Las conductas osadas no son un patrimonio exclusivo de la juventud. En realidad, tanto los hombres como las mujeres toman cada vez más riesgos hasta llegar a los 50 años, y tras esta edad comienzan a comportarse de manera más cautelosa.
“La competencia es muy importante cuando las personas buscan recursos, posicionamiento político, admisiones universitarias o trabajos. Cuan bien se desempeñan determina su éxito. Quizás todo dependa de las elecciones que cada uno hace. En nuestro estudio, esperábamos que la toma de riesgos descendiera con la edad. Ver que sube hasta los 50 años fue sorprendente”, asegura el economista William Harbaugh, de la Universidad de Oregon (Estados Unidos).
Harbaugh y Ulrich Mayr, el otro economista a cargo del estudio, analizaron cómo cambia la toma de riesgo a lo largo de los años, y publicaron sus conclusiones en la revista Psychology and Aging.
Los expertos reclutaron a 800 personas de 25 a 75 años de edad. Cada voluntario tuvo dos opciones: resolver un problema matemático simple y ganar un poco de plata o enfrentar a un rival en una competencia con la posibilidad de obtener una recompensa bastante más grande.
Harbaugh y Mayr notaron que los hombres y mujeres se mostraron más propensos a encarar el desafío de competir por un premio más grande al envejecer. Esta tendencia fue más fuerte en los hombres, pero en ambos géneros la predisposición a tomar riesgos creció hasta la edad de 50 años y luego comenzó a descender.
Mayr subrayó que su estudio contradice la idea general de que los logros dejan de ser importantes para las personas a medida que pasan los años. Y Harbaugh recalcó la importancia de buscar recompensas en el mundo actual, ya que esta conducta resulta esencial en ámbitos como los negocios o los nuevos emprendimientos comerciales.