Alimentos que dañan la salud en la menopausi

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En la menopausia se incrementan los riesgos a padecer enfermedades cardiovasculares y osteoporosis. Para disminuir esos riesgos es fundamental una dieta saludable y la realización de actividad física. Por el contrario, el exceso de comidas grasas y saladas, de dulces (como el chocolate) y gaseosas daña el organismo de la mujer. Para registrar el panorama actual acerca de la nutrición durante esta etapa de la vida, se está llevando a cabo una investigación en Buenos Aires a cargo de la nutricionista María Elena Torresani, que revela datos esclarecedores a tener en cuenta para prevenir complicaciones en la salud.

“Una alimentación saludable disminuye los factores de riesgos propios de la menopausia, como riesgo cardiovascular, de osteoporosis y de fracturas osteoporóticas; así como una no saludable, rica en grasas, alta en sodio y alta en carbohidratos concentrados los aumenta”, dice Torresani.

La profesional es la investigadora principal de un estudio cuyo objetivo es estimar el impacto a nivel óseo y cardiometabólico de los factores de riesgo nutricionales más prevalentes en la población pre y posmenopáusica concurrentes a la Fundación para la Investigación de las Enfermedades Endrocino Metabólicas de la ciudad de Buenos Aires. Son todas mujeres de la ciudad autónoma de Buenos Aires y conurbano bonaerense. Hasta el momento se analizaron a 1478 personas.

Con respecto al riesgo de osteoporosis, la mayoría de las mujeres posmenopáusicas estudiadas presentó la densidad mineral ósea disminuida. Se destaca que la mayoría de la muestra es sedentaria y consume un muy bajo aporte de calcio. “El consumo de calcio está por debajo de las recomendaciones de ingesta adecuada para la edad y el sexo: 1300 a 1500 mg/día. Sucede que desplazan la leche por otras bebidas tales como jugos, refrescos, gaseosas, etcétera”, aclara.

Con respecto al riesgo de fracturas osteoporóticas, la mayoría presentó un bajo riesgo de fracturas osteoporóticas, encontrándose relación directa con la edad mayor o igual de 60 años, fracturas personales previas y el consumo de glucocorticoides. Con respecto al análisis de la compulsión glucídica en las mujeres posmenopáusicas analizadas, el picoteo entre comidas y la compulsión glucídica fue referida por la mayoría, siendo el chocolate el alimento más seleccionado.

“Por la caída estrogénica se produce un descenso de los niveles de serotonina y esto hace que como mecanismo compensatorio se busquen más dulces. Su consumo aumentado y/o descontrolado puede perjudicar al peso corporal, la acumulación de grasa a nivel abdominovisceral, aumentar los triglicéridos, la insulinoresistencia y el riesgo de diabetes tipo 2”, explica.

Consejos. Por su parte, la endocrinóloga Cristina de la Mata, coincide con Torresani en que una dieta saludable puede prevenir riesgos en la salud y además cree que en Argentina hay “nutrientes críticos” que no se usan en forma adecuada, algunos porque no se comen casi nunca o nunca y otros por comerlos en exceso.

“En cuanto al aspecto cardiovascular-metabólico, es notable en nuestro país el bajo consumo de frutas y hortalizas como alimentos protectores, la falta de pescado en nuestra dieta, hay mitos en cuanto a la cantidad de aceites (no hay que bajarlos tanto, son fuente del mayor antioxidante que existe que es la vitamina E). El exceso de harinas refinadas en vez de integrales, es una de las causas que se ha demostrado que más influye en el aumento de colesterol y triglicéridos, la ganancia de peso y la posible aparición de diabetes”, dice De la Mata.

Y agrega que otro aspecto preocupante es el exceso de sal en la dieta de las argentinas, lo que facilita la retención de líquidos y la aparición de hipertensión arterial, y sobrecarga de trabajo a los riñones; y además, es un impedimento para aprovechar el calcio que se consume. “Pocas personas saben que la sal compite en nuestro intestino en la absorción del calcio dietario, y también compite con el calcio en su recuperación en los riñones”, agrega.

Pero con corregir hábitos nutricionales no alcanza. Para la endocrinóloga, el sedentarismo es un factor de mayor importancia que la dieta, “ya que la gente cree que los huesos no se renuevan a la largo de la vida, y lo hacen constantemente. El estímulo para la formación de hueso nuevo sano no se logra solamente con consumir las cantidades necesarias de calcio y de vitamina D. Hay que moverse y sólo caminar no es suficiente, ya que sólo logra estimular los huesos desde la cintura para abajo. Hay que desarrollar actividades que utilicen además la mitad de arriba de nuestro cuerpo”, aconseja.

Conductas a corregir. De acuerdo a la experiencia de la profesional, las mujeres rosarinas han ido recibiendo una suma de indicaciones restrictivas: no coma esto, no coma esto otro, etcétera, y pocas indicaciones de cómo mejorar su dieta habitual. “Muchas mujeres nos dicen, yo no como fritos, y no mienten, pero desconocen la importancia de incluir entre sus comidas el pescado, o las semilla de chía y de lino, los frutos secos como nueces y almendras (les temen, creen que engordan), arrastrada por los hombres o adolescentes de la familia siguen consumiendo cantidades excesivas de carnes rojas (demasiadas proteínas en la dieta provoca un disbalance que, además de competir por el aprovechamiento del calcio, se ha demostrado que aumenta la incidencia de cáncer de colon)”, cuenta.

Además, agrega, algunas mujeres creen, de buena fe, comer poca sal, pues comen menos que otros, pero el consumo habitual en Argentina es tan alto, que si se revisa bien lo que se come surgen “sorpresas desagradables”.

“Poca gente sabe que el pan tiene muchísima sal. Antes las bolsas de harina para hacer pan venían de 70 kg, y se les ponía un kilo de sal. Hace años que las bolsas vienen de 50 kg y se les sigue poniendo un kilo de sal”.

Todas recomendaciones que si bien están pensadas especialmente para esta etapa biológica de la vida, muchas de ellas son útiles para la población general. Los cuidados nutricionales son necesarios en todas las etapas de la vida.

Reducción de la sal

En el estudio sobre nutrición en la menopausia, a cargo de la nutricionista María Elena Torresani, se analizó a mujeres pre y posmenopáusicas, mayores de 40 años, que concurrieron a la consulta nutricional en la Fundación para la Investigación de las Enfermedades Endrocrino Metabólicas de la ciudad de Buenos Aires, en el período bianual 2010-2012. Las mismas en forma voluntaria y anónima aceptaron participar del proyecto. Entre otros aspectos se analizaron las variables de riesgo cardiovascular, de osteoporosis y de fracturas osteoporóticas en esta franja de la vida.

La línea de investigación se inicia como actividad conjunta entre dicha Fundación y la 1º Cátedra de Dietoterapia de la Carrera de Nutrición de la Facultad de Medicina de la UBA. Entre los investigadores que participan se encuentran María Beatriz Alorda, Lorena Rosalía Belén, María Laura Oliva, Laura Rossi y María Celeste Squillace.

Se determinó el riesgo cardiovascular según la relación circunferencia cintura/talla, observando que la mayoría de las mujeres analizadas presentan riesgo cardiovascular según este indicador, encontrándose asociación estadística con los principales factores de riesgo cardiovasculares (edad, sobrepeso, cintura aumentada, dislipemias (grasas en sangre), hipertensión).

Por otra parte, se analizaron los factores predictores del descenso de peso en esta etapa biológica, encontrándose que la mayoría de la muestra descendió menos del 1 por ciento semanal de su peso inicial al tratamiento, encontrándose relación directa entre la pérdida de peso semanal y el nivel de adherencia al tratamiento.Lo aconsejable —según la especialista— es mantener un peso saludable, donde los riesgos de enfermedad sean menores pero además un peso posible de sostener frente a la situación de cada mujer, tales como la edad y el número de hijos que haya tenido.

Otra variable analizada fue el consumo de sal y su relación con la hipercalciuria, encontrándose que presentan hipercalciuria el 19,8 por ciento del total de la muestra y 27,3 por ciento de las mujeres que se encontraban menopáusicas. “Se produce una eliminación normal de calcio en orina en el adulto sano que va de los 100 a 400 mg por día con la orina. Cuando la concentración de calcio en orina se encuentra por encima de los valores considerados normales, se llama hipercalciuria. Este trastorno metabólico se puede observar cuando hay osteoporosis. La excreción constante de cantidades elevadas de calcio a través de la orina, hace que el organismo quite este mineral de los huesos para mantener constante su concentración en sangre. Y esto acentúa el riesgo ya producido por la osteoporosis relacionado al debilitamiento de la masa ósea”, aclara.http://www.lacapital.com.ar

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