Entre Nos/Por Carlos Santamaría Ochoa.

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Entre Nos

Por Carlos Santamaría Ochoa.

Nueva alza, nueva crisis

El anuncio, por cuarta ocasión en el año, del incremento en la gasolina y diesel, sabemos lo que representará: una escalada infame de precios.

Siempre hay cosas que se vienen en escalada, y la cuestión económica es una de ellas: cuando los combustibles suben de precio, algunas cosas, por consecuencia, tienen que incrementar sus costes, pero otras, a voz de la gente que maneja esos productos, aprovechan cualquier pretexto para incrementar sus precios.

Es increíble la cantidad de gente que gusta de pretextar cualquier cosa para subir sus precios, y eso nos lleva a una crisis generalizada, propiciada por una inflación que, si bien es cierto, está ahí por las alzas en precios y servicios oficiales, también es producto de mucho rumor, de lo que la gente piensa, cree o quiere que nosotros creamos.

No es válido el hecho de que la gente nos lleve a pagar más de lo que debemos, sinceramente.

No entendemos mucho de temas de economía, lo confesamos, pero sí entendemos cuando cobramos cada quince días o cada mes y el dinero alcanza menos; cuando el jamón, la papa, las frutas y abarrotes en general tienen incrementos que nos hacen tener que echar mano de mucha imaginación a fin de que el dinero alcance.

Eso, para nosotros, significa crisis. No concebimos la magnitud de los ajustes hacia arriba o hacia abajo de la llamada macroeconomía, tema preferido de autoridades hacendarias y economistas: nosotros tenemos una idea que no nos cambia el presupuesto: sube la gasolina, sube el diesel, sube el gas, y por ende, suben los precios. Eso no tiene vuelta de hoja.

Sin embargo, y a juzgar por los informes de las autoridades de turismo y del gobierno estatal, los destinos playeros de Tamaulipas no tuvieron un impacto tan severo en este tiempo de crisis: hubo paseantes, y mire que en Miramar se registraron cantidades muy respetables.

Lo anterior, como hemos dicho en ocasiones anteriores, significa que habrá dinero para muchos: los que ofrecen bienes y servicios, como hoteleros, restauranteros, prestadores de servicios, guías, taxis, tiendas y un poco de todo.

Pero volviendo con la gasolina, no entendemos el por qué se siguen presentando estos incrementos, cuando podríamos establecer mejores políticas económicas en cuanto a combustibles y sobre todo, lo relacionado con la industria petrolera, que bien pudiera dar un enorme salto sin tener que privatizarse.

Nunca, al menos eso pensamos, las autoridades nacionales han planteado la posibilidad de privatizar a PEMEX, sino que se ha procurado hacer de esta paraestatal un ente oficial más eficiente y que deje mayor cantidad de recursos. Desgraciadamente, en el Congreso y fuera de él existen grupos que se oponen a todo, que no razonan lo suficiente y aseguran que el gobierno Federal quiere vendernos con los extranjeros.

Habría que considerar las opiniones, fundamentarlas y, de ser ciertas, combatir estas decisiones, aunque hemos de decir que habrá alguna ocasión en que una medida de eta naturaleza podría ser la diferencia entre vivir adecuadamente y tener paraestatales en crisis permanente.

Hemos de tener autoridades que consideren lo justo, lo que se debe de hacer, y se pueda llevar a cabo, porque de otra manera, entraremos en otra recesión y quién sabe si ahora la podremos aguantar. Son muchas las cosas que se tienen que considerar.

En tanto, habrá que hacer ajustes en aspectos materiales: cuidar los viajes, no dar vueltas de más, procurar un ahorro sustancial en combustibles que, independientemente de que significa el que haya más recursos en casa, tiene mucho que ver con los aspectos ambientales: contaminación, calentamiento global y esas cosas que tanto daño nos están haciendo y que propician que “don Planeta” reclame un justo trato, y que todos los que le habitamos tengamos conciencia para cuidar de una manera adecuada lo que es nuestro.

Los recursos de esta naturaleza no se recuperan, o tardan miles de años en hacerlo. Es interesante entender que podemos hacer un poco más.

En tanto, aparte de renegar de las constantes alzas a combustibles que aparentemente son mínimas, pero que sí afectan el presupuesto por las consecuencias que llevan consigo, habrá que establecer planes personales para cuidar el billete.

No podemos darnos el lujo de tirarlo en cualquier cosa, aunque en ocasiones sí merecemos darnos un gusto ante el trabajo y las muchas responsabilidades, pero es importante tratar de hacerlo con responsabilidad.

Disfrute el fin de semana, donde quiera que se encuentre, y recuerde que la gasolina y el diesel ya son más caros, y que tenemos que aguantarnos, no nos queda de otra.

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