Entre Nos/Carlos Santamaría Ochoa *Merecer el apoyo

0

En la sociedad hay diversos tipos de personas que se constituyen en líderes de algún sector de la sociedad: los líderes que buscan por sobre todas las cosas un apoyo de las autoridades, argumentando que para eso es el gobierno: para dar a los que no tienen, y llegan a pedir vivienda, trabajo, servicios y bienes y una serie de aspectos que no a todos nos llegan.
La clase trabajadora vive al día: tenemos que buscar en cada amanecer la forma de que llegue el recurso necesario que nos permita cubrir las necesidades básicas de la familia: alimento, vivienda, servicios, educación, salud y otros más, incluyendo recreación, que se convierte en una necesidad fundamental.
Pero abundan esos vividores disfrazados de líderes o dirigentes, que pretenden que el gobierno mantenga a sus agremiados en todo, sin pensar en que somos, en el caso de Tamaulipas, unos 3.5 millones de personas que queremos ser apoyados en muchos aspectos, y que hemos tenido que sufrir carencias al por mayor, producto, por una parte, de la crisis económica que México sufre, así como cancelación de unos programas de asistencia y apoyo para dar vida a otros similares, pero que de alguna manera dejan a muchos sin poder enfrentar sus metas, retos o ilusiones.
El dinero del gobierno no alcanza porque somos una nación en crisis, y por otra parte, porque la evasión fiscal es monumental: las autoridades correspondientes no han sabido aplicar una justicia social equitativa en todos los ámbitos, y como ejemplo tenemos el que se solape el hecho de transitar en un vehículo introducido ilegalmente al país, que no paga derechos ni impuestos. Eso es delito, sin embargo, autoridades se justifican diciendo que no pretenden convertir, por ejemplo, el decomiso de unidades ilegales en un problema social.
Y así han surgido problemas de toda índole que impactan en la economía de los demás.
El caso que nos ocupa, y perdonará el lector, pero es muy importante para todos, es el referente a la salud: Felipe Calderón Hinojosa, presidente de México asegura que el coste de la obesidad y el sobrepeso es, a la fecha, de 3 mil 500 millones de dólares por año en nuestro país, y que en la década que vivimos puede ascender a 6 mil millones, es decir, casi se duplicará. ¿Por qué?
Porque muchos de esos “líderes” buscan que tengamos todos los servicios referentes a la salud, de forma tal que se creó el llamado Seguro Popular que ha venido a colapsar los servicios oficiales de asistencia a los mexicanos. No hay presupuesto que pueda hacer frente a las necesidades de la población: hay muchas personas que enferman y por cuestiones del “cuadro básico” no se les puede otorgar el medicamento necesario.
Uno de los renglones que propician esta falta de atención en algunos rubros, consideramos que surge de la manera en que millones de personas hacen caso omiso a los médicos y por ende, el tratamiento lo dejan para después, con la idea de que nunca les pasarán cosas graves.
Sucede que a millones nos entregan medicamentos cuando vamos a la consulta, y un porcentaje importante no los toma, no atiende los tratamientos correspondientes, lo que se convierte en un desperdicio de recursos. No se vale, por ejemplo, que vayamos a consulta y recojamos medicinas y no tomemos nada, que sigamos en descontrol, y eso aplica mayoritariamente a quienes vivimos con diagnóstico de enfermedades crónico degenerativas tales como la hipertensión arterial o diabetes mellitus.
Sabemos que son un par de “asesinos silenciosos”, que poco a poco matan si no les controlamos; son incurables pero totalmente controlables, por lo que se hace necesario el hecho de cuidar el tratamiento, apegarse al mismo y justificar lo que el Estado gasta en nosotros.
Suponemos que si no se diera medicina a quienes no la emplean, podría reorganizarse el gasto para los demás padecimientos que tienen muy pocas oportunidades de cobertura total.
Si la Ley federal y estatal en la materia considerara la justificación de estos gastos, podríamos pensar que el dinero se aplicaría de manera más equitativa. Vamos por partes: a usted le atienden y le dan medicina: no las toma, por lo que se convierte el recurso empleado en usted en un dinero tirado al caño, porque no se está aprovechando.
¿Qué se puede hacer? Los diputados y servidores públicos del sector salud podrían considerar un cambio en la ley donde se establezca que si el paciente no atiende sus recomendaciones médicas no se le proporcione más apoyo, y esos recursos, económicos o físicos, se entreguen a otros pacientes que lo merezcan.
Sí, es el dinero de todos, pero no se vale tirarlo por la borda, no aplicarlo y solamente ir por él por el hecho de tenerlo en casa. Millones dejan sus medicinas en el buró hasta que se caducan.
Pensamos que habrá críticas, pero bueno, es una propuesta que bien podría justificar los gastos en muchos ámbitos médicos, y de esta forma, lograr que haya, en materia de salud, una verdadera y necesaria justicia social.
Es nuestro dinero, cierto, pero no se vale tirarlo ni desperdiciarlo. Mejor que se lo den a quien lo sabe usar.
Comentarios: [email protected]

Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!

(Visited 1 times, 1 visits today)