Entre Nos/Carlos Santamaría Ochoa *Leyes olvidadas

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Cumplir las leyes siempre ha sido un problema social: la gente no está acostumbrada a que le digan qué hacer, o al menos, no queremos entender que para una convivencia armónica tenemos que aprender a vivir con los demás, porque si no respetamos parte de lo que otros gustan, no podremos exigir que se respeten nuestros gustos, necesidades o actividades, así de claro.
Y aplica, por ejemplo, cuando manejamos. Llama la atención que los agentes de tránsito de la capital de Tamaulipas están exigiendo armamento, chalecos, patrullas y motocicletas.
Vemos, con profunda tristeza, que muchos de esos elementos, a partir de las patrullas que les entregó el alcalde Arturo Diez Gutiérrez Navarro, se la pasan haciendo rondines con vidrios cerrados, aire acondicionado y arriba de los vehículos. Pocos son los “de a pié” que vemos activos.
Otros, los encontramos en las salidas de la ciudad con la “pistolita”, que no es más que un aparato que aparentemente mide la velocidad de los que vamos transitando, y es un buen pretexto para sacar infracciones… o gratificaciones.
Cuando vemos este tipo de protestas como la que se presentó hace un par de días, pensamos en todo el esfuerzo que hace la autoridad municipal porque tengamos una mejor calidad de vida, y en el hecho de que algunos empleados municipales no entienden para qué fueron contratados, como la mayoría de los elementos de tránsito local, con el debido respeto, porque también hay uno que otro que es profesional y se maneja con ética y honestidad.
Pero también, quisiéramos ver, por ejemplo, cuántos de estos elementos están previniendo las infracciones: ahora es común que hagan su “chamba” arriba de una grúa particular viendo únicamente la manera de llevarse carros al corralón, porque eso implica una comisión.
Se han convertido, de guardianes del orden a comisionistas, y eso lo vemos con profunda tristeza.
Además, no se les puede criticar porque somos objeto de represalias, las que no son nada agradables, para ser sinceros.
Ser presidente municipal no es nada fácil, como tampoco lo es ser gobernador o presidente de la República.
Hay que darle gusto a todos sin caer en preferencias. Finalmente, quien llega, tiene que gobernar para los que son de su partido y los que no son, de forma tal que el alcalde Arturo Diez Gutiérrez actúa de la misma manera para grupos identificados con el PRI que con el PAN o el PRD, entre otros, sin contar a los “chiquillos” que llegan solamente a cobrar como regidores o algo por el estilo, o a hacer buenas sus canonjías de pseudo líderes.
El caso es que hay que atender todas las necesidades: hay que pensar que con diez pesos se deben comprar focos, arreglar camiones de basura, pavimentar calles, atender aspectos de jardines y parquees públicos, proporcionar seguridad pública y vialidad, actos de ingeniería de tránsito y otros más, muchos más, sin embargo, pocos pagamos los impuestos y nos ponemos la pila en ese sentido.
Somos realmente buenos para exigir, pero malos para cumplir, y eso aplica a una gran e inmensa mayoría.
Regresando a los aspectos de vialidad, bueno fuera que a nadie se le permitiera circular con placas de otro país – vaya, americanas- o sin placas, sin engomados, porque quiere decir que el vehículo no está en orden conforme marca la ley.
Y según el reglamento, para circular, hay que cumplir con la ley.
Suponemos que los agentes tendrán razones de peso para protestar, pero la verdad, justo fuera si realmente hicieran su trabajo. Quienes tenemos hijos en edad de primarias sabemos que los agentes llegan a estas escuelas y no son capaces de ordenar la vialidad porque dicen, “no nos hacen caso”, y eso nos lo han declarado textualmente. ¿Dónde está, entonces el merecimiento para ser atendidos?
La administración actual que tiene Victoria es como tantas que han pasado, y tiene errores y virtudes; a veces pesan más los errores, pero en su mayoría, las virtudes, o sea, actos atinados, realizados para beneficio colectivo.
Nada fácil es gobernar con grupos en contra y con campañas poco propositivas de quienes pudieran participar de mejor forma. El alcalde Diez Gutiérrez Navarro encabeza un proyecto que ha dejado beneficios a la comunidad. ¿Qué no todos hemos sido beneficiados? Imposible hacerlo, no alcanza ni el tiempo ni el dinero para ello.
Recuérdese la cantidad de ciudadanos que somos, y el tiempo de cada administración, y luego sucede que quien más protesta es quien menos cumple con sus obligaciones tributarias.
En materia de tránsito y vialidad, Diez Gutiérrez les ha dado quizá más de lo que devengan, y eso hay que reconocerlo. Los señores deben protestar adecuadamente, enérgicamente, pero antes, por favor, cumplir las funciones para las que fueron contratados, y de esta manera, el ayuntamiento no podrá decirles nunca que no.
Los beneficios se ganan, no se gritan.
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Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!

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