Muchos padres quitan a sus hijos los videojuegos para lograr que hagan más actividad física. Sin embargo, esta estrategia no parece ser efectiva.
Un estudio realizado por la Universidad Curtin (Australia) encontró que permitir que los chicos usen videojuegos activos, es decir que requieren que los jovencitos se muevan, promueve más actividad física en comparación a no usar ningún videojuego o a permitir solamente los tradicionales.
Sus conclusiones fueron publicadas en la versión online de la revista BMJ Open.
DISTINTAS ESTRATEGIAS
Los investigadores trabajaron con 56 chicos de 10 a 12 años de edad entre 2007 y 2010. En el lapso de tres años, analizaron en tres ocasiones diferentes de dos meses cada una como reaccionaban los chicos ante tres situaciones impuestas por los padres: prohibir los videojuegos en casa, permitir los videojuegos sedentarios tradicionales y comprarles los videojuegos activos más nuevos.
Además, los chicos usaron un acelerómetro que midió la cantidad de actividad física que realizaban en estos días.
Los expertos notaron que reemplazar los videojuegos tradicionales por los activos logró que hicieran 3,2 minutos más de actividad física y que su tiempo sin moverse cayera 6,2 minutos. Cuando los chicos no podían jugar a ningún videojuego, entonces la cantidad de ejercicio que hicieron subió 3,8 minutos y el tiempo sedentario cayó 4,7 minutos por día.
Al ver estos resultados los investigadores concluyen que usar los videojuegos activos es mejor que dejar completamente de lado a estos entretenimientos en términos de actividad física.
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