Ahora que están los tiempos calurosos a más no poder, es muy común ver en las calles de Victoria y muchos puntos de la geografía tamaulipeca a gente sudorosa, fatigada, agotada por los inclementes rayos solares que, en plena canícula nos entregan temperaturas realmente peligrosas para el organismo, y que a veces no entendemos la gravedad de hacer caso omiso a las recomendaciones del sector salud.
Los rayos del sol no son iguales a los que nos abrazaban cuando niños: hoy, se han convertido en verdaderas armas mortíferas para el ser humano y todo ser vivo, porque son inclementes, queman y matan. Sus compuestos, uno a uno, nos dejan secuelas que pueden desencadenar no únicamente deshidrataciones, sino cáncer de piel y otras manifestaciones clínicas adversas.
Es cuando hay que entender que la Secretaría de Salud tiene un programa de prevención de estos conflictos de salud y hay que atenderlos, por bien personal y familiar.
El uso de bloqueadores se ha convertido en una necesidad, aunque a decir verdad, quienes los fabrican están igual que los farmacéuticos: han encontrado en la salud un “modus vivendi” en el que no ubican el sentido humano, y sí el mercenario que llevan dentro.
Vaya usted a una tienda a comprar un bloqueador y verificará lo que hemos escrito: están ubicados en los anaqueles a precios prohibitivos, para ser honestos. No puede uno tener bloqueador para todos los días del año, aunque sí se puede uno dar sus mañas para cuidarse de los “deliciosos” y mortales rayos del llamado “astro rey”.
Algunos optamos por los paraguas o sombrillas –como quiera llamárseles-, y otros, por las gorras o la ropa fresca de manga larga, aunque es posible obtener algunas prendas con factor de protección UV –ultravioleta- y otras más, a fin de encontrar una verdadera barrera a los daños que ocasionan esos maravillosos rayos solares, que en la playa tanto deseamos, pero que, luego de los estragos en la piel que nos llevan a tener llagas, odiamos a más no poder, aunque nadie, a ciencia cierta, nos ha obligado a estar expuesto a ellos.
Las autoridades en Tamaulipas han extendido las recomendaciones a toda la población, y han pedido tener mucho cuidado ante tal riesgo ocasionado por la irresponsabilidad del ser humano, la ambición y desmedida forma de cuidar los recursos que tenemos. Poco a poco hemos destruido el ambiente, y nos ha tocado pagar la factura, muy cara, por cierto, pero que seguramente será mucho más alta para nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos.
Es menester considerar al sol ya no como el astro rey o la forma más maravillosa para inspirarnos en una canción o una poesía, sino como en un elemento que debe ser objeto de un gran cuidado a manera de no tener problemas de salud que pueden ser algo mucho muy peligroso.
¿Qué hacer en vacaciones?
Prácticamente, lo mismo: extremar las medidas de precaución, y además, los doctores consideran muy importante el hecho de evitar casos de deshidratación, es decir, consumir cantidades grandes de agua u otro líquido que nos permita recuperar lo perdido en cada acción que llevamos a cabo en el sol abierto, sin sombra de por medio.
Para quienes experimentamos una forma de vida distinta, es decir, que vivimos con un diagnóstico de enfermedad incurable, tenemos que considerar que los riesgos son mayores y debemos multiplicar los cuidados si es que pretendemos una existencia más prolífica que la que hoy disfrutamos.
Busque en las tiendas de autoservicio las ofertas de bloqueadores, ya que, en estos lugares, independientemente de la opinión que nos merecen en el caso de estas mercancías acerca de que les consideramos unos mercenarios de la salud, y unos abusivos comerciantes, de repente encuentra ofertas.
Recuerde los factores de este producto: buscar factor 30 o superior es recomendable, ya que existen algunos con números 4, 6 y 8, que lo único que conseguimos al comprarlos es multiplicar los riesgos a la piel, amén de adoptar un tono en nuestro cuerpo similar al de los que viven en la costa y están expuestos todo el día al astro rey.
Si usted piensa salir el fin de semana, la próxima semana o en estos días, no olvide considerar que la canícula es la temporada con más calor en todo el año, y por otra parte, que gracias a la “inteligencia” y futurismo del ser humano, hemos convertido la capa de ozono en un factor inservible en cuanto a detener la parte negativa de los rayos solares. Hemos hecho de nuestro planeta un sitio difícil para vivir.
Es la hora de entender los cuidados que debemos tener, y sobre todo, adoptar los consejos de la Secretaría de Salud en este sentido, porque finalmente, un problema de salud derivado de las quemaduras o rayos solares, repercutirá en la institución que le atenderá, y sobre todo, en la familia, porque el vivir una enfermedad de esta índole significa robar a los nuestros la tranquilidad que se necesita para vivir adecuadamente.
Cuídese, los rayos solares no son lo que vemos, sino lo que sentimos.
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Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!