Día del Trabajo; rosario de reclamos

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– Trabajadores afirman que están pero que nunca y sin que nadie los ayude

Benny Cruz Zapata/EnLíneaDIRECTA

Victoria, Tamaulipas.- La conmemoración del Día Internacional del Trabajo, fue el marco en donde trabajadoras y trabajadores dieron cuenta de un rosario de reclamos; que reflejan no solo del deterioro laboral, salarial, sino de la calidad de vida:

“Ahorita los trabajadores estamos viviendo de milagro, no solo por los sueldos de hambre que se tienen, sino por la carestía de la vida, de la educación de los servicios públicos, para acabarla de amolar estamos solos y sin que nadie represente realmente nuestras peticiones de mejoras laborales, los líderes se la pasan rezando para su santo, mientras a nosotros nos está aplastando el tren; por eso cuando se viene al desfile del Día del Trabajo, uno viene a fuerza pues en los sindicatos nos descuentan o nos regañan”.

Don Fidencio Márquez López, a sus 53 años de edad, trabajador de la construcción, afirma que los obreros ya no encuentran ni a qué santo encomendarse pues lo que ganan ya no les alcanza ni para lo indispensable:

“Cuando hay trabajo ganamos entre 500 y mil pesos a la semana, pero cuando no, solo nos tronamos los dedos, pues ni para los frijoles nos completa, por eso en conmemoraciones como el Día del Trabajo, uno se pone a pensar en lo necesario que es que se retome la lucha, pues si en aquellos años se lograron jornadas laborales justas, por qué no unirnos ahora para que cuando menos se reconozca lo mal que estamos”.

En este contexto, el Consejo Estatal de Población a cargo de la licenciada Marisela Garza Wong, reporta que la población económicamente activa asciende a un millón 447 mil 584 tamaulipecos/as, siendo 940 mil 386 hombres y 507 mil 198 mujeres.

Una de estas mujeres trabajadoras es María de la Luz Reyes, habitante del área de Pajaritos en esta capital.

Ella es jefa de familia y comparte que como tal no la tiene fácil:

-Ser mujer, ser trabajadora y ser jefa de familia es vivir en el filo de la desesperación, ya que en estos tiempos no hay sueldo que te alcance para lograr sacar adelante a tus hijos, que en mi caso son dos, una de 20 años y el más chico de 12, ambos son estudiantes y dependen al 100% de mí, que no tengo ni derecho de enfermarme, pues vivimos de mi sueldo, que bien que mal nos da para irla pasando.

¿Y un Día del Trabajo para qué? –Se le pregunta:

-Desde mi parecer para cuando menos compartir con los demás como nos la estamos pasando, pues entre comida y el pago de servicios públicos se nos va todo el sueldo, los precios están por las nubes y eso se ve cada que se va a la despensa y las bolsas de mandado cada vez están más vacías; ojalá que quienes pueden hacer algo por nosotros, pensarán en mujeres que como yo, todos los día nos levantamos a trabajar, sin importar que llueva, haga frío o esté
el calor de infierno por las calles que barremos, hay muchas cosas que necesitamos y una de ellas sería por ejemplo, que no cobraran tanto de luz y que para las mujeres solas hubiera algunas consideraciones.

Por su parte, al ser entrevistado durante el desfile del primero Gerardo Vega de la Cruz, de oficio empleado en una farmacia, lo que ahorita están viviendo los trabajadores es sumamente angustiante:

-No se puede vivir con 500 pesos en la quincena, pues en mi caso, mi sueldo es de 900 pesos pero con los descuentos que me hace el INFONAVIT de mi vivienda me quitan casi la mitad, lo bueno es que me ayudo con las comisiones de venta, pero lo malo es que estas son muy variables y mi esposa e hijo pequeño, tienen que comer, necesitamos pagar agua y luz.

Dice que trabajadores como él están viviendo al día:

-Sé que al igual que yo hay muchísimos trabajadores, por eso la gente del Gobierno debe de pensar en programas que nos beneficien, y que no se necesite no tener trabajo para conseguir una despensa o un apoyo del Gobierno, ya que con lo que ganamos de plano no la hacemos.

Cuando Joaquín Ramírez Cruz accede a la entrevista y pide que se le tome la foto con la cara oculta tras su gorra, dice:

-Así si puedo decir verdades, porque si no, me amuelan, y como no quiero correr la misma suerte que otros camaradas que ahorita andan por la calle de la amargura porque están desempleados, mejor me tapo la cara para lamentar que los obreros estamos peor que nunca porque no hay líderes verdaderos que se interesen por defendernos, a nosotros nadie nos voltea a ver; los funcionarios, los dirigentes hacen sus enjuagues, para darnos salarios de hambre, aumentar los alimentos, la luz, el agua y todo, cada que les viene en gana, porque saben que no hay quién tome la calle y les eche en cara lo amolado que nos tienen.

Como trabajador de la construcción que es, Joaquín remarca que desfiles como el del primero de mayo, no sirven para nada:

-Yo no soy tan ignorante como parezco, pues sé que el primero de mayo es para recordar a los mártires de Chicago, que murieron en pie de lucha, eso fue hace muchos años y ahora deberían ser un ejemplo para nosotros, que nos quejamos y nos quejamos pero no hacemos nada para que el Gobierno y los patrones no nos sigan perjudicando.

Al tomar la palabra, don José Daniel Rojas, del Sindicato de Carpinteros de esta capital, dice que a sus 77 años de edad, no le queda más que agradecer que todavía anda activo:

“Aunque sí me gustaría que como trabajador, lo que gano me ajustara cuando menos para lo más indispensable, pero en estos tiempos solo es un sueño difícil de cumplir”.

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