Hacer ruido en la habitación en la mayoría de los casos indica una vida sexual saludable. Desafortunadamente, para la mitad de las personas adultas, ese ruido sale de otras partes y es un poco más molesto. Los ronquidos no son exclusivos de los hombres, sino las mujeres también lo hacen con regularidad.
Además de ser extremadamente incómodo para la gente cercana, los ronquidos pueden ser la señal de otros problemas de salud. En los casos más serios es una señal de que algo está bloqueando las vías respiratorias y la tráquea, previniendo así que el oxígeno llegue al cerebro, y esta es una condición peligrosa conocida como la apnea del sueño.
Muchas personas consideran que los ronquidos son totalmente innocivos, pero no lo son. Es una señal temprana de que algo está empezando a ir mal con el cuerpo. Los ronquidos se pueden asociar con síndromes metabólicos, diabetes, obesidad y enfermedad cardíaca. Además hay una conexión entre la apnea del sueño y la depresión.
Así, cuando tienes unas vías respiratorias saludables, o sea cuando no roncas, los músculos que están entre la nariz y la laringe se relajan pero el aire continúa pasando. En cambio, si algo entorpece esas vías, tu cuerpo tendrá que trabajar más duro para que el aire pase. Como resultado, los músculos de la garganta vibran y pueden alcanzar ruidos inimaginables.
Además otras cosas como el alcohol, que trabaja como las medicinas para la gripe y para dormir, relaja los músculos de la garganta. Por eso cuando se está bajo esa influencia, va a haber cierta obstrucción en las vías respiratorias y los sonidos que lo acompañan. También el fumar, y recibir humo de segunda mano, relaja la garganta y sube el volumen a los ronquidos.
Pero los ronquidos crónicos podrían indicar que existe alguna parte de la anatomía que esta obstruyendo las vías y ese es un problema peor. Como tener la quijada hundida, el septo desviado o tener grandes las amígdalas, la lengua, la úvula o las adenoides; podrían incrementar la cantidad y gravedad de los ronquidos. Sólo el doctor puede diagnosticar ello y curarlo antes de que se vuelva peor.