Una opción distinta para hacerle frente a la obesidad

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“Actualmente la población a nivel global está siendo atravesada por una epidemia de sobrepeso y obesidad. Y si bien hay acciones aisladas para reducirla, no hay acciones conjuntas, nos debemos un espacio interdisciplinario de encuentro, porque es que un tema del que todavía conocemos poco y tenemos mucho para investigar”. Con estas palabras la doctora Mónica Katz, directora de la Carrera de Médico Especialista en Nutrición con Orientación en Obesidad de la Universidad Favaloro, abrió el Primer Seminario “Conducta alimentaria humana: hacia un abordaje sensorial de la obesidad”.

LAS CAUSAS DE LA EPIDEMIA

Katz aseguró que entre las varias causas concomitantes que se relacionan con la creciente epidemia de sobrepeso y de obesidad, los más “populares” son dos: el sedentarismo y el exceso en la ingesta.

Pero la doctora reconoce este enfoque como insuficiente y propone un novedoso abordaje de la problemática que deja definitivamente atrás al concepto tradicional de “dieta”, relacionada con las severas restricciones en el tipo y en la cantidad de ciertos alimentos “prohibidos”.

A PONERLE SENSORIALIDAD

La experta plantea desde hace tiempo la necesidad de abordar la problemática del sobrepeso desde un enfoque diferente, donde no sólo tenga en cuenta a cada persona y a su contexto familiar y social sino que además incorpore un componente sensorial.

La experta explica que se deben contemplar varios sistemas que actúan de forma articulada y en simultáneo, principalmente están los sistemas propios de los humanos que son el emocional (vinculados con el stress), el homeostático (energía) y el hedónico (recompensa), estos tres a su vez interactúan con el sistema social y el medio ambiente, que como contexto también afecta a la persona.

SOMOS DULCES

“Básicamente, nacemos con una sola preferencia innata: al gusto dulce; y una sola aversión gustativa: al sabor amargo. Todas las demás elecciones y preferencias son adquiridas por experiencias, enseñanzas familiares y aprendizaje asociativo, y están fuertemente determinadas por la interacción de la persona en la sociedad. Primero con la familia y luego con el mundo y el mercado. Pero siempre será la interacción de lo innato y lo adquirido lo que genere el resultado final”, señaló.

“Cuando comemos”, explicaron los especialistas, “incluimos junto con los alimentos significados como recuerdos inconscientes familiares, frases vinculadas a las comidas o indicaciones médicas escuchadas en consultorios y la televisión, que muchas veces incluso son contradictorios entre sí y con el conocimiento científico actual, conformando verdaderos mitos”.

Por su parte, en su charla el doctor Manes explicó que “todo lo que hacemos cotidianamente, nuestras elecciones de cada momento –sea conscientes o inconscientes- se realizan en nuestro cerebro. Y estas decisiones, que muchas veces son automáticas, también explican nuestras elecciones alimenticias y las conductas que mantenemos respecto a la comida”.

Además, el experto recordó que “actualmente las investigaciones en neurociencias han demostrado que las emociones tienen un papel central en la toma de decisiones, incluyendo que alimentos preferimos sobre otros”.

PORCIONES MENORES

Según la especialista, uno de los secretos está en moderar las porciones. “Una porción saludable permite al ‘mono completador’ [que somos los seres humanos] tomar decisiones equilibradas. El problema es la sobrecarga cognitiva, que en el mundo complejo y cambiante que vivimos, implica controlar la ingesta”.

La experta explica qué es el mecanismo de la recompensa, lo que entra en juego a la hora de decidir qué comer y qué no. “La comida predice una oleada de bienestar que, en última instancia, está generada por el nivel del neurotransmisor dopamina.

Cuando vemos alimentos sabrosos evocamos el momento en el que experimentamos placer por haberlos ingerido; el cerebro predice la recompensa con un pico de dopamina y genera una oleada de placer y bienestar que nos dirige a comerlo. Por supuesto, que el control lo tiene la persona. Aún personas con descontrol de los impulsos pueden aprender a retomar el control frente a la comida mediante técnicas o fármacos”, describió.

Finalmente la Dra. Katz repasó algunas de las estrategias efectivas para trabajar con la saciación, desde un punto de vista cognitivo y sensorial, como ser realizar “laboratorios del gusto” con ciertos alimentos, optar por alimentos con cualidades saciantes y trabajar con las porciones.

Fuente:
NeoMundo.com.ar

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