Aunque el clima no es lo que muchos quisiéramos, este sábado han tomado protesta quienes tendrán bajo su responsabilidad el éxito del proceso electoral de julio próximo.
4 mil 388 casillas serán instaladas en la entidad para cubrir la demanda de los potenciales votantes que, esperamos, sean una gran mayoría. Quienes consideran que hay que dejar de emitir el sufragio, pensamos que aún tienen oportunidad de cambiar de opinión y formar parte de la decisión más importante para México, que tendrá repercusión durante 6 largos años.
Dentro del proceso, ya se han entregado los nombramientos de una gran mayoría de funcionarios electorales; hemos visto como hormigas trabajar a los muchos colaboradores del Instituto Federal Electoral que, con su chaleco rosado y el emblema del IFE recorren casa por casa los domicilios de quienes estarán en cada casilla, desgraciadamente, no falta uno que otro que no quiera comprometerse con México y los demás, pero son una mínima cantidad, afortunadamente.
Tamaulipas contará con mil 900 casillas, una en cada sección con 50 y hasta 750 electores, 2 mil 172 casillas contiguas, donde las secciones tienen más de 750 electores; habrá 37 casillas especiales, para ciudadanos que se encuentran en tránsito, fuera de su región y 279 extraordinarias, por las distancias, accidentes geográficos o condiciones que ponen en riesgo a los electores, como pueden ser libramientos o vías rápidas.
Según Pitágoras, suman 4 mil 388 casillas que contarán con 5 funcionarios electorales como promedio, es decir, casi 22 mil personas, que han sido capacitadas o están en ese proceso, a manera de garantizar el buen proceder de quienes estén ahí, para tranquilidad y certeza de los votantes y representantes de partidos.
De ese “ejército” de personal del IFE, hay que sumar los que son trabajadores del instituto durante todo el año, los representantes de cada fuerza política, observadores electorales y obviamente, hay que considerar la parte fundamental: el ciudadano que acudirá a emitir su voto a favor de alguno de los 4 candidatos registrados. Lo demás, sobra. Todo está prácticamente sobre ruedas para tener una buena jornada, que es el deseo de todos.
No queremos conflictos, no queremos alegatos estériles: queremos un proceso que se lleve a cabo con toda la tranquilidad posible, y que las manifestaciones que hoy en día en forma lastimosa ocupan las planas de los medios de comunicación, no se presenten ese día.
No es de nuestro agrado el ver las muestras de animadversión que, pensamos, han salido de la congruencia a grado tal de gastar el dinero –veladamente- del financiamiento para ofender, criticar e insultar. Claro, cada quien tiene su forma de entender lo que es la libertad de expresión, sin embargo, insistimos en que no es la mejor manera de convencer.
Hemos visto la manera en que se llevan a cabo otros procesos electorales y las formas oficiales que existen para manifestar algún desacuerdo, a través de tribunales especiales. Todo, aparentemente, está ya listo para que podamos elegir presidente de la República, senadores y diputados federales. Ojalá todo salga como se espera, pues.
La recomendación será que, en el sentido estricto de la palabra, seamos críticos y analíticos con lo que escuchamos: tomemos lo que sirve y desechemos lo que no funciona. Dejar a un lado la serie de insultos que se ponen de manifiesto en boca de los candidatos, sus partidos y uno que otro simpatizante que, en una acción que raya en el fanatismo, han cerrado el entendimiento y descalificado a quienes podríamos pensar distinto.
Hay que exigir el respeto a nuestra forma de pensar, a nuestras simpatías electorales, y hay que respetar a los demás; eso quiere decir que hay civilidad ciudadana en torno a un proceso tan importante.
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Atentamente
Carlos David Santamaría Ochoa Ph.D.
A.I. Periodismo y Comunicación
Ten un buen día!