No por nada, pero para eso nos gustaban las autoridades federales: recularon en cuanto a ordenamientos legales, propiciando aún más en nuestro México lindo y querido la cultura de la ilegalidad, la permisividad y el abuso de todo cuanto vive en territorio nacional.
Dos ejemplos, uno nacional y otro local, aunque no de Tamaulipas: el primero: el 10 de abril venció el plazo para registrar el teléfono celular –las líneas, pues- y muchos millones quedaron a medias, por desidia, irresponsabilidad o lo que sea, pero finalmente, no cumplieron con la ley. El enérgico gobierno federal anunció que suspendería las líneas que no se hubieran ajustado a la ley, sin embargo, siguen funcionando.
Hoy, millones de usuarios que hicieron caso omiso siguen con su línea celular, y dice el gobierno que se hará la suspensión en forma gradual, cuando anunciaron inicialmente que sería cancelación de la línea y sin prórrogas.
Ahí quisiéramos ver a los diputados y senadores exigiendo el cumplimiento de la ley a la autoridad correspondiente, y exigiendo sancionar a quienes dieron marcha atrás.
Dice la Real Academia Española que recular significa “retroceder, o, dicho de una persona: ceder de su dictamen u opinión”. Dice la gente que la autoridad cedió a los intereses de las telefónicas tan importantes que manejan este negocio en el país, es decir, se sentaron en la ley de nuevo, sin que pasara nada, como suele suceder en nuestra tierra.
Ya ve usted cientos –miles- de vehículos sin placas que circulan, o que lo hacen con placas de Texas o simplemente, con láminas de hace hasta diez años, y nadie se atreve a meter en cintura a los que no cumplen.
En otro ejemplo, el jefe de gobierno del D. F. Marcelo Ebrad dijo que a quienes se acerquen a pagar la tenencia, fuera de plazo y con recargos, les entregará también un boleto para la rifa de tres automóviles. O sea, el que pagó, que se jorobe, y el moroso, con tantita más suerte podrá llevarse un carrito nuevo, que aunque sea exageradamente compacto, nadie le quitará lo nuevo… ni lo dado.
¿Eso es lo que enseñamos a nuestros hijos? A comprar mercancía pirata, circular sin placas ni licencia, a tomar en el carro, a circular con niños en brazos y con el celular funcionando… esta es la ley que nos toca respetar.
Y lo vemos todos los días, con un solo recorrido por la calle Hidalgo, donde las arbitrariedades están a flor de piel.
No podemos dejar de ser más ciegos y ver que nadie quiere hacer nada por mejorar.
Y luego nos quejamos.
La verdad, como dicen algunos: “no caza”.
Sinceramente, da mucha tristeza saber que tenemos un gobierno en el país que no está respondiendo a las expectativas de nosotros los ciudadanos, los que trabajamos para vivir con nuestra familia y hacemos lo posible porque nuestros hijos estén bien. No vale la pena tanto esfuerzo cuando se tiene un gobierno que no responde a nuestros intereses y expectativas, la verdad.
Pero están puestos para hacer una guerra mediática contra autoridades de estados donde el Partido Revolucionario Institucional gobierna, donde se hacen las cosas a “tirones”, porque quien manda el dinero se lo está guardando, ya que quieren recuperar algo que es irrecuperable: la confianza de la ciudadanía.
Lo vemos claro: los mexicanos estamos hartos de una administración que, seguida de otra igual o peor, nos han sumido en una serie de problemáticas que nunca pensamos vivir.
Y luego, se anuncia que hay empleos nuevos. ¡Por favor!
Cierto, hay mucha desconfianza sobre el registro de celulares, porque la gente no tiene idea para qué se necesita la información, y todo nace por la desconfianza hacia el gobierno blanquiazul que nos dirige y que no tiene rumbo definido. Muchas personas nos han comentado que no lo quieren registrar porque desconfían, sin embargo, hemos de decir que hay que cumplir la ley.
Pensamos que, si no están de acuerdo, en primera instancia, se cumpla con la ley, y por otra parte, se establezcan las demandas legales que correspondan, a fin de que se garantice nuestra privacidad y los datos no sean empleados para nuestro perjuicio.
El columnista ofrece y promete no volver a tocar el tema, exhortando a quien no ha tenido oportunidad, -racional o irracionalmente- de cumplir con la disposición del registro de su línea celular, para que lo hagan y no tengan aquellos individuos un pretexto para señalar alguna anomalía o falta de cumplimiento de la ley.
Finalmente, si tienen nuestros datos, no sabrán qué hacer con ellos, a menos que se les ocurra involucrarnos con otra “Paulette” que pueda darse a conocer, porque para eso sirven las bases oficiales: para buscar culpables.
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Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!