y en Madero, respectivamente.
A partir de este viernes, la gente comenzó el éxodo a sitios donde seguramente la familia estará reunida y gozaremos de muchos momentos especiales; las vacaciones siempre son un buen “pretexto” para que estemos reunidos y para tratar de divertirnos, además de que nos sacan unos días de la rutina laboral o escolar, y de esa forma nos permiten recargar el entusiasmo, la fuerza, todo lo que necesitamos para seguir adelante.
Mucha gente piensa que las vacaciones son algo así como una conquista para no trabajar tanto. Realmente tienen un fundamento: cuando uno trabaja todo el día, todos los días, habrá un momento en el que requiera de un descanso, sobre todo, mental, porque finalmente, el organismo se recupera en un par de días, pero la mente a veces necesita despejarse por un espacio más prolongado.
Hace dos años, el presidente municipal de Victoria, Arturo Diez Gutiérrez Navarro dispuso que se preparara una serie de cuestiones en el lecho del río San Marcos, ese que nunca –o casi nunca- lleva agua y atraviesa la ciudad capital del estado de Tamaulipas.
Recordamos cuando instaló la tirolesa, un estanque para disfrutar de la pesca por diversión, así como juegos y asadores, apoyado, por una parte, por el gobierno estatal, por otra, con sus colaboradores y, finalmente, por algunas empresas que patrocinaron inclusive algunos puestos donde al paseante se le ofrecían refrigerios rápidos. Todo un éxito, a decir verdad.
El año pasado sucedió lo mismo, y en estas vacaciones, el alcalde Díez Gutiérrez Navarro también inauguró esta zona tan especial que a partir de este momento puede usted disfrutar con su familia.
Es un paseo económico para el que no puede ir al playazo, a la costa o alguna otra parte que requiere inversión que en ocasiones no se tiene. El paseo del San Marcos se está convirtiendo en una bonita tradición porque a él acude un importante número de ciudadanos de nuestra ciudad que no tienen recursos suficientes para pagar sus vacaciones en sitios donde hay que dejar un poco más que el entusiasmo.
Díez Gutiérrez respondió de esta forma a los ciudadanos. La verdad, bajo las copas de esos inmensos árboles que, seguramente, podrían contar una y mil historias de cómo Estefanía Castañeda o Emilio Portes Gil paseaban cuando el San Marcos llevaba agua, antes de que se intervinieran los pozos de La Peñita para abastecer a la ciudad, privándonos de un hermosísimo paseo natural a cambio de tener el vital líquido, ahí, justo bajo esa sombra, hoy nuestros hijos pueden acudir, correr, jugar a la pelota y algunas otras cosas más.
Es un sitio seguro, agradable, fresco; tiene muchas características que hay que resaltar, pero sobre todo, hay que aprovechar, porque finalmente, es un recurso para entretenimiento que se ha dispuesto con el dinero de nuestros tributos a la autoridad.
Vale la pena darse la vuelta, perderse unas horas del bullicio citadino que, aunque en estos días es muy bajo, no deja de estar ahí, todos los días, entre la selva de asfalto y concreto que se ha convertido nuestra ciudad capital.
Y mire que para hacer las cosas se requiere además de dinero, mucho ingenio, porque como comentábamos, el alcalde victorense ha llevado a cabo algunos acuerdos –suponemos- para que haya algo que ofrecer en cuanto a alimentos y bebidas a cambio de infraestructura, que sería la mejor paga que pudiera hacer una compañía de frituras o alguna refresquera.
Es un sitio tranquilo, y créame, bien vale la pena disfrutarlo.
Está aquí, en el corazón de la ciudad y tiene un poco de todo para cada personalidad.
El exhorto sería para que quienes acuden a este y otros sitios, procuremos mantenerlos en buen estado, sin basura y sin destruir, porque en ocasiones nos convertimos los seres humanos en el mayor depredador del hombre, ya que cuanta cosa que vemos procuramos desaparecerla en una tonta reacción llena de envidia y otros sentimientos negativos.
Si este fin de semana tiene oportunidad, no deje de ir al lecho del río San Marcos, allá por la avenida Francisco I. Madero, justo detrás del Colegio “Antonio Repiso”, y disfrute de la naturaleza sin salir de la ciudad.
Este tipo de acciones son las que hace la autoridad municipal que nos hacen pensar que cuando se quieren hacer bien las cosas, solamente se requiere voluntad. Lo demás… eso llega solo.
El paseo del San Marcos es una parte de nuestra Semana Santa, es recreación para cientos de victorenses, aprovechémoslo al máximo, que, finalmente, es de nosotros y para nosotros.
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Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!