-Reforma antimonopolios
-Debilitar empresas nacionales
-IED es la respuesta a la crisis
Columnas atrás argumentábamos que toda propuesta de reforma tiene su tiempo político y conlleva además un arduo proceso de lobbying, búsqueda de consensos, entra en todo un proceso para aprovechar su circunstancia perfectible.
En lo personal me preocupa lo que está pasando con el Legislativo en el país, con iniciativas de Ley que se van acumulando, la pérdida de interés por el lobbying, dejar que los representantes de las fracciones negocien si las votarán o no y casi siempre sucede en lo oscurito o en una oficina de Bucareli.
Además cuando el Legislativo vota las leyes éstas no satisfacen a la sociedad, ni a los agentes económicos, ni sirven mucho meno de correctivos ni de base para mejorar todo lo contrario emerge una cascada de amparos como contra el IETU, RENAUT, etc.
Todavía el Legislativo no aprueba la iniciativa de reforma a la Ley de Competencia y los abogados de las grandes empresas amenazaron ya con ampararse para dejar sin efecto tales medidas.
Algo pasa muy malo con el quehacer legislativo que ha perdido la realidad, se ha sumido en una apatía interna, de forma visceral politiza todo cuanto toca y con aires de suficiencia cada legislador presume que su partido o el Ejecutivo tienen en sus manos una iniciativa a la que no le hace falta nada.
El meollo estamos empantanados y no parece que cambie debido a que tampoco el Ejecutivo pone de su parte, respetando los tiempos políticos y dándole al Congreso el oxígeno necesario para que verdaderamente pueda sacar leyes lo más perfectas posibles.
En lo que va del año, el Congreso ha recibido tres grandes iniciativas de reforma: política, laboral y la de competencia económica, debieron haber dejado respirar la política que a mi juicio contiene algunos elementos bastante interesantes para fortalecer la dinámica democrática en el país.
Sin embargo, como ya se les juntaron tres y el periodo ordinario de sesiones acerca a su fin, en la convocatoria de un extraordinario, se habla únicamente de sacar adelante la iniciativa de reforma a la Ley de Competencia Económica que es la menos compleja de las tres, pero no la más necesaria.
Por supuesto también es año electoral uno muy complicado que apunta a maneras rumbo al 2012 y eso resta tiempo, interés en el Legislativo, ningún partido quiere echarse en contra a los electores.
A COLACIÓN
En 2006 sucedió una reforma a la Ley de Competencia en la que se dieron más atribuciones a la Comisión Federal de Competencia dijeron en su momento era darle “manos de tijera y dientes de tiburón” contra las grandes empresas y sus prácticas monopólicas.
En realidad no pasó gran cosa, más que una multa a Teléfonos de México y la participación de la Comisión Federal de Competencia en el estudio a favor de reducir las comisiones bancarias que Banco de México instrumenta y en la que existen millones de clientes de las instituciones de crédito inconformes aún porque las comisiones siguen siendo muy altas.
Nuevamente se presenta otra iniciativa en materia de competencia económica bajo el argumento de que “ésta sí es la buena”.
El PAN en el poder tiene un problema: no se entiende bien con toda la clase empresarial, de hecho, muchos de los grandes hombres de negocios están enojados por el IETU y los privilegios fiscales que el PAN ha otorgado a su nuevo pequeño grupo de amigos empresarios.
El PAN no sabe tampoco como deshilar la madeja del crecimiento económico y la búsqueda de nuevas inversiones extranjeras.
Digamos que el país enfrenta grandes competidores regionales en la materia de atraer inversión extranjera directa tales como Brasil y el propio Estados Unidos.
En 2008, ingresaron 23 mil 170 millones de dólares por concepto de IED y en 2009 11 mil 417 millones de dólares, la caída fue estrepitosa, el reto entonces es recuperar uno de los ingredientes a favor del crecimiento económico.
No obstante, el gobierno no sabe cómo luego de que recibe sendas presiones del exterior para abrir la competencia en distintos sectores y no quitan el dedo del energético.
El PAN cree que la fórmula para meter a los empresarios extranjeros es peleándose más con la iniciativa privada nacional la parte que tiene en la cúpula a las grandes empresas y empresarios muchos con empresas de raigambre familiar con más de 100 años de operación y otros dentro de la lista de las personas más ricas del mundo.
Lo hace subrayando su papel monopólico. Por supuesto, no defiendo los monopolios, ni la práctica de dominancia en un mercado creo que lo peor para un consumidor es no tener capacidad de elección, volverse rehén del control de los precios y la calidad no encontrar ningún bien sustituto o complementario como opción.
Cuando se haba del sistema de competencia en los mercados en México debe quitarse la palabra monopolio para exaltar la palabra dominancia, durante años empresas por ejemplo, Telmex han defendido que no son un monopolio aunque su situación de concentración de mercado sea abrumadora.
La definición económica de un monopolio es “un solo vendedor de un bien que no tiene sustitutos cercanos”.
Estrictamente hablando se trata de un chaleco a la medida del gobierno con Pemex y CFE, aquí el monopolio es puro, son los únicos y son los dominantes. No tenemos opción alguna.
Creo que por un lado está bien que el Gobierno Federal quiera darle más atribuciones a la Comisión Federal de Competencia, se tengan sanciones de hasta 10 años de prisión para el empresario con tales prácticas y busque fomentar la competitividad en la economía.
No me parece bien que lo haga pensando en quitarle mercado a las empresas mexicanas para dárselo a las extranjeras, muy poco el gobierno ha hecho para contrarrestar el oligopolio bancario, simplemente BBVA por si solo podría ser un monopolio y sumando a BBVA Bancomer, Citigroup Banamex y BSCH más de 70% del mercado bancario y el sistema de pagos del país está en manos de extranjeros.
No conozco empresario ni persona física contentos con la forma de funcionar de los bancos extranjeros en el país y no hemos tenido más competencia, ni mejores ofertas, ni hemos reducido la brecha de la subbancarización, todo lo contrario cada día están excluyendo a más gente de los servicios financieros.
Se tiene que ser cauteloso para que la Comisión Federal de Competencia vea las prácticas de dominancia además de en las empresas nacionales en las extranjeras y las persiga sin distingo.
P.D. Le invito a que opine del tema en mi blog http//claudialunapalencia.blogspot.com.
*Economista y columnista especializada. Con estudios de doctorado por la Universidad de Alcalá, tiene dos libros publicados y participa en distintos foros de radio y televisión con opiniones sobre educación financiera, economía y finanzas personales. Puede contactarla en: [email protected]